sábado, 16 de abril de 2011

Carta a la diputada Augusta

Carta a la diputada Augusta

Cámara húngara

Hugo García Michel

Foto: Nelly Salas

Estimada señora Valentina Augusta Díaz de Rivera, diputada del PAN por el estado de Puebla: lo que usted hizo, lo que usted expresó, resulta a todas luces notable. Se requiere de valentía y arrojo para decirle todo lo que le dijo a su colega, el célebre diputado petista Gerardo Fernández Noroña, mejor conocido en los bajos fondos de la polaca nacional con el simple y carpero sobrenombre de El Noroñas.

No sólo fueron los epítetos que le lanzó desde la tribuna de la llamada Cámara baja (de porro, de simulacro de diputado y hasta de baboso no lo bajó usted), sino la manera como rechazó el ramo de flores que el inefable diputeibol le ofreció a manera de reconciliación y que se negó a recibir al considerarlo, con singular y aguda certeza, como un acto machista.

No obstante, me parece que usted, distinguida diputada, se equivoca en su diagnóstico sobre Fernández Noroña. El hombre cumple un papel muy importante dentro de la actual legislatura. Es él quien se encarga de poner el ambiente, la diversión y el sano esparcimiento en San Lázaro. ¿Se imagina quién vería el Canal del Congreso sin las gracejadas de don Gera? Si algún rating tiene la emisora del Poder Legislativo se debe en buena parte a este hombre, quien una vez que termine su labor como diputado, muy posiblemente tenga asegurado un lugar en el gustado programa Guerra de chistes de Telehit.

Está bien que se haya defendido de él y hasta que haya rechazado el detalle de las flores. Pero no nos prive del espectáculo que representa el Noroñas Noroñitas, heredero del genio no de un Tin Tan, un Cantinflas (en su primera etapa) o un Palillo, pero sí de un Borrego Nava, un Jaitovich o un Ramones, actuales glorias de la comicidad mexicana.

El sketch que usted, doña Augusta, protagonizó al lado del buen Gerardín pasará a los anales de la historia del Congreso. Se trata de uno de los grandes momentos de esa historia y ya hasta puede verse en YouTube, para regocijo de ésta y de las generaciones por venir. Es un testimonio del México que somos. Siéntase orgullosa de ello.

Enhorabuena.

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