sábado, 16 de abril de 2011

ES LA ECONOMIA VIRTUAL FELIPE

REFLEXIONES LIBERTARIAS
ES LA ECONOMIA VIRTUAL FELIPE
Ricardo Valenzuela

Economía, escribió Shumpeter, es un autobús repleto de pasajeros portadores de distintos intereses y habilidades. Pero también Truman afirmaba: ‘Tráiganme un economista manco’, por aquello de; “in the other hand.” A pesar de que finalmente todos ellos se han puesto de acuerdo para declarar terminada la recesión que azotó a los EU los últimos años, los expertos en estos momentos se encuentran como alguien que acaba de adquirir un carro nuevo, se sienta en el volante y no entiende el nuevo tablero invadido de cósmicas señales de computadoras.

Inflación toca a la puerta. La economía de nuevo crece con debilidad pero las tasas de desempleo se mantienen en niveles preocupantes, y los pitonisos se rascan la cabeza sin entender lo que sucede.

Parte de la explicación está en la pérdida de empleos en el sector manufacturero. En los últimos años este sector tuvo un declive de un 14%. Algunos de estos trabajos es posible se recuperen a medida que la economía emerja de este periodo de tinieblas. Sin embargo, la mayoría se han esfumado porque las empresas emigran en busca de los bajos costos de mano de obra. Un trabajo que en EU se remunera con $30 dólares la hora, en China no alcanza $1 dólar.

Los EU, con una población ya de más de 300 millones, ocupa solo 15 millones de gente en el área industrial. Si esta tendencia persiste, en pocos años esta cantidad deba disminuir a 10 millones. Entonces: ¿Pueden los EU seguir siendo una superpotencia ante tal dependencia? Arremeten los preocupados: Al consumir cada día más manufacturas del exterior, el déficit comercial aumenta de forma dramática. Los americanos al pagar por esos bienes están perdiendo el dominio de sus activos—bonos, acciones, empresas. Entonces los extranjeros no solamente obtienen ingresos producto de los trabajos exportados, sino también utilidades, ganancias de capital, dividendos, intereses de los activos.

Luego expresan: Un país que pierde flujo de ingresos debido a la evaporación de empleos y a la de trillones de dólares de sus activos, es un país que está generando faltantes muy críticos. Supuestamente esas pérdidas se compensan con los bajos precios de las importaciones de esos productos extranjeros. Pero cuando el déficit de la balanza comercial provoca la depreciación del dólar, esos productos ya no lucen tan baratos. En esos momentos los EU confrontan lo que los economistas preocupados bautizaron como los gemelos diabólicos: Precios elevados y pérdida de activos e ingresos.

Este problema no existía cuando la nueva economía creaba empleos sofisticados y mejor pagados y, como en los asientos contables, cada cargo era correspondido con un abono. Sin embargo, con la emergencia del Internet, esos empleos están también abandonando el país para ser desarrollados en la India, China o las Filipinas. Los profesionales extranjeros están desplazando a los ingenieros, radiólogos, diseñadores, investigadores e inclusive empleados de servicio a clientes. Tanto en Europa como en EU, los niveles de desempleo entre los nuevos graduados de Universidades aumentan cuando las empresas no pueden con las cargas de beneficios exigidas por los gobiernos.

El gran cambio que hoy presenta la economía mundial es algo que anunciamos en un escrito hace años. Los hambrientos países del bloque comunista y China, algún día tendrían que encontrar el camino para incorporarse a la economía de la sanidad. Ello, en nuestra opinión, presentaba el problema de sobre oferta de mano de obra que en algún momento podría llegar a provocar deflación. El capital y la tecnología, antes tan difícil de transportar, en estos momentos llega a todos los rincones del mundo en segundos y China, al igual que la ex Unión Soviética, han abrazando al mercado. Si a ello le sumamos los esfuerzos de otros como México, nos encontramos ante un manto adicional de 2,000 millones de seres humanos ahora si produciendo—y muy pronto consumiendo.

Este cuadro presenta dos visiones. Una pesimista que para mi sorpresa es encabezada por ese gran economista; Paul Craig Roberts, y la otra es la de los optimistas que basan sus ideas en las del maestro Art Laffer. Roberts afirma ahora que la globalización se ha convertido en una amenaza para los niveles de vida en los EU. Reviran sus rivales cuando el maestro Laffer afirma el que los déficits en la balanza comercial se convierten en superávit de capital. Para los que entienden la economía internacional, los déficits en la balanza comercial es una forma de adquirir el capital requerido por los países. El maestro Laffer exponía esa novedosa idea en su comparecencia ante el Senado para analizar el caso de México ante su devaluación de 1994.

Ante esta nueva visión surgen ejércitos ya en la confrontación. En el de los optimistas se forman científicos, jóvenes empresarios, audaces inversionistas, mientras que en el otro se alinean filósofos, clérigos, políticos e intelectuales. El de los optimistas basa sus estrategias en el tecno capitalismo y presionan para que los EU se convierta en un verdadero estado virtual. Un estado que transfiera su producción al extranjero y cambien la base de su economía a servicios de alto nivel y tecnología. De la misma forma que el estado virtual se encuentra en los pizarrones de los modernos políticos, una nueva empresa virtual está naciendo. Una empresa con amplio capital humano dedicada al diseño, mercadotecnia, financiamientos y diseminando su producción en todo el mundo.

En estos momentos el 90% del PIB de los EU es generado por el sector de los servicios y menos del 10% por la manufactura y agricultura. La Gran Bretaña siguió una estrategia similar durante el siglo XIX para llegar a ser la gran potencia. Con el propósito de activar las economías de países como EU, Australia, Nueva Zelanda, Argentina y hacerlos clientes, invirtió en ellos cantidades importantes de capital para luego abrir sus mercados y provocar superávit en sus balanzas comerciales. De esa forma, aun cuando su balanza comercial era deficitaria, la de pagos generaba sobrantes. Inglaterra mantuvo ese superávit vía exportaciones invisibles como servicios financieros, seguros, transporte y rendimiento de sus inversiones.

Esta es la oportunidad de México. Ante la amenaza del terrorismo los EU ahora recula en su globalización para dibujar el mapa de su estado virtual cerca de casa. Si nuestros políticos entienden el nuevo paradigma, finalmente la profecía de Toffler se debe hacer realidad. México convertido en el gran proveedor de los EU pero ya no solo como maquiladora, sino como una potencia industrial. Un México receptor de billones en inversiones antes planeadas para otros países. Ante esta visión, el norte de México se deba convertir en una zona libre similar a Hong Kong—siempre y cuando haya verdadero liderazgo y visión de estadistas.

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