viernes, 20 de mayo de 2011

Argentina: Rotos por dentro

Argentina: Rotos por dentro – por María Zaldívar

Una larga lista de frases hechas le cabe a la realidad política argentina, huérfana de figuras convocantes: “con todos juntos no hacemos uno”; “en el país de los ciegos el tuerto es rey” o “hazte la fama y échate a dormir” describen a la perfección la pobreza franciscana de nuestra clase dirigente.

Un rápido paneo sobre los personajes de la actualidad que taponan las pantallas de nuestros televisores provoca, en el mejor de los casos, desolación.

Eduardo Duhalde, el padre de la pesificación asimétrica y de Néstor Kirchner se ha transformado, por imperio de las comparaciones, en nuestro Winston Churchill. Primero avaló la mayor estafa que registra la historia económica moderna, movida que empujó a la pobreza extrema a millones de personas al tiempo que provocó una importante transferencia de riqueza de los pobres hacia las arcas de los grandes deudores. No satisfecho con su contribución a esa página memorable de la Argentina reciente, apadrinó la llegada a la presidencia de un agrisado caudillo provinciano que contaba con nula trascendencia nacional y pésimo concepto local. Entonces, el promotor de las dos grandes tragedias de fin de siglo y que cualquier país del mundo descartaría por siniestro, hoy luce para la sociedad argentina como la esperanza blanca. Es que suena moderado y hasta prudente; escribe libros aconsejando lo que hay que hacer como si supiera y viaja por el mundo para aprender lo que debería haber sabido cuando se encaprichó con ser presidente.

De la misma microesfera emerge Gabriela Micchetti, un subproducto de la transversalidad “proísta” cuyo pasado político no existe, su futuro es incierto y su presente, difuso. Vino con las huestes de Mauricio Macri, ambos embanderados en la muletilla de “somos jóvenes y nunca militamos” cosa de disfrazar de virtud la carencia de experiencia y hasta de pericia. Tras dejar de lado su admiración x el frepasista Carlos Auyero y por Elisa Carrió, Michetti se volvió el “jocker” del macrismo. En cada elección la prueban donde necesitan una figura colectora de votos. En ese contexto arrancó en 2007 pidiendo a los porteños el voto para hacer realidad, en cuatro años de mandato, los sueños que abrigaba para Buenos Aires. Una vez que se le dio, debía encargarse de acompañar la gestión ejecutiva y presidir la Legislatura local, pero a los dos años (luego de uno plagado de licencias) volvió a sonreír a los porteños para explicarles que era imperiosa su mudanza al Congreso Nacional. Los vecinos creyeron, tal como el partido lo planteaba, que la Cámara de Diputados no sería lo mismo sin ella, que la legislación nacional bramaba por su influencia y le volvieron a dar el gusto. Allá fue entonces Michetti abandonando el mandato antes de lo previsto y dejando la ciudad en manos de un jefe de gobierno part time y la Legislatura en manos de un demócrata progresista con quien comparte el raquitismo en experiencia de gobierno y administración.

Hoy ya está dispuesta a una nueva candidatura, la que sea porque ella es como la “compota”, buena para todo. Falló su desembarco en la Jefatura de Gobierno pero podría ser vicepresidente. Dos años fueron suficientes para descollar en la labor legislativa y se apresta a encarar nuevos desafíos. Siempre con una sonrisa.

Francisco de Narváez es también un personaje curioso de la nueva horneada de políticos “cool” que deambulan por estos días. Tras una entrada tardía en esto de la cosa pública ha contribuido con la felicidad de los Kirchner que no han recibido de él más que beneficios. Lleva seis años ocupando una banca de diputado que no ha servido para frenar el avance autoritario ni ha sido usina de grandes ni de pequeños proyectos. Aglutinó a la oposición para ganarles en 2009 y, a dos años de aquel batacazo, un escéptico concluye que fue infinitamente más útil al “modelo” que a sus adversarios, hoy deshilachados en gran medida, por los buenos y destructores oficios del “colorado”. Si se descarta la posibilidad de componenda con el oficialismo no se entiende qué cosa lo enfrenta hoy con sus aliados de ayer tanto como para dinamitar el polo anti-kirchnerista que había conformado alrededor suyo con algunos peronismos y amigos del barrio. Si no es adrede, igual merece un agradecimiento desde la más alta jerarquía K por dedicarse a embarrar la cancha desde que desembarcó, un día cualquiera sin demostrar con claridad hasta ahora, para qué.

Ricardito es un personaje de difícil análisis. Sus merecimientos son contradictorios. Merece atención a partir de la gravitación que adquirió tras la muerte de su doble, o sea su padre y merece que se lo ignore por sus escaseces personales. Alfonsín es la exaltación del “emberretamiento” de la política: la elección del peor entre los malos; tanto que no se entiende por qué mira con recelo a los Macri boys; él también hace gala de una página en blanco en materia de experiencia política aunque sea tal vez, la página más prolija que pueda mostrar de sí y de su conducta pública.

Podemos seguir barajando y destapando cartas o caras y serán siempre repetidas y sombrías: Das Neves, que todavía está tratando de explicar cuánto esfuerzo hay que hacer para ser dueño del mazo, hacer trampa y que te descubran. O Felipe Solá, ex duhaldista, ex menemista, ex kirchnerista y ex aliado de Macri y de Narváez. O Rodríguez Saa, el liberal del peronismo, fiel únicamente a sí mismo, a los extraterrestres con los que asegura tener contacto y a su hermano, el ex novio de la turca Sasin; dos impresentables que hicieron de la provincia en la que reinan un feudo donde todo les pertenece en la complicidad de los tentáculos de un estado benefactor-proveedor-depredador que toma y reparte “a piacere”.

Del oficialismo no queda demasiado novedoso por decir y casi es preferible obviarlo porque siempre es ingrata la referencia al peor de la clase. En lo personal, me sigue impresionando la prolijidad con que exaltan las mezquindades humanas. Con ellas y su absoluta falta de escrúpulos aprovechan para denigrar el sistema de valores que compartimos alguna vez los argentinos y del que ya no quedan, en muchos casos, ni recuerdos. El kirchnerismo, etapa superior del peronismo, ha concluido de plasmar el mayor estrago social que se registre en nuestra historia, y que empezó con el advenimiento de Perón.

El peronismo contagió sus bajezas a toda la clase política pero hasta no hace mucho tiempo, aunque sea en privado, aún se solía reconocer la diferencia entre la biblia y el calefón. El kirchnerismo consiguió alterar la definición del bien y del mal y adormeció a puro consumo a una población inculta y empobrecida de principios que aceptó mansamente las nuevas acepciones. Lo peor del peronismo, hoy en el gobierno, ha creado un vínculo tácito con sus votantes con quienes intercambian permisos para la inmoralidad.

En medio de una anomia desmoralizante, la sociedad se apresta a votar a quien le prometa mantener vivos el festival de planes de vagancia y los subsidios (no sea cosa de pagar por lo que se consume) y le garantice calma frente a las docenas de cuotas que penden sobre la cabeza de la clase media, endeudada hasta el tuétano. Mientras tanto, no se inmuta por la cantidad de delincuentes que entran a través de nuestras laxas fronteras, ni por los documentos que la autoridad política volantea a destajo; no se inmuta por los miles de puestos de trabajo que le quita esa mano de obra cuasi esclava a los argentinos ni las villas urbanas que engrosan. No se inmuta por la droga ni por el paco, por la inseguridad ni por la corrupción policial, la corrupción judicial y la corrupción política. No se inmutan por el atropello a las instituciones, por los permanentes recortes a la libertad individual ni por los aprietes a la prensa.

Sólo puñados vemos con enorme preocupación el futuro cercano y con enorme tristeza y alivio que todavía sigan siendo dos las salidas al destino en que la Argentina está emperrada: Ezeiza y Puerto Nuevo.

Venezuela: Irán estaría construyendo base militar en Estado Falcon

Venezuela: Irán estaría construyendo base militar en Estado Falcon – EJU.TV

El diario alemán Die Welt asegura que Hugo Chávez y Mahmud Ahmadinejad firmaron un acuerdo militar secreto. Según detalla, Teherán construye en el estado de Falcón plataformas para el lanzamiento de misiles.

La base se estaría construyendo en la Península de Paraguaná, ubicada en la costa venezolana, a 120 kilómetros de Colombia. Hasta allí llegaron en febrero pasado ingenieros de la firma de construcción Khatam al-Anbia, de propiedad de la Guardia Revolucionaria iraní, según informó Die Welt. Amir al-Hadschisadeh, jefe de la Fuerza Aérea iraní formó parte de la comitiva. El diario asegura haber conseguido los datos gracias a infiltrados en los organismos de seguridad de Irán.

Plataforma para lanzamiento de misiles

Esta base, con plataformas para lanzamientos de misiles de mediano alcance, incluirá un sofisticado sistema para prevenir ataques aéreos a Venezuela, así como operaciones comando y estaciones de inteligencia enemigas. La participación militar iraní en este proyecto, además de la construcción de silos con profundidad de 20 metros para los misiles, incluye la construcción de bunkers, barracas y torres de vigilancia.

Costo millonario del proyecto

“El costo del proyecto será pagado con dinero producto de la venta de petróleo iraní. Teherán ya pagó en efectivo por la fase preliminar del proyecto, y el costo total se calcula en docenas de millones de dólares”, escribió el periódico alemán. Los Guardias Revolucionarios son una rama del ejército de Irán, fundada luego de la Revolución Islámica. Cuenta con 125 mil miembros activos, incluyendo el personal de tierra, aire y las fuerzas navales. Su influencia en los asuntos de orden social, político, militar y económico durante la administración de Ahmadinejad, especialmente en las elecciones presidenciales de 2009 y en la represión de las protestas posteriores.

Colombia: Santos, no te reconozco –

Colombia: Santos, no te reconozco – por Adolfo Salgueiro

¿Será que cobrar cientos de millones de dólares justifica rebajarse hasta la indignidad?

Si este columnista fuera Canciller de Colombia declararía exactamente lo que dijo la señora Mariángela Holguín a propósito de las revelaciones publicadas en el libro del IISS (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos) de Inglaterra acerca de la sospechada y sospechosa cercanía y/o cuasi-complicidad entre el gobierno de Chávez y las FARC. Ella expresó que esa historia era “página pasada” en las relaciones bilaterales y que por tanto solo queda a los países mirar hacia adelante para impedir que las nuevas armonías colombo-venezolanas puedan ser dañadas. Agregó también que la decisión de reunir el material de las computadoras de Raúl Reyes y entregarlo a la prestigiosa institución británica era del “gobierno anterior” por cuya razón el actual nada tiene que ver con el asunto. ¿Será que Juan Manuel Santos no fue Ministro de Defensa y motor del operativo Fénix que dio de baja a Reyes?

Pero como quien esto escribe no es el Canciller de Colombia sino apenas un ciudadano venezolano militante incondicional de la democracia y con aceptable memoria histórico-política, por eso afirma que la declaración de la refinada dama, cuanto menos, da asco y revuelve el estómago porque lesiona la dignidad de la Ministra, de su país y del nuestro revelando el inaceptable grado de cinismo al que puede llegarse en el ejercicio del pragmatismo que es tan consustancial con la política en general y las relaciones internacionales en particular, aun cuando hoy se pretende dignificarlo con el nombre de “real politik“. Falta que Santos repudie la muerte de Reyes que él mismo orquestó y que salga lamentando la de Bin Laden.

A continuación algunas interrogantes: a) ¿No fue Santos, Ministro de Uribe, quien mandó reunir los discos duros requisados por la operación Fénix en el campamento donde fue abatido Raúl Reyes? ¿Lo hizo para que apenas meses después se diera por “pasada la página”?

b) ¿No fueron Santos y su presidente Uribe quienes mandaron examinar los archivos digitales por Interpol para determinar si su contenido provenía del faccioso. No fueron ellos quienes expresaban indignación por que Chávez guabineaba con todo aquello?

c) ¿Será que el gobierno de Uribe y el de Santos son de partidos políticos rivales y que la administración oficial colombiana del segundo nada tenga que ver con la del primero y pueda deslindarse olímpicamente?

d) ¿Será que cobrar varios cientos de millones de dólares que Venezuela adeuda a exportadores colombianos justifican rebajarse hasta la indignidad?

e) ¿Será que la recuperación del gran saldo favorable a Colombia en el comercio bilateral justifica dejar de lado el discurso principista?

f) ¿Será que la entrega sumaria a Colombia del faraco sueco/colombiano Sánchez Becerra sin juicio ni proceso sea parte de la contraprestación del silencio neogranadino?

g) ¿Será que cuando el Júpiter de Sabaneta desate sus próximos truenos y relámpagos persista aquello de que somos “mejores amigos”?

Señora Mariángela, Ud. tiene derecho a declarar como lo hizo. Por ello mismo nosotros tenemos derecho también a que nos desagrade y a tener disgusto con su persona y su gobierno.

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