viernes, 27 de mayo de 2011

Argentina: ¿Y el vice? –

Argentina: ¿Y el vice? – por Malú Kikuchi

La pregunta se reitera, se hacen apuestas, es de vital importancia para el país, Cristina ¿se va a presentar o no, como candidata a la reelección presidencial? Tiene derecho a hacerlo y las encuestas, por ahora, dicen que gana en primera vuelta.

Sea cierto o no, las encuestas empiezan a ser realmente confiables, los últimos 15 días previos a la elección. A medida que la fecha se acerca, la posibilidad de macanear disminuye proporcionalmente al tiempo que resta para conocer la verdad de las urnas. Hay que esperar.

Pero ahora y faltando 5 meses, que es un tiempo infinito para la política argentina, las encuestas favorecen abiertamente a la presidente. Ante la incógnita de si se presenta o no, hay que sumarle otra pregunta igualmente importante y que sin embargo, la ciudadanía ignora. Si Cristina se presenta, ¿quién es el candidato a vice?

Artículo 88 de la Constitución Nacional: “En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación”.

¿Qué rol juega, cual es la importancia del vicepresidente de la nación? Integra la fórmula electoral que lleva a la presidencia al presidente y se sitúa por debajo del mismo. Hay que recordar que el Poder Ejecutivo es “unipersonal”, de acuerdo al artículo 87 de la CN.

Entonces ¿para que está, que hace, en que trabaja el vicepresidente de la nación? Sarmiento decía que el vice “es una pieza de repuesto”. Y los americanos sostienen que está “a un latido de corazón del presidente”.

En realidad, es el único funcionario nacional que por ley ocupa dos cargos simultáneamente, el de vice y el de presidente del senado nacional. En el senado no puede votar, salvo en caso de desempate, no puede bajarse del estrado, no puede opinar. Aunque el vicepresidente del senado sí puede hacer todas esas cosas y de hecho, las hace.

Se diría que el vice es casi una figura decorativa, a la que se recurre sólo en caso de emergencia, planificada o no. Repasar la historia siempre ayuda a clarificar hechos y conceptos, en este caso, saber para qué sirve un vicepresidente.

Desde que Argentina se constituyó en nación uniendo las 14 provincias bajo la misma Constitución Nacional – sólo nos vamos a referir a los gobiernos constitucionales -, 5 vicepresidentes renunciaron a su cargo.

Alejandro Gómez en 1958, vice de Arturo Frondizi, acusado de traidor y expulsado de la UCRI, aceptó renunciar a cambio de una carta en la que Frondizi declaraba que no era un traidor.

Vicente Solano Lima en 1973, renunció junto al presidente Héctor Cámpora, para permitir una elección nacional sin proscripciones.

Víctor Martínez en 1989, renunció junto al presidente Raúl Alfonsín, 6 meses antes de cumplir mandato (hiperinflación), permitiendo que asumiera Carlos Menem.

Eduardo Alberto Duhalde en 1991, vice de Carlos Menem, renunció para ser gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Carlos Alvarez en 2000, vice de Fernando De la Rúa, renunció por el escándalo de la presunta “Banelco”, pagada en el senado.

A lo largo de la historia murieron en el ejercicio de su cargo, 3 vicepresidentes: Marcos Paz en 1868, vice de Bartolomé Mitre; Pelagio Luna en 1919, 1ª presidencia de Hipólito Yrigoyen y Hortensio Quijano, vice de Juan Domingo Perón, en 1951.

Siguiendo el curso de la historia, 6 vicepresidentes reemplazaron a sus presidentes por diferentes motivos.

Carlos Pellegrini en 1890, al renunciar Miguel Juárez Celman a causa de la Revolución del Parque. José Evaristo Uriburu en 1895, a raíz de la renuncia del presidente Luis Sáenz Peña. José Figueroa Alcorta en 1906 al morir el presidente Manuel Quintana. Victorino de la Plaza en 1914, luego de la muerte de Roque Sáenz Peña. Ramón Castillo en 1942, a causa de la ceguera (provocada por la diabetes) del presidente Roberto Ortiz y María Estela Martínez de Perón en 1974, que asumió la presidencia a partir de la muerte de Juan D. Perón.

Es evidente que los vices, aunque parezcan decorativos, llegado el momento, son imprescindibles. Basta recordar la situación en la que quedó Argentina tras la renuncia del presidente De la Rúa, 20/12/2001, y ante la ausencia de vicepresidente, ya que Carlos Álvarez había renunciado en un ataque de eticidad. Desde el 20/12/2001 y hasta el 1/1/2002, el país sufrió 5 presidentes. De la Rúa, Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Caamaño, Duhalde. Una vergüenza internacional.

La lógica, ante los números de las encuestas de hoy, dice que Cristina va a presentarse y va a ser reelecta. La lógica “del modelo” y lo que sucederá inexorablemente, dice que si no se cambia de rumbo y se hacen las correcciones económicas imprescindibles, Argentina, una vez más, implosionará.

La presidente ya aclaró que “ha dado todo lo que podía dar”, que está poniendo en juego su salud y su familia, y que si hay que hacer un ajuste indispensable, lo dijo, “conmigo no cuenten”.

Si las políticas de Moreno nos siguen dejando sin carne, ni trigo, ni maíz; si seguimos teniendo problemas de exportación/importación con Brasil y el resto del mundo; si la brecha entre US$oficial y el “blue” aumenta todos los días, si los superávits desaparecen, si crece la inflación que miente el INDEC; si la protesta sigue en la calle y no hay frenos a la CGT, ¿Quién hace qué?

Si el ajuste es inevitable porque el país no da para más, Cristina nuevamente presidente, ¿qué hará? Probablemente sufrirá un largo bajón de presión que la inhabilitará para seguir gobernando.

La Constitución dice que en ese caso deberá ser reemplazada por el vicepresidente. ¿Quién va a ser el candidato a vicepresidente? Ya se sabe que a la ciudad, designados por el dedo presidencial, van Filmus y Tomada. Si pierde Filmus, pierde Filmus. De haber nombrado a Boudou, y si este perdiera la elección, la derrota caería sobre Cristina.

Traduciendo, la presidente se ha preservado a sí misma y de paso a Boudou. ¿Por qué hay que preservarlo a Boudou? Se supone que los ministros son fusibles del ejecutivo. ¿Estará pensando la presidente en tenerlo de compañero de fórmula al amado ministro de economía?

¿Es posible imaginar la Argentina en caso de ausencia, enfermedad (Dios no permita), o renuncia de la presidente, a Amado Boudou ocupando “ese” lugar? En Argentina todo es posible. Y cuanto más disparatado, más probable. Hay que estar muy atentos. La fórmula presidencial del FPV es de vital importancia.

Dan Quayle (no es el mejor ejemplo), vicepresidente de George W. Bush, decía. “la responsabilidad de cualquier vice es estar preparado”.

Los argentinos, ¿estamos preparados para lo que pueda suceder?

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