martes, 31 de mayo de 2011

Explota el narco mexicano en prime time

Explota el narco mexicano en prime time

“El malo” ya no es comunista o árabe; programas como CSI, La Ley y el Orden, 24 o NCIS retratan la violencia de los narcotraficantes

Carlos Carrasco Araizaga
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de mayo.- Las noticias en Estados Unidos hacen un recuento de la batalla contra el narcotráfico en territorio mexicano, mientras que en la industria de la televisión, los héroes estadunidenses se debaten en contra de los delincuentes que buscan apoderarse de su más preciado tesoro: la juventud.

Este es un recuento de las series televisivas que ensalzan el trabajo de las agencias de inteligencia del vecino país del norte y que tiene que ver con el combate a presuntas organizaciones criminales mexicanas.

Un marine de Estados Unidos perdió a su familia luego de que decidió perseguir a un grupo criminal que operaba en Washington, D.C., Leroy Jethro Gibbs se enfrentó con sus superiores y, por ende, no recibió respaldo a la hora de encarcelar a los miembros de una banda del crimen organizado que tenía su base de operaciones en Sonora, México.

En una maniobra nada convencional para un marine, Gibbs tomó justicia por su propia mano luego de regresar a casa y enterarse que su esposa e hija, de ocho años, fueron acribilladas por un desconocido.

El ahora ex marine se enlista en la Navy Criminal Investigacion Service, agencia encargada de investigar los crímenes relacionados con las fuerzas armadas norteamericanas, pero antes usa su experiencia como francotirador y viaja a Sonora para cobrar venganza.

Esa es la sinopsis de la serie NCIS, que en Estados Unidos es vista cada semana por al menos 20 millones de televidentes, a través de la cadena CBS. La historia de Gibbs y su equipo de investigadores lleva nueve temporadas al aire; la décima está en preproducción y saldrá al aire en ese país la última semana de septiembre cuando comiencen los estrenos de otoño.

Como NCIS, muchas series de televisión han desarrollado tramas en el marco de la protección de la seguridad nacional de EU, de tal modo que sus televidentes arropen a sus personajes y apoyen la política de intervención de su país para defender su suelo.

México a la par de Irán, Yemen y Corea del Norte

Series como NCIS Los Ángeles y The Wire ya plantearon la peligrosidad de los cárteles mexicanos y los ponen en el mismo grado de atención que en su momento tuvieron los regímenes africanos en series como 24, The West Wing o ahora The Event, pero con una invasión extraterrestre.

En el caso de la primera, existió un cruce entre delincuentes de origen mexicano y su apoyo a la compra de armas por parte de un traficante de Yemen, a quien finalmente capturan por una afrenta sentimental.

El impacto de las tramas policiacas en las audiencias estadunidenses es todavía incierto, toda vez que no existen estudios formales acerca de la forma en que los televidentes ven a nuestro país respecto con las historias que se les venden desde Hollywood, a través de la televisión.

No obstante, la industria del entretenimiento de Estados Unidos ha demostrado que puede retomar temas sensibles para esa nación y hacer una difusión que ya logró sacar a una gran cantidad de personas, en domingo por la noche, a celebrar la captura y muerte de Osama bin Laden.

México, sin embargo, es puesto en muchas de las tramas policiacas como un enemigo al cual temerle, sea por su influencia en el tráfico de personas y estupefacientes, o porque la lucha contra el narcotráfico en nuestro país ha cobrado la vida de 40 mil personas desde su inicio, en diciembre de 2006, cifras que no se acercan a las que se tienen en países en verdaderos conflictos armados, como Afganistán e Irak.

Así como James Bond combatió al régimen comunista en favor del capitalismo y sus instituciones, parece que México junto con otros estados son los enemigos a enfrentar en caso de que amenacen la estabilidad de ese país.

24 tortura a delincuentes nacionales

Esa no fue la primera. Una de las series más exitosas fue 24, producida por la cadena FOX y que además “revolucionó” la forma de contar historias en la televisión debido a que su trama transcurría en un día entero. Durante 24 horas (de ahí el nombre), Jack Bauer defendía su honor, sus principios, su país y a su familia, aunque ello implicara actuar al margen de la ley.

Para la tercera temporada, Bauer era un “antihéroe” que tenía más defectos que virtudes y su desdén por las leyes y tratados internacionales fue evidente cuando torturó a criminales mexicanos que buscaban esparcir un gas letal en contra de la población de Los Ángeles. El plan de los mexicanos perseguía la liberación de Salazar, uno de sus líderes encarcelado y llevado ante la justicia por tráfico de estupefacientes. Era 2003 y más 15 millones de televidentes vieron esta serie durante los siete meses que se transmitió.

Contubernio entre autoridades

NCIS también propuso un contubernio entre autoridades mexicanas y cárteles de la droga. Al final de la temporada siete, en abril de 2010 –y con niveles de audiencia subiendo– los creadores decidieron revivir el pasado de Gibbs y darle salida a los demonios del nuevo héroe de los televidentes estadunidenses.

A lo largo de cuatro capítulos, Gibbs y su equipo siguen una serie de asesinatos en instalaciones militares en el Este de EU que están relacionadas con el tráfico de estupefacientes provenientes de México. Paloma Reynosa es la cabeza del cártel más importante de este país, y quien persigue a Gibbs por una riña añeja.

La laboratorista que ayuda al equipo de Gibbs es invitada por Pedro Hernández, un alto mando en la procuración de justicia mexicana, a colaborar en un caso de este lado de la frontera, ello con el objetivo de mostrar sus habilidades forenses y descubrir las evidencias que darían el culpable de la muerte de un campesino en Sonora. Hernández y Reynosa se revelan como hermanos y en confabulación para hacer que el equipo forense de NCIS descubra que el campesino muerto fue acribillado por una bala disparada a más de 300 metros de distancia, y cuya trayectoria y firma singular pertenecen a Leroy Jethro Gibss.

¿El objetivo? Cobrar venganza por la muerte de su padre. Según datos de Nielsen, este capítulo tuvo más de 16 millones de espectadores en su estreno y significó un crecimiento de más de 10% con respecto de la temporada anterior.

Este 2011 NCIS se coló como el cuarto programa más visto en EU detrás de American Idol, The Biggest Loser y Dancing With the Stars.

Los Zetas en la mira de CSI

En noviembre de 2009, las series CSI (Crime Scene Investigation), CSI: Miami y CSI: NY hicieron la primera fusión de historias en sus tres franquicias con un común denominador: una banda de traficantes de personas que forzaban a mujeres a prostituirse, servir como vientres de alquiler ymutilarlas para vender sus órganos en el mercado negro.

El grupo fue identificado como Los Zetas y operaban con mujeres originarias de países hispanos que llegaban a Estados Unidos con la promesa de un mejor futuro como modelos o edecanes.

Este primer cruce de historias fue exitoso para la CBS, cadena que transmite las tres series, pues obtuvo un promedio de 15.82 millones de televidentes para CSI, 12.65 para CSI Miami, y 12.66 millones de espectadores para la más joven, CSI NY, según datos de The Nielsen Company en Estados Unidos.

La línea que se cruza sin pudor

Una constante en las series policiacas producidas en Estados Unidos es la forma en que su sistema de justicia es violentado por aquellos que suponen defenderlo. No obstante, a últimas fechas, se nota un cambio que parece más bien tendencia en tramas televisivas.

En abril de 2011, la serie La ley y el orden Los Ángeles presentó el capítulo Silver Lake, en el que se busca a los culpables de la muerte de cuatro adultos y tres niños durante una fiesta de quince años en un barrio latino de esa ciudad. Un niño de 13 años, quien fue secuestrado para cuidar un plantío de mariguana en el este de la ciudad es quien identifica al culpable, quien además está relacionado con altos mandos diplomáticos en el consulado angelino.

El fiscal de distrito de Los Ángeles pide ayuda a una mujer de su confianza, con un nuevo cargo en el Departamento de Justicia mexicano, quien a la distancia y a través del teléfono somete al cónsul en Los Ángeles y permite que el presunto culpable sea llevado a la corte con el aval de las leyes mexicanas. La mujer en cuestión se llama en la trama Marisela Díaz y se dice que recién ascendió en la escala de mando en dicho departamento de justicia.

Luego de un aparente final feliz, el chico de 13 años, quien sería testigo es encontrado muerto y con ello, el presunto culpable sale de la cárcel sin ser juzgado. Este hecho regresará para el final de la serie, cuya transmisión está programada para el 13 de junio, y que cerrará el ciclo de esta serie debido a su pobre desempeño ante las audiencias: cinco millones de televidentes, cuando en su estreno registró 10.64, en septiembre pasado.

Cable aporta más todavía

En la TV por cable también se han visto tramas con mexicanos como antagonistas.

Weeds, plantío en casa

En 2008, la joven cadena Showtime estrenó la cuarta temporada de Weeds, una serie acerca de una ama de casa que se ve obligada a vender mariguana para sostener a su familia en un barrio marginal de la ciudad ficticia de Agrestic, California. Nancy planta sus propias matas de hierba y con el paso del tiempo se hace de varios enemigos en el negocio.

El más poderoso es un mexicano que la seduce con tal de mantener el control del mercado de la mariguana en esa zona de California. Esteban Reyes es, además, alcalde de Tijuana y busca mayor poder político en su país, se allega de los recursos de la venta de la sustancia para financiar sus campañas.

También aparece una mujer con alto poder político en el centro de México: Pilar, abogada recién incorporada al Departamento de Justicia mexicano y que ejerce gran influencia sobre Esteban. Ambos roles son interpretados por Demián Bichir y Kate del Castillo.

La temporada fue una de las más vistas de esa serie. La audiencia alcanzó más de un millón de televidentes y sumó 500 mil más para la siguiente temporada, cuando se contó cómo se usaban túneles desde Tijuana y hasta San Diego para transportar la droga.

The Shield y Son’s of Anarchy

El canal FX, del conglomerado FOX, produjo y transmitió la serie The Shield, que seguía la vida de un escuadrón de policía de Los Ángeles que combatía las mafias que se peleaban el control de la distribución de la droga en esa ciudad.

Los recurrentes eran el Cártel Mexicano y la Manada de la Muerte, mercenarios a las órdenes del cártel mexicano. Durante siete temporadas, los conflictos para llevar a la justicia a los integrantes de ambos grupos fueron de tal magnitud, que el departamento de policía pidió ayuda a la diplomacia y las agencias de inteligencia en Washington.

Son’s of Anarchy se estrenó en 2008 por la misma señal; se refiere a grupos de motociclistas que se dedican a actividades ilícitas. Para su cuarta temporada, Danny Trejo (Machete de Robert Rodriguez) dará vida a un ex militar.

Una más de criminales

En 2003, la cadena NBC trató de hacer su propia versión acerca de criminales mexicanos que operaban en suelo gringo. Kingpin se transmitió en febrero y fue cancelada al lograr poca audiencia: apenas 2.1 millones de televidentes de un universo de siete u ocho, según datos de Nielsen.

La trama giró en torno a un traficante de drogas mexicano que operaba bajo el cobijo de autoridades de ambos lados de la frontera. Su base de operaciones estaba en Los Ángeles y constantemente se hacían referencias a la vida previa del protagonista, quien vivió en la pobreza en algún sitio árido del norte de México.

Estas series han sido escritas por guionistas que retomaron ideas de El Padrino, Los Soprano, The Wire y The Corner, todas historias con un tema común: tráfico de drogas y el control de su distribución.

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