lunes, 30 de mayo de 2011

Fallece en Miami el columnista político Adolfo Rivero Caro

Fallece en Miami el columnista político Adolfo Rivero Caro 

 

04/19/2008 Photo by David Santiago El Nuevo Herald
El Nuevo Herald columnist Adolfo Rivero Caro.
04/19/2008 Photo by David Santiago El Nuevo Herald El Nuevo Herald columnist Adolfo Rivero Caro.
DAVID SANTIAGO / DAVID SANTIAGO

jcchavez@elnuevoherald.com

Adolfo Rivero Caro, fundador del movimiento de derechos humanos en Cuba, cuyos escritos en defensa de la democracia y las causas conservadoras le ganaron un devoto público en Estados Unidos y América Latina, murió el jueves en el Hospital Hialeah, víctima de cáncer. Tenía 75 años.
“Fue un hermano de incomparable valor, que se constituyó en uno de los baluartes de la lucha de aquellos años terribles’’, dijo en Miami su amigo Ricardo Bofill, otra de las figuras cimeras de ese movimiento. “Hemos compartido prisión, persecuciones y Adolfo nunca flaqueó. Era de una extraordinaria perseverancia. La perseverancia fue una de sus características”.
Apasionado defensor de las ideas neoliberales y crítico implacable del castrismo y las dictaduras de cualquier signo, Rivero mantuvo por más de 20 años una columna semanal en El Nuevo Herald. Su estilo directo y mordaz, así como su amplia cultura y la rigurosa preparación para tratar cada tema, lo convirtieron en una de las voces más influyentes, polémicas y admiradas de este periódico, donde también se desempeñó como traductor.
“Fue un empleado ejemplar y un columnista muy querido por nuestros lectores. Para nuestro periódico y para Miami es una gran pérdida y lo vamos a extrañar”, dijo Manny García, director de El Nuevo Herald.
Junto con un puñado de ex presos políticos y activistas, Rivero contribuyó a crear en la década de 1980 el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, matriz del actual movimiento disidente. Entre otras figuras de enorme prestigio como Bofill, los hermanos Gustavo y Sebastián Arcos Bergnes, Jesús Yánez Pelletier y Elizardo Sánchez Santacruz, Rivero enfrentó durante años el acoso de la Seguridad del Estado, las campañas oficiales de difamación, los ataques de turbas progubernamentales y la cárcel. Colegas, amigos y familiares recuerdan que siempre estuvo orgulloso de haber participado en una lucha civil que transformó la historia cubana.
“Adolfo era una persona que estuvo en el camino de buscar la libertad y esas inquietudes que tienen los hombres de gran pensamiento por la mejora de la situación de los pueblos”, indicó en Miami su amigo Diosmel Rodríguez.
Nacido el 24 de agosto de 1935 en el seno de una familia acomodada en La Habana, Rivero estudió Leyes en la Universidad de La Habana. Su pasión por la lectura, la investigación académica y el análisis profundo de las tendencias políticas lo distinguieron entre los jóvenes intelectuales de su época.
Tras el golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, se integró a las filas juveniles del Partido Socialista Popular (PSP). Al triunfo de Fidel Castro en 1959 fue nombrado director de la revista de la Asociación de Jóvenes Rebeldes. También ocupó el cargo de organizador nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En el campo académico se desempeñó como profesor de filosofía marxista en la Universidad de La Habana.
Ya en franca ruptura con la línea del gobernante Fidel Castro, en 1968 fue uno de los autores de un documento de 80 páginas dirigido al Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) denunciando la burocratización del socialismo cubano. En una entrevista publicada por El Nuevo Herald, en 1990, Rivero calificó la carta como “el primer gran intento de crítica que se le hizo al régimen”.
Poco después de que se diera a conocer el documento de 1968, Castro ordenó una extensa purga en las filas del gobierno, las fuerzas armadas y el PCC, conocida como el proceso contra “la microfracción”. La purga abarcó desde antiguos militantes del PSP hasta profesores universitarios de tendencia liberal. Rivero fue expulsado del PCC así como de su cátedra universitaria. Como castigo por sus ideas fue enviado a trabajar de ayudante de mecánico en un taller de reparación de autobuses.
Modesto Arocha, compañero universitario de Rivero, declaró que a pesar de las presiones y los actos de hostigamiento éste nunca tuvo miedo de expresar sus ideas.
“Lo conocí hace muchos años, desde 1956, y siendo muy joven ya era una persona leída e intelectual”, añadió Arocha. “Empezó a chocar con la dirigencia cubana en el marco de un proceso muy rápido en el que todos caímos presos. Sin embargo, siempre se movió con una actitud valiente y sincera”.
A fines de la década de 1970, Rivero comenzó a ser detenido frecuentemente por la Seguridad del Estado. Durante los dos años que estuvo en prisión estableció contacto con miembros del incipiente Comité Cubano Pro Derechos Humanos como Bofill y Sánchez. En 1982 formó parte de ese grupo fundador.
“Adolfo fue un pionero de la oposición frente al régimen totalitario”, precisó Sánchez desde La Habana. “Puedo decirte que en los medios disidentes fue una de las mentes más lúcidas, hombre de gran cultura y brillante como analista político”.
En mayo de 1988 Rivero partió al exilio rumbo a Francia por gestiones y pedidos de ayuda internacional de su único hermano y ex preso político, Emilio Adolfo. En 1989 viajó a Estados Unidos para comenzar a trabajar en Radio y TV Martí. Tras una estancia en Washington se estableció en Miami.
Con un profundo manejo de la situación política cubana e internacional, Rivero desarrolló una trayectoria única en el periodismo y el pensamiento cubanos. Fundó un portal electrónico www.neoliberalismo.com, ampliamente visitado por lectores de todo el mundo. Sus columnas le ganaron varias distinciones de prestigiosas instituciones como la Sociedad Interamericana de Prensa.
Como columnista, ensayista y conferencista, Rivero fue una figura respetada y querida en el escenario intelectual cubano tanto en el exilio como en la isla. Frecuentemente era invitado de los principales programas de opinión en la televisión y la radio locales. Muchos de los columnistas que antagonizaron con él en las páginas de El Nuevo Herald lo recuerdan como un rival feroz y con frecuencia imbatible, aunque siempre dispuesto a valorar una idea contraria.
Además de su hermano Emilio Adolfo, le sobreviven su hijo Alejandro, su nuera Amparo y su nieta Oriana; y su sobrina Irma Alicia Rivero Price y familia.
Los servicios fúnebres sin cuerpo presente se realizarán el sábado de 4 a 8 p.m. en la Funeraria Bernardo García, 8215 SW 40 Street. Posteriormente su cuerpo será cremado.
“Adolfo era un formidable amigo y hermano”, señaló Emilio Adolfo. “Y a medida que se hizo más culto tuvo mayor conocimiento de todo lo que ocurría a su alrededor. Era un pensador incansable”

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