viernes, 27 de mayo de 2011

Lo que queremos es que se anime

Lo que queremos es que se anime Cordero

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva

A estas alturas del sexenio pasado, mayo de 2005, le pregunté en entrevista al entonces medio desvalido Felipe Calderón por qué no se esperaba al 2012. Tendría menos de 50 años y, sobre todo, no tendría que enfrentar al candidato indiscutido de Vicente Fox, el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel.

Me respondió con una ráfaga de razones que se resumían en una:

—No voy a esperar seis años, si puedo ganar hoy.

Sonaba a fanfarronada. Las encuestas lo ponían muy atrás de Creel y a años luz del perredista Andrés Manuel López Obrador. Pero eran palabras que destilaban pasión. Calderón quería ser precandidato, candidato y presidente.

Nada que ver con Ernesto Cordero, presunto candidato del presidente Calderón. Quizá esa personalidad hamletiana, de hombre dubitativo que se pasa la vida deshojando margaritas, esté diseñada por una gran firma de mercadotecnia. De otra forma cuesta entender tanta vacilación. Ayer, cuando juntó a los medios para dar respuesta a la cargada de más de 100 notables panistas, habló sin cruzar la línea:

—Puedo decir que aspiraciones sí tengo, pero por el momento cumplo con una altísima responsabilidad.

Manuel Minjares, promotor del desplegado, nos confesó que no le avisaron:

—Aplicamos lo de más vale pedir perdón que pedir premiso. Consideramos, aquí entre nos, que si le pedíamos su opinión, nos iba a decir “espérense, cálmense, ahorita todavía no”.

—¿Madrugaron a Cordero?

—Lo que queremos es que se anime Ernesto, que vea que hay un grupo importante que sí estamos convencidos de su capacidad, de su liderazgo, de los resultados que ha dado y de que es la persona que necesitamos.

Hay un toque dramático en la historia de este hombre con cara de que no quiere ser rey.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario