domingo, 29 de mayo de 2011

Para Zelaya, "la sangre derramada no fue en vano"

"La sangre no se derramó en vano", dijo Manuel Zelaya poco después de aterrizar en Tegucigalpa, en alusión a la mortal represión posterior al golpe de Estado que le arrebató el poder.
Aeropuerto de Tegucigalpa
Miles esperaban a Zelaya, para quien "la sangre no se derramó en vano".
El ex presidente de Honduras, quien fue destituido de su cargo en 2009, regresó el sábado a Honduras a bordo de un avión privado de Nicaragua, luego de su exilio en Costa Rica, la embajada de Brasil en Honduras, y República Dominicana.
Otra vez Toncontín. Han pasado casi dos años desde aquel 5 de julio en el que Zelaya, entonces presidente de Honduras derrocado por un golpe de Estado, intentara aterrizar en este aeropuerto, en Tegucigalpa.
Ese día de 2009 los camiones militares se interpusieron en la pista de aterrizaje para evitar el descenso del avión venezolano que pretendía regresar a Zelaya a su país, después de haber sido expulsado a la fuerza en la noche del 28 de junio.
Este sábado la historia es bien diferente.
Acompañado por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, su familia y la ex canciller hondureña Patricia Rodas, Zelaya llegó en un avión venezolano proveniente de Managua.
Ahora -en el lugar de camiones militares- lo esperaban miles de simpatizantes en el aeropuerto de Tegucigalpa. Al abordar el avión en la capital, Managua, Zelaya dijo que su exilio había sido "una tortura".
"Resistencia pacífica compañeros"
Manuel Zelaya
En un escenario montado en una plaza cercana, Zelaya pronunció un esperado discurso ante miles de seguidores. "No se derramó la sangre en vano porque estamos en pie de lucha manteniendo nuestras posiciones vigentes. Resistencia pacífica compañeros. Resistencia es hoy el grito de victoria del retorno a Honduras de todos los derechos y las garantías de la democracia hondureña", dijo Zelaya desde el escenario.
Zelaya fue forzado al exilio por militares luego de que no cumpliera con una orden del Tribunal Supremo de anular la votación no vinculante sobre cambios en la Constitución.
Su regreso fue posible gracias a acuerdo firmado el lunes en Colombia por Zelaya y Porfirio Lobo, actual presidente del país, que ayudó a pavimentar el camino para su regreso.
El acuerdo, negociado por los presidentes de Venzuela y Colombia, también prepara el camino para la re-entrada de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Honduras fue expulsado del organismo regional tras la salida forzada de Zelaya.
clic Vea: cronología de la crisis hondureña

Reconciliación

EL ACUERDO DE CARTAGENA

Porfirio Lobo y Manuel Zelaya, en la firma del Acuerdo de Cartagena de Indias
  1. Estricto cumplimiento de la Constitución y la ley por parte del gobierno
  2. Garantizar el regreso de Zelaya y su derecho a "su acción política en condiciones de seguridad y libertad"
  3. Regreso de los seguidores de Zelaya en el exilio, en condiciones de seguridad y libertad
  4. Anular los procesos judiciales en contra de Zelaya
  5. Especial cumplimiento de la Constitución en lo referente a derechos humanos
  6. Participación del Frente Nacional de Resistencia Popular en los procesos electorales
  7. Zelaya podrá convocar una Asamblea Nacional Constituyente, pero dentro de los límites ya previstos en la actual carta magna
  8. Mayor cooperación con instancias internacionales sobre derechos humanos, a través de una nueva Secretaría
  9. Constituir una Comisión de Seguimiento integrada por los cancilleres de Colombia y Venezuela
La vuelta del ex presidente es uno de los puntos del acuerdo de Cartagena de Indias, firmado el pasado 22 de mayo por él y por el actual presidente, Porfirio Lobo, con los mandatarios de Venezuela y Colombia como testigos y facilitadores de un pacto aplaudido por Estados Unidos (vea en el cuadro de la derecha los otros puntos del texto).
Zelaya "puede regresar a Honduras sin ningún temor, se le va a tratar con todo el respeto de un ex presidente y garantías que nada va a pasar", aseguró Lobo, quien dice haberse marcado como prioridad "reconciliar a la familia hondureña".
Una tarea que no será fácil en un país donde, según organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional o Reporteros Sin Fronteras, desde el Golpe se han intensificado los ataques a campesinos, homosexuales y periodistas críticos.
"La reconciliación nacional dependerá de que cada una de las partes entienda que aquí no estamos tratando de vencer al otro, sino de convivir de nuevo en paz y democracia en una nueva sociedad", le dice a BBC Mundo el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio.
"Los hondureños están empezando a convivir normalmente, pero la situación nunca fue ideal ni antes, ni durante ni después de Zelaya: falta de oportunidades económicas, malnutrición, deficiencias educativas e impunidad siguen siendo nuestros principales problemas", sostiene.

¿Una amnistía?

"En Honduras hay varias crisis: la política, la económica, la social… Se ha cerrado la primera etapa de un periodo, cuyo principal objetivo era vencer el exilio, pero quedan otros desafíos", dice por su parte Rasel Tomé, vocero del FNRP.
Entre ellos, poder llevar ante la Justicia a quienes participaron en el Golpe de junio de 2009, asegura.
En el Acuerdo de Cartagena, el actual gobierno dice reconocer que "durante la crisis política ha habido personas que estiman haber sido afectadas por la vulneración de sus derechos humanos". Pero no existe una mención específica a las responsabilidades de los supuestos agresores.
"La reconciliación nacional dependerá de que cada una de las partes entienda que aquí no estamos tratando de vencer al otro, sino de convivir de nuevo en paz y democracia en una nueva sociedad"
Ramón Custodio, comisionado Derechos Humanos
"Esto o supone para nada una amnistía para los golpistas", le explica a BBC Mundo Tomé, quien cree que esa será una de las luchas que asuma ahora el FNRP.
Para ello el Frente buscará registrarse como un partido que pueda presentar sus candidatos a las próximas elecciones, según se contempla en el texto rubricado por Lobo y Zelaya.
En dicho acuerdo también se celebra la anulación de los procesos judiciales en contra del presidente exiliado, algo que tampoco agrada a alguno de los actores protagonistas de la crisis política.
Hay quienes, como Roberto Micheletti —a quien el Congreso eligió como mandatario interino tras la expulsión de Zelaya— exigen ver al coordinador general del FNRP sentado en el banquillo.
"No creo que en mi país va a haber nada que diga borrón y cuenta nueva. Tenemos que ir a los tribunales", dijo Micheletti en una conferencia de prensa.

Regreso a las instituciones

Pancarta de Manuel Zelaya.
Hay mucha expectativa en torno a las consecuencias políticas que tendrá el regreso del derrocado ex presidente.
Si bien la reconciliación nacional o el reparto de culpas parecen tareas a largo plazo para la sociedad hondureña, al menos se vislumbra una consecuencia directa y a corto plazo de la vuelta de Zelaya: el regreso de Honduras a las instituciones que la desterraron tras el Golpe.
El próximo 1 de junio, los países miembros de la OEA decidirán sobre el regreso de Honduras al seno del organismo continental en una asamblea general extraordinaria que se celebrará en Washington.
Según el secretario general de la organización, José Miguel Insulza, los puntos principales que marcan el acuerdo alcanzado en Cartagena son coincidentes con los reclamos de la OEA a Honduras desde hace dos años.
El gobierno de Honduras, que no oculta el "ambiente favorable para ese regreso", también anunció que iniciará las negociaciones para propiciar la reincorporación del país a Petrocaribe.
Y cada vez es más frecuente ver al presidente Lobo participar en cumbres regionales junto a otros líderes centroamericanos como Álvaro Colom o Daniel Ortega, firmes defensores de Manuel Zelaya.

Los indígenas que quieren el dinero del narco

Los indígenas que quieren el dinero del narco

 
Separatistas indígenas misquitos con armas rudimentarias
Los separatistas misquitos dicen que han sido marginalizados por el gobierno central.
Agarrando una lanza de madera afilada y vestido con los restos destrozados de su uniforme militar, Ismael Zamora insiste en que está listo para el combate.
Zamora, un ex guerrillero de "la Contra", forma parte de un movimiento indígena separatista en la costa caribe de Nicaragua.
Si bien la lanza casera que Zamora lleva hoy en día no es tan formidable como el fusil AK-47 y el lanzacohetes RPG-7 que arrastró durante el levantamiento indígena contra el gobierno sandinista en la década de los 80, Zamora insiste en que la lanza sirve su propósito.
"Es para defender mis derechos y mi tierra", dice Zamora, un hombre de 63 años de edad bien llevados, flanqueado por una docena de otros excombatientes indígenas misquitos que portan similares armas improvisadas.
"Las drogas se han convertido en un monstruo blanco que nos ha esclavizado y ha exacerbado la crisis. Pero es una crisis que dará lugar a un cambio de sistema"
Oscar Hodgson, asesor legal del Consejo de Ancianos
La muestra simbólica de fuerza es más pintoresca que temible pero demuestra la sensación de vulnerabilidad que sienten las comunidades indígenas a las amenazas viejas y nuevas.
A medida que los carteles de las drogas se vuelven cada vez más activos en Centroamérica, se registra un flujo de dinero sucio en las comunidades pobres a lo largo de la costa caribe de Nicaragua.
Grandes mansiones, camionetas 4x4 nuevas y lujosas embarcaciones muestran que algunos nativos ya están tomando ventaja de los narcodólares que circulan en su región.
Sin embargo, para las comunidades en su conjunto, las actividades de las bandas de narcotraficantes "han traído un aumento de la delincuencia organizada y la drogadicción".

Vínculos británicos

Separatistas con una bandera de Moskitia
La región es la más pobre de Nicaragua.
Desde hace mucho tiempo la región se ha sentido vulnerable a la interferencia exterior.
Durante más de dos siglos, los misquitos se aliaron con el Reino Unido al tiempo que oponían resistencia al dominio colonial español.
Su tierra, que se extendía desde lo que hoy es Honduras en el norte a lo largo de la actual costa caribe de Nicaragua, se convirtió en un protectorado británico.
Nicaragua se anexó el territorio de la Mosquitia en 1894.

Independencia... ¿ahora?

El gobierno de Nicaragua no reconoce las renovadas demandas de independencia de los misquitos ni tampoco ningún otro país.
E incluso entre las poblaciones indígenas locales, el movimiento separatista no parece estar muy arraigado. Sin embargo, eso no ha atemperado el entusiasmo de los separatistas.
El Consejo de Ancianos -la tradicional estructura de poder de las comunidades indígenas- ha revivido la idea de restablecer la independencia bajo la bandera de la "Nación Comunitaria Misquita", como una manera de hacer frente a sus problemas por sí mismos.
El consejo propuso un referéndum a realizarse a finales de este año para prguntarle a las comunidades indígenas si quieren vivir bajo la ley nicaragüense o separarse bajo la antigua "Ley Suprema de Moskitia".

El dinero que hay

Líderes separatistas han enviado cartas a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y a la Reina Isabel II de Inglaterra pidiendo ayuda.
"En nuestra opinión, el dinero de la droga que es confiscado aquí en la costa debe quedarse en la comunidad"
Oscar Hodgson, asesor legal del Consejo de Ancianos
Pero con pocas perspectivas de respaldo exterior, los líderes indígenas dicen que podrían verse obligados a ayudarse a sí mismos con los únicos medios de financiación disponibles para su aspirante nación: los narcodólares.
Esto quiere decir, con el dinero de la droga que se mueve de forma ilícita por las comunidades mediante la compra de silenciosas lealtades, el dinero que se desprende de paquetes de droga abandonados por los narcotraficantes que deben huir o aquellos que son confiscados por las autoridades.
"La economía de esta región es una economía de la droga", le dijo a la BBC Oscar Hodgson, asesor jurídico del Consejo de Ancianos y líder separatista.
"En nuestra opinión, el dinero de la droga que es confiscado aquí en la costa debe quedarse en la comunidad", señaló Hodgson.
"El dinero bueno se puede usar para cosas malas, pero al mismo tiempo, el dinero sucio del narcotráfico se puede utilizar para cosas buenas si se pone en manos del Consejo de Ancianos", agregó.
Por ejemplo, indicó, los fondos podrían ser utilizados para construir un hospital nuevo o ayudar a rehabilitar a los jóvenes misquitos que son adictos a las drogas.
Hodgson añadió que hasta ahora el consejo se ha negado a tomar dinero proveniente del tráfico de drogas, pero que es tema de discusión en la Gran Asamblea que tiene lugar este mes.

"Monstruo blanco"

Otros parecen menos convencidos, entre ellos el "Comandante Papaya", un ex líder guerrillero misquito que se convirtió en predicador evangélico.
"Es mejor ser pobre con buen carácter que tomar dinero de la droga y tratar de hacer cosas buenas con él", dijo.
Y las autoridades son claras frente al tema.
Oscar Hodgson
Hodgson cree que el momento del cambio ha llegado.
El portavoz del Ejército de Nicaragua, coronel Juan Ramón Morales, dijo que sólo por el hecho de que el grupo indígena se identifica como separatista no significa que está exento de las leyes nicaragüenses.
Morales restó importancia a la amenaza planteada por los separatistas, pero indicó que cualquier participación en el tráfico ilícito de drogas es considerada una infracción grave.
Incluso la sugerencia de planes para utilizar narcofinanciación es una declaración que constituye "una violación virtual de la ley establecida", sentenció.

Se acabó la paciencia

Mientras el debate entre los indígenas sobre el dinero proveniente de las drogas continúa, la gente aquí coincide con el hecho de que las comunidades marginadas necesitan ser desarrolladas.
Y es que 21 años después del acuerdo de desarme de 1990, que puso fin al levantamiento indígena, muchos de los ex combatientes -que ahora tienen entre 40 y 60 años de edad- aseguran que su paciencia finalmente se ha acabado.
Y la generación más joven parece compartir esa frustración.
Los separatistas dicen que las promesas de ayudas estatales y de financiación nunca se concretaron, a pesar de la insistencia del gobierno de que se están haciendo progresos.
"Luchamos por una causa justa pero luego tomaron nuestras armas y nos dejaron viviendo así", dijo el ex combatiente Carlos Molina.
"Hoy en día los sandinistas están viviendo bien, mientras que a nosotros nos han dejado de lado", lamentó.

Profecía

Sin embargo, los líderes indígenas dicen que el cambio nace de la crisis.
Y algunos piensan que los múltiples problemas derivados de las drogas, la política y la pobreza forman parte de una profecía que culminará en el renacimiento de la nación indígena.
"Las drogas se han convertido en un monstruo blanco que nos ha esclavizado y ha exacerbado la crisis. Pero es una crisis que dará lugar a un cambio de sistema", vaticinó Hodgson.

"Era la única forma de deshacerse de él"

"Era la única forma de deshacerse de él"


Rafael Leonidas Trujillo gobernó la República Dominicana con mano de hierro durante casi 30 años antes de ser asesinado en una oscura carretera el 30 de mayo de 1961.
Uno de los hombres que le dispararon esa noche conversó con la BBC.

Rafael Leonidas Trujillo
Rafael Leonidas Trujillo gobernó República Dominicana por 30 años.
Antonio Imbert tiene 90 años. Es un hombre corpulento con el pelo muy corto que incluso se puso su uniforme militar para recibirme.
Imbert es oficialmente un héroe nacional porque hace 50 años fue uno de los hombres que emboscó y mató al gobernante dominicano.
Su esposa, Giralda, lo lleva a la sala y él se dirije lentamente hacia una pequeña silla mecedora. Giralda le enciende un cigarrillo al tiempo que él me pregunta: "¿Qué quieres saber?".
Era tarde en la noche cuando Trujillo fue asesinado en un tiroteo en la carretera que conduce de la capital, llamada entonces Ciudad Trujillo, a San Cristóbal, donde el ex líder militar tenía una joven amante.

"Le disparé de nuevo"

El drama lo aborda el escritor peruano ganador del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en su novela "La Fiesta del Chivo", que fue publicada en el año 2000.
Imbert y otros tres conspiradores estaban esperando en su automóvil a que pasara el Chevrolet con chófer en el que viajaba Trujillo. Dos vehículos con otros tres hombres armados estaban apostados más adelante en la carretera.
A sus 90 años, la memoria de Imbert no es lo que era. Pero sí se acuerda de haber perseguido el automóvil de Trujillo y también recuerda los primeros disparos.
Antonio Imbert (Foto: Tim Mansel)
Imbert es oficialmente un héroe nacional por matado a Rafael Trujillo.
Lo que también recuerda bien Imbert es el momento en que el chófer de Trujillo redujo la velocidad y decidió atravesar su vehículo para bloquearle el camino. "Luego comenzamos a disparar".
Trujillo y su conductor se defendieron. Imbert narra cómo eventualmente él y uno de los otros se bajaron del coche para acercarse a su objetivo.
"Trujillo estaba herido, pero todavía podía caminar, así que le disparé de nuevo", cuenta.
El cadáver del gobernante, conocido simplemente como "El Jefe", quedó tendido sobre la carretera. "Luego lo pusimos en el coche y se lo llevaron".

Nadie me mandó a matarlo

Cincuenta años más tarde, me pregunto si Imbert todavía se enorgullece de haber sido uno de los que disparó.
"Claro", responde. "Nadie me dijo que fuera a matar a Trujillo. La única manera de deshacerse de él era matarlo", asegura.
"Si yo fuera dominicano, que gracias a Dios no lo soy, estaría en favor de la destrucción de Trujillo como el primer paso necesario para la salvación de mi país y, de hecho, lo consideraría como mi deber cristiano"
Henry Dearborn, CIA
El general Imbert -obtuvo ese rango militar más tarde para que pudiera recibir una pensión del Estado- no es el único en sacar esta conclusión.
"Si yo fuera dominicano, que gracias a Dios no lo soy, estaría en favor de la destrucción de Trujillo como el primer paso necesario para la salvación de mi país y, de hecho, lo consideraría como mi deber cristiano", escribió Henry Dearborn -el jefe de facto de la oficina de la CIA en República Dominicana- en una carta a sus superiores del Departamento de Estado en octubre de 1960.
"Si recuerdan a Drácula, recordarán que era necesario clavar una estaca en su corazón para evitar la continuación de sus crímenes. Creo que la muerte súbita sería más humana que la solución del nuncio, que una vez me dijo que pensaba que debía rezar para que Trujillo tuviera una enfermedad larga y persistente", continuaba la misiva.

"La Guerra Fría en el Caribe"

Rafael Leonidas Trujillo había tomado el poder en 1930. Se trataba de un poder absoluto que no admitía oposición. Los que se atrevieron a oponerse fueron encarcelados, torturados y asesinados. A menudo, sus cuerpos desaparecían y se decía que eran utilizados para alimentar a los tiburones.
"Tengo que comparar su régimen con el de Stalin o con el actual gobierno en Corea del Norte", señala el historiador dominicano y ex embajador en Washington Bernardo Vega.
Zapatos utilizados por Antonio Imbert la noche que dio muerte a Rafael Leonidas Trujillo  (Foto: Tim Mansel)
Cada 30 de mayo, Imbert se coloca los zapatos que se puso para matar al ex gobernante militar.
En 1937, Trujillo ordenó la masacre de varios miles de haitianos en un intento por realizar una "limpieza étnica" y luego a regañadientes pagó una indemnización.
Además, cambió el nombre de la capital a Ciudad Trujillo, así como el de la montaña más alta del país, a la cual denominó Pico Trujillo. Coleccionó medallas y títulos, expropió propiedades y negocios para sí mismo y su familia.
Durante esa época, mantuvo relaciones cordiales con Estados Unidos. Una fotografía tomada en 1955 lo muestra sonriente con el entonces vicepresidente Richard Nixon.
Sin embargo, la relación se agrió y, en 1960, Estados Unidos cerró su embajada y retiró a su embajador. La gota que colmó el vaso había sido un intento de asesinato patrocinado por Trujillo contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt.
El presidente Dwight Eisenhower ya había aprobado un plan de contingencia para eliminar a Trujillo si un sucesor adecuado podía ser inducido a tomar el relevo.
En ese caso, el único material de apoyo proporcionado por EE.UU. a los conspiradores eran tres carabinas M1 -que habían quedado en el consulado de EE.UU. tras la retirada del personal de la embajada- que fueron entregadas con la aprobación de la CIA.

Sin apoyo

Placa en conmemoración de la muerte de Trujillo  (Foto: Tim Mansel)
El asesinato de Trujillo es denominado "ajusticiamiento" y para conmemorar el evento, esta placa...
El nuevo gobierno de Kennedy retiró su apoyo formal al atentado contra la vida de Trujillo en el último minuto.
La fracasada invasión de Cuba en Bahía de Cochinos había tenido lugar sólo tres semanas antes y Kennedy estaba preocupado de que un vacío de poder en la vecina República Dominicana pudiera ser llenado por otro Castro.
"La Guerra Fría se había trasladado al Caribe", explica Bernardo Vega.
El complot para matar a Trujillo fue un desastre. A los pocos días casi todos los involucrados en la conspiración habían sido detenidos, junto con los miembros de sus familias. Fueron encarcelados, torturados y en muchos casos, asesinados.
Pero todos ellos son recordados como héroes. Una placa cerca del lugar donde Trujillo murió conmemora el sacrificio de estos hombres y se refiere a la muerte del ex gobernante militar no como un "asesinato" sino como "ajusticiamiento".
"Nosotros los dominicanos reaccionamos muy negativamente cuando a los que mataron a Trujillo los llaman asesinos", dice Bernardo Vega.
"El ajusticiamiento es una forma de darle un giro positivo, decir que era algo bueno", aclara.

El sombrero y los zapatos

Antonio Imbert le debe su supervivencia a la valentía del cónsul italiano en Santo Domingo, quien le permitió esconderse en su casa durante seis meses.
...así como esta escultura.
Él fue el único de los siete hombres que, tras participar en el tiroteo, sobrevivió el año 1961. Dos de ellos murieron tras resistirse a ser detenidos.
A los otros cuatro los sacaron de la cárcel y les dispararon en un acto de venganza personal ordenado por Ramfis, el hijo mayor de Trujillo.
Imbert aún conserva una de las carabinas M1 estadounidenses, pero no me permite verlas. "Ese tipo de cosas no se muestran", justifica.
Pero sí me deja ver el sombrero que utilizó para disfrazarse en los agitados días después del ataque, mientras caminaba por las calles de la capital en busca de refugio.
Imbert cuenta una historia de cómo tomó un autobús público y el conductor lo reconoció, pero no aceptó que pagara nada por respeto a lo que había hecho.
Su esposa trae el par de zapatos marrones que calzaba la noche que le disparó a Trujillo.
Son sorprendentemente pequeños -talla 37 y medio- y están visiblemente desgastados. "Nunca han sido reparados", confiesa su esposa.
"Él se los pone cada 30 de mayo y, a veces, los lleva durante varios días".

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