jueves, 19 de mayo de 2011

Peru: VII Razon para no votar por Ollanta

Peru: VII Razon para no votar por Ollanta – por Sergio C. Tapia Tapia

Ollanta es enemigo de los derechos fundamentales de todo ser humano. Ollanta amenaza el derecho de asociarse libremente. Esta es una actitud muy característica de los déspotas.
La Constitución peruana en su artículo segundo precisa los derechos que tienen todas las personas. En el Inciso 13, de ese artículo segundo, se consagra el derecho de asociarse “sin autorización previa”, y se precisa que las asociaciones no pueden ser disueltas “por resolución administrativa”. Es decir, en el supuesto –negado– que Ollanta fuese el presidente, está impedido constitucionalmente de “disolver” asociaciones.Pero, Ollanta avisa a todos los peruanos, en la pág. 13 de su Plan de Gobierno, la intención que tiene de disolver las asociaciones de los empresarios: “la democracia es débil e incompleta”, porque “está acosada permanentemente por poderes fácticos (…) que nadie elige, nadie controla y nadie fiscaliza, como son el caso de los militares, los gremios empresariales, los medios de comunicación masivos, las iglesias, (…), quienes (…) fijan las agendas políticas, organizan la opinión pública y alcanzan niveles de participación privilegiada en la toma de decisiones y ejercicio del poder”.

La autoridad del Estado es necesaria, pero se puede enfermar. Cuando la autoridad no funciona, se produce la anarquía, porque al no haber quien gobierne se produce el caos general, como en el tránsito cuando no funciona el semáforo y no hay policía que ponga orden. La otra enfermedad, de la autoridad del Estado, es cuando se extiende más allá de los límites que debe de tener; es como un cáncer, que va creciendo en detrimento de otros organismos sociales, políticos o económicos. Ese cáncer es el totalitarismo, enfermedad a la que Ollanta es proclive.

Esto explica por qué a Ollanta le molestan los gremios empresariales, que son las asociaciones de los emprendedores peruanos. Los acusa con dureza, pero sin pruebas, en ninguna de las 198 páginas de su Plan de Gobierno se ha demostrado nada contra ellas. Por lo tanto, la postura de Ollanta es ideológica, no se basa en la observación de la realidad, sino en sus “ideas” prejuiciosas.

Durante la sangrienta Revolución “llamada Francesa”, la que se hizo famosa por el uso indiscriminado de la guillotina, se dictó una ley que prohibió el derecho de asociación. Fue una ley antinatural, la Ley Le Chapelier (ver: Carlos Sacheri, El Orden Natural, Lima, tres ediciones, pág. 40; también puede consultarse Wikipedia). Este personaje, Le Chapelier, fue el primer presidente de los “jacobinos”, esos gobernantes genocidas de la peor etapa de la Revolución-llamada-Francesa.

Hoy en día tenemos nuevos “jacobinos”, que los preside Ollanta. Que quieren negarnos el derecho de asociación. Primero empezará con los gremios de los emprendedores, luego seguirán todos. Por eso, el 5 de junio: No votes por Ollanta.

(*)Sergio C. Tapia Tapia es director jurídico de UnoAmérica

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