martes, 31 de mayo de 2011

Una Moneda Débil Es Bueno Para El Crecimiento Económico?

Una Moneda Débil Es Bueno Para El Crecimiento Económico?

La sabiduría popular dice que una moneda débil es muy bueno para el crecimiento económico y las exportaciones; sin embargo, la historia no apoya este punto de vista.

Por ejemplo, durante el período de 20 años entre 1971 y 1991 - frecuentemente referido hasta ahora como un milagro económico - el yen japonés se triplicó en valor frente al dólar, una tasa de apreciación de alrededor de 10% por año. Este mayor poder adquisitivo permitió a los japoneses disfrutar de un sostenido crecimiento económico y de crecientes niveles de vida. En ese tiempo, el PBI de Japón creció a una tasa anual promedio de 4.5% y sus exportaciones netas se quintuplicaron. La deuda del gobierno como porcentaje del PBi cayó levemente hasta uno 20%.

En los siguientes 20 años, desde 1991 hasta 2011, la economía japonesa ha estado estancada en el agua. La apreciación del yen se frenó considerablemente, con la moneda subiendo aproximadamente un 50% frente al dólar, o cerca de 2.5% por año. Sin embargo, durante ese tiempo, la economía japonesa y el crecimiento de las exportaciones netas se estancaron, con el PBI creciendo menos del 1% anual y la deuda del gobierno explotando por encima del 120% del PBI.

El problema real para Japón es que en el escenario posterior al estallido de las burbujas bursátiles e inmobiliaria, el gobierno japonés se negó a permitir que las fuerzas del mercado repararan el daño. En cambio, basó su torpe enfoque en restringir la suba de su moneda para mantener las exportaciones a los Estados Unidos. En esta visión mundial de poner los caballos delante del carro, Japón asumió que su crecimiento económico estaba en función de sus exportaciones. En realidad, las exportaciones fluyen de su crecimiento económico.

Por lo tanto, para diseñar una recuperación liderada por las exportaciones, Japón se embarcó en una era de planificación central gubernamental, de bombeado incentivador estilo keynesiano, y de casi interminables facilitamientos cuantitativos. El resultado fue un desastre. El único punto favorable fue que la fortaleza subyacente de la economía japonesa mantuvo a raya los precios al consumidor a pesar de toda la inflación deliberadamente creada por el Banco del Japón. Por lo que mientras los buenos empleos se hicieron más difíciles de encontrar, los consumidores ordinarios han tenido el beneficio de precios en baja. Es irónico que la ”deflación” de Japón es citada como la causa primordial de su malestar. Si la economía de Japón hubiera sido menos eficiente, su malestar de 20 años habría estado acompañado de crecientes precios al consumidor, también conocido como estanflación. Esto hubierra causado mucho más sufrimiento al pueblo japonés.

Aún así, como resultado de sus enormes errores de política económica, gran parte de los esfuerzos de Japón en los pasados 20 años han beneficiado a los estadounidenses más que a sus propios ciudadanos. Un tremenda porción de su poder adquisitivo fue transferido al otro lado del Pacífico, ayudando a inflar una economía burbuja en los Estados Unidos. Por supuesto, mientras la economía japonesa se debatía bajo el peso de este masivo subsidio estadounidense, gradualmente pasó su bastón a China, la cual por las mismas tontas razones estuvo feliz de correr con él. - en Liberty Maven

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