domingo, 5 de junio de 2011

¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!

¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!
Por Oscar Romo Salazar

No sé qué es lo que está pasando en Sonora y en Hermosillo. Sea lo que sea, no me gusta. No me gusta y me incomoda, y me alarma. Nunca había yo visto cosa igual en los muchos años que tengo de vivir en esta ciudad y en este Estado, y mire usted que he sido testigo de innumerables momentos y situaciones que en su momento consideré intolerables. Pero lo que estoy viendo actualmente no tiene nombre… y desde luego, tampoco tiene explicación.

Antes de seguir adelante permita el lector la aclaración de que mis juicios y percepciones no se derivan del aspecto partidista, en referencia de que ahora el que gobierna es el PAN y el que observa (y calla vergonzosamente) es el PRI. Pudiera perfectamente ser al revés y me seguiría pareciendo igualmente inadmisible y reprobable. No, no se trata de que ahora sea el PAN y de que ayer fuera el PRI. Suficientes evidencias he dejado en mis casi 28 años de carrera periodística de la forma como enfrento situaciones de esta naturaleza, como para que a estas alturas se me diga que me mueven intereses objetables. No me mueve otra cosa que la búsqueda de la verdad y de las explicaciones que debieran dársenos y que se nos niegan.

Recientemente llegó a mis manos un documento emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el cual esta dependencia presenta la forma en que ha evolucionado el endeudamiento público de las entidades del país, desde 1993 hasta 2010.

En lo que atañe a Sonora, la evolución es la siguiente: Según la información de la SHCP en el año de 1993, a mediados del período de Manlio Fabio Beltrones, la deuda era de 2,547 mdp y para 1997 en que concluyó, era de 3,672 mdp después de una serie de hábiles y extraños movimientos que fueron pregonados como “ingeniería financiera”, moderno concepto equivalente a la magia de Merlín que se puso muy de moda. En 1998, al arrancar el período lopeznogalista subió a 4,177 mdp y para 2003, al finalizar este período, era de 5,460 mdp. Eduardo Bours recibió una deuda de 5,460 mdp y al salir la entregó en 11,258 mdp incluyendo los 4 mil mdp que se invirtieron en el famoso PSP tan vituperado por los panistas. Al 31 de diciembre de 2010, en tan solo un año, la deuda de Sonora subió a 17,287 mdp.

En los seis años de gobierno de Eduardo Bours la deuda se incremento en un 100%. En tan solo el primer año de gobierno de Guillermo Padrés, sin que ningún sonorense sepa cómo ni por qué, la deuda ya se ha incrementado 6,029 mdp, equivalentes a un 54%.

Y a pesar de que esto representa una atrocidad desde cualquier punto de vista, nadie ha dicho una sola palabra.

Ni los medios de comunicación tan afectos a los escándalos, ni los organismos “ciudadanos” que supuestamente luchan con denuedo por la transparencia, ni los partidos de oposición, ni uno solo de los diputados de la presente legislatura, nadie ha dicho esta boca es mía, en una actitud de incomprensible y sospechosa aceptación, o evidenciando una inaceptable ignorancia.

En un año la deuda pública de Sonora se dispara un 54% y todo el mundo feliz de la vida, como si esa situación de alta irregularidad fuera lo más normal. ¿Cuándo se solicitó autorización para tal cosa? ¿Quién autorizó tamaño endeudamiento? ¿Qué se hizo con esa barbaridad de dinero? ¿A dónde fue a dar o para qué fue? ¿Dónde están las inversiones que prueben su destino? Preguntas y dudas, sospechas y cero respuestas, fuera de unos vagos e insuficientes comentarios del señor Héctor Larios, actual secretario de gobierno, que recientemente en unas breves declaraciones habló de una reestructuración que supuestamente se ha hecho de la deuda, reestructuración que por supuesto tan solo es una fantasía en la mente del encumbrado funcionario.

Sea lo que sea subsisten las enormes dudas: ¿En dónde quedó todo ese dinero? ¿Dónde están las inversiones que justifiquen el abrupto incremento de la deuda? ¿Todo ese dineral se fue en la confección de los uniformes escolares, único programa que la actual administración manejó en el 2010? ¿O se lo chupó la bruja, como dicen por ahí?

Por todo lo anterior, porque tengo como ciudadano sonorense el derecho de preguntar y el derecho de saber, es que le pregunto al gobernador Guillermo Padrés Elías, a los funcionarios de su gabinete, y a los diputados de todas las bancadas que conforman el actual Congreso local:

¿QUÉ PASO CON ESE DINERO?
¿POR QUÉ NADIE HA CUESTIONADO AL ACTUAL GOBIERNO PANISTA Y POR QUÉ ESTE NO HA INFORMADO NADA?
¿ACASO NO TIENE SONORA EL LEGITIMO DERECHO DE SABER QUÉ SE HIZO CON ESE DINERO?
¿QUÉ ESPERAN PARA EXPLICAR ESTA TREMENDA IRREGULARIDAD?
SEÑORES:
¡EXIJO UNA RESPUESTA!

De la información presentada por la SHCP se desprende que en estos momentos Sonora es la segunda entidad en endeudamiento per cápita del país con 6,494 pesos por cabeza, después de Nuevo León que tiene 7,300 pesos por cabeza. En fecha reciente, después de analizar las cifras proporcionadas por la SHCP, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinaron que los endeudamientos de Sonora y Chiapas equivalen a cerca del 4% de su PIB, lo cual representa la proporción más alta en el país, entre todas las entidades federativas. Un honor que evidentemente poco nos enorgullece.

Segundo lugar nacional en endeudamiento per cápita y primer lugar en endeudamiento con respecto al PIB… y con todo y a pesar de todo seguimos en la lona, cayendo en rezagos cada vez más graves y profundos, mientras de todos los medios de comunicación se nos bombardea con supuestos logros y avances logrados por las “exitosas” estrategias del actual gobierno de alternancia.

Esta es la situación que en el principio de este escrito calificaba como nunca antes vista. Y por ello es que me siento incómodo e inquieto, porque las espesas nubes de la complicidad mediática y el encubrimiento criminal me impiden ver más allá y más dentro de la capa superficial de lo que está sucediendo en nuestro Estado.

Y mirando de frente y a los ojos del lector le digo que no se trata de quién está gobernando Sonora, sino de cómo están gobernando Sonora. En las actuales condiciones seis años pueden ser una brizna insignificante en el tiempo, o pueden convertirse en una eternidad. Todo depende de las circunstancias, los hechos y las conclusiones finales a que se llegue. Podemos estar en camino al resultado más exitoso de un gobierno innovador y progresista, o por el contrario, podemos dirigirnos hacia abismos de corrupción y engaño jamás antes vistos en la historia de nuestro Estado.
Ya vamos sobre el segundo año de gobierno de esta administración, y fuera de los felices beneficiarios directos e indirectos de sus acciones, el resto de la entidad se limita a observar y a tomar nota de lo que acontece, consciente de que siempre llega un momento para presentar a cobro las facturas pendientes de pago.

Los sonorenses sabemos que se avecinan tiempos que nos permiten demostrar lo que pensamos y sentimos respecto al tipo de gobierno que están haciendo quienes llegaron con banderas desplegadas, y parecen encaminarse inevitablemente hacia un problemático final… a menos, claro, que las cosas y las actitudes cambien radical y rápidamente en el “Nuevo Sonora”. Usted dirá qué tan factible lo ve.

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