jueves, 9 de junio de 2011

La Fed Socava la Política Exterior

La Fed Socava la Política Exterior

– Por Ron Paul

La semana pasada me he visto sorprendido, y al mismo tiempo complacido, al enterarme de que la Corte Suprema sostuvo las decisiones de las cámaras bajas que requerían que el Banco de la Reserva Federal cumpliera con las solicitudes de información hechas por Bloomberg bajo la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act). Bloomberg simplemente quería saber quienes recibieron los préstamos de la ventanilla de descuento de la Fed tras las consecuencias de la crisis de los mercados financieros en el 2008, y cuánto recibió cada entidad. Ciertamente, ésta es información básica que debería estar disponible para todo contribuyente estadounidense. Pero la Fed dio batalla con uñas y dientes hasta el final para que la Corte Suprema preservara su privilegio de mantener este tipo de asuntos en secreto. No obstante, la transparencia prevaleció al final del día. Hay alrededor de 29.000 páginas para ser descifradas, pero algunos puntos se destacan desde el principio.

La Reserva Federal prestó grandes sumas de nuestro dinero a bancos extranjeros. Esto en sí mismo no fue sorprendente, ¡pero sí las cantidades! En una semana, en plena crisis alrededor del 70% del dinero repartido fue a parar a bancos extranjeros. Se nos dijo que el rescate de los bancos iba a evitar una depresión masiva. Depresión ¿para quién? Ahora sabemos que los rescates de la Fed no tuvieron nada que ver con ayudar al pueblo estadounidense, que de todos modos ha sufrido una depresión con una continua pérdida de empleos y ejecuciones hipotecarias. Pero ahora nos enteramos de que buena parte del dinero ¡ni siquiera fue destinada a ayudar a bancos estadounidenses!

A la luz de los nuevos acontecimientos recientes, quizás la revelación más sorprendente es la que muestra cómo parte del dinero fue a parar a manos de la Corporación de la Banca Árabe (Arab Banking Corp.), de la que el Banco Central Libio es dueño de un tercio de sus acciones. Esto ocurría mientras Libia, un estado declarado como patrocinador del terrorismo, ¡estaba bajo estrictas sanciones económicas! Qué erráticos deben parecer los EE.UU. cuando hacen llover sobre un dictador alternativamente tanto dólares como bombas. También debemos considerar la posibilidad de que esos préstamos estén financiando, de forma inadvertida, las armas usadas por Gadafi en contra de su propia gente y de los militares occidentales. Esta no sería la primera vez en que las actividades encubiertas de la Fed hayan socavado no sólo nuestra economía y el valor del dólar, sino también nuestra política exterior.

Por supuesto no puedo decir que estoy sorprendido por la mala calidad de los datos proporcionados por la Reserva Federal. La categoría de cada préstamo otorgado, ya sea desde la “Ventanilla de Descuento Primaria”, la “Ventanilla de Descuento Secundaria”, u “Otras Extensiones de Crédito”, es redactada. Por lo tanto, no sabemos con certeza cuánto préstamo de ventanilla de descuento fue otorgado a bancos extranjeros y cuánto fue meramente “Otra Extensión de Crédito”. Además, algunos de los números simplemente no cierran. Por supuesto, estamos todavía haciéndonos camino a través de la masiva descarga de documentos, pero pareciera como si varios miles de millones de dólares tienen aún un paradero desconocido.

A medida que la economía mundial continúa fallando, a pesar de –ó más bien a causa de- el dinero barato repartido por la Reserva Federal, su capacidad para engañar a los mercados financieros y a los contribuyentes estadounidenses está llegando a su fin. La gente empieza a darse cuenta que cuando la Fed duplica la oferta de dólares estadounidenses en un período relativamente corto de tiempo, no hace más que robar la mitad de nuestro dinero a través de la reducción su poder adquisitivo. La rápida inflación continuará mientras los billones en dinero y crédito recientemente creados por la Fed inundan los mercados de productos básicos.

Es cada vez más evidente que la Reserva Federal opera en beneficio de unos pocos bancos privilegiados, bancos que nunca sufren por las malas decisiones que toman. Por el contrario – como hemos visto desde octubre de 2008, bajo nuestro sistema monetario actual, a los bancos con buenas conexiones políticas se les paga por tomar malas decisiones.

Estados Unidos: El Sueño de Todo Dictador

Estados Unidos: El Sueño de Todo Dictador

– Por Ron Paul

Estos son días verdaderamente preocupantes para la libertad en los Estados Unidos. La semana pasada, el plazo de 60 días para que el presidente obtuviera la aprobación del Congreso para nuestra participación militar en Libia bajo la resolución “War Power” (Poder de Guerra) se fue como vino. Los medios apenas lo cubrieron. Los bombardeos continuaron. Tuvimos una audiencia en el Capitolio sobre el tema, pero la administración se niega a preocuparse por la legalidad de esta nueva guerra. No está claro si Obama alguna vez obtendrá el consentimiento del Congreso y, sorprendentemente, se está discutiendo si es que lo necesita.

El artículo 1, sección 8 de la Constitución lo ve de otro modo. Establece claramente que el poder para declarar la guerra descansa dentro del poder legislativo –el poder más representativo de la población–. Los fundadores eran personas cansadas de las guerras, y el requisito de una ley del Congreso para ir a la guerra fue intencional. Creían que no se debería entrar en guerras a la ligera, por ello se negaron a dejar tal decisión en manos de una sola persona. Se opusieron al poder bélico absoluto de los reyes. Sería increíblemente ingenuo pensar que un dictador jamás podría hacerse con el poder de este país.

Nuestros presidentes ahora pueden, por sí solos: ordenar asesinatos, incluyendo ciudadanos estadounidenses; operar tribunales militares secretos; torturar; encarcelar indefinidamente sin debido procedimiento; ordenar registros e incautaciones sin orden judicial; descuartizar la cuarta enmienda; ignorar la regla de 60 días para presentar ante el Congreso la naturaleza de cualquier operación militar, como lo requiere la War Power Resolution (Resolución Poder de Guerra); continuar con los abusos del Patriot Act (Ley Patriota) sin supervisión; iniciar guerras a su antojo y tratar a todos los estadounidenses como sospechosos de terrorismo en los aeropuertos, con los manoseos y los la máquina de Rayos-X de la TSA.

Quienes no se alarmen con todo esto no están prestando atención, o confían demasiado en los funcionarios del gobierno como para estar preocupados. Quienes estén en el gobierno hoy en día podrán ser personas confiables y maravillosas. ¿Pero qué hay de los líderes del futuro? Ellos heredarán todos los poderes adicionales que les cedemos a los actuales titulares del puesto. ¿Podemos confiar en que no se aprovechen de ello? Las mejores intenciones de hoy crean lagunas y oportunidades para los tiranos del mañana.

Quizás el incremento de poder más preocupante es la reciente expansión de la misión asociada con los ataques del 11 de septiembre y con las guerras de Irak y Afganistán. Algo que comenzó como ataques específicos a los autores del 11/9 continúa luego de 10 años con una guerra que se expande. ¿Y contra quién? La semana pasada el Congreso aprobó un proyecto de ley de “Autorización para la Defensa”, de un lenguaje muy inquietante, que explícitamente extiende el poder de guerra del presidente a casi cualquier persona. La sección 1034 de la ley dice que estamos en guerra con los Talibanes, con al Qaeda y con sus fuerzas asociadas. ¿Quiénes son estas fuerzas asociadas? También incluye a cualquiera que haya apoyado las hostilidades que hayan ayudado a cualquier organización que ayude a estas fuerzas asociadas. Esta autorización no está limitada geográficamente, y no tiene fecha de caducidad. No importa si estas fuerzas asociadas son o no estadounidenses. Tus derechos constitucionales ya no aplican cuando los Estados Unidos están “en guerra” contigo. ¿Sería tan difícil, para alguien del gobierno, “conectar” a algún enemigo político con al Qaeda, aunque sea tenuemente, y declararlo una “fuerza asociada”?

Mi colega, el Congresista Justin Amash, encabezó un esfuerzo para hacer que se elimine este lenguaje tan preocupante, pero desafortunadamente fracasó por una votación de 234 contra 187. Es realmente lamentable que tantos en el Congreso respalden una autoridad bélica ilimitada en manos del Poder Ejecutivo.

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