jueves, 2 de junio de 2011

Líderes mundiales proponen viraje en la lucha antinarco

Líderes mundiales proponen viraje en la lucha antinarco; piden despenalizar la mariguana

La Comisión Global de Políticas sobre Drogas afirma que la guerra al narcotráfico cuesta millones, no inhibe el consumo y dispara la violencia; el documento señala que los países se olvidaron de garantizar la seguridad y salud de sus ciudadanos

Georgina Olson
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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de junio.- La lucha contra las drogas “ha fracasado” a escala global y se requieren reformas “urgentes” para cambiar la situación, entre ellas, poner fin a la criminalización de los consumidores y despenalizar la mariguana, establece un informe de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas.

El grupo, integrado por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan y varios ex presidentes latinoamericanos e intelectuales, argumenta que “la guerra contra las drogas no ha reducido su consumo y, en su lugar, ha llenado las cárceles, cuesta millones de dólares, dispara la delincuencia organizada y ha causado miles de muertes.

“Es tiempo de discutir todas las opciones de políticas antidrogas, incluyendo la experimentación con modelos de regulación legal de enervantes (especialmente con la mariguana) para socavar el poder del crimen organizado y salvaguardar la salud y seguridad de sus ciudadanos”, indica la comisión en el documento War on Drugs, que será presentado hoy en Nueva York.

Las iniciativas para despenalizar los enervantes no tienen como resultado un aumento significativo del uso de drogas, asegura el informe, que cita los ejemplos de Portugal, Holanda y una provincia de Australia.

“El hecho de que el mercado mundial de drogas haya crecido de forma permanente es lo que hace que México esté viviendo estos problemas de violencia”, dijo el ex presidente colombiano César Gaviria, integrante de esa comisión internacional.

Exigen reorientar lucha antinarco

La estrategia global de combate a las drogas lanzada por el ex presidente estadunidense Richard Nixon hace 40 años fracasó, el consumo de estupefacientes y muertes violentas se incrementó, aunado al fallo de dirigir la “guerra” antinarco contra los vendedores al menudeo y las mulas; de acuerdo con un reporte de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, hace falta debilitar a los líderes de los cárteles y reducir su capacidad de corrupción.

“Sacar de la jugada a los vendedores al menudeo sólo crea una oportunidad de mercado para otros vendedores, que los reemplazan”, plantea el documento War on Drugs que se presenta hoy en Nueva York.

También plantea la importancia de abrir el debate público sobre la legalización de las drogas, por ejemplo la mariguana, pues ello contribuiría a reducir los niveles de violencia asociados a los enfrentamientos entre cárteles para controlar el
mercado.

El reporte expone que las naciones se olvidaron del objetivo original del combate contra el narcotráfico: garantizar la salud y la seguridad de los ciudadanos del mundo, ya que las cifras espectaculares de incautación de drogas y detención de capos no se han reflejado en esos dos rubros.

“Hay el riesgo de que las agencias de Estado y los cárteles queden atrapados en una especie de ‘carrera armamentista’, donde los esfuerzos del gobierno llevan a un aumento en la fuerza y violencia empleada por los traficantes… desafortunadamente, eso parece ser lo que estamos presenciando en México y en muchas otras partes del mundo”, señala el reporte.

La comisión que elaboró el documento, encabezada por Kofi Annan, ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expuso que las estrategias mal diseñadas de combate al narcotráfico aumentan los niveles de violencia, corrupción e intimidación, asociadas al comercio de las droga.

La estrategia global contra el tráfico de drogas, impuesta desde Washington hace cuatro décadas y apoyada por la ONU, ha fallado y ahora es necesario replantearla, aseveran los autores del informe.

Proponen revisar las penas

En el grupo que integra esta comisión hay personalidades como el ex presidente de Colombia, César Gaviria; el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa; el escritor mexicano Carlos Fuentes; el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, y George P. Shultz, ex secretario de Estado de Estados Unidos; en total, son 19 los líderes que forman parte de él.

Ellos exponen que las naciones se niegan a reformar su estrategia contra el narcotráfico, pues ésta se basan en una serie de percepciones de la opinión pública tiene sobre las personas adictas y sobre el mercado de las drogas, percepciones que no siempre coinciden con la realidad.

El análisis recuerda que en el planeta hay 250 millones de consumidores de drogas ilícitas; es decir, 3.6 por ciento de los seres humanos —de acuerdo a cifras de la ONU— y otros varios millones de personas que se dedican a la producción y distribución de las mismas y “simplemente no podemos tratarlos a todos como criminales”, señala el análisis.

Sobre los consumidores, el documento muestra que a pesar de los temores de la sociedad sobre el comportamiento violento de los adictos “menos de diez por ciento de los consumidores puede ser clasificado como dependiente de las drogas o usuario problemático”.

Asimismo, enfatiza la necesidad de ofrecerles opciones de rehabilitación y respetar sus derechos humanos en todo momento, en lugar de marginarlos y criminalizarlos.

En tanto, sobre los agricultores, el informe recuerda que “la mayoría de las personas que se dedican al cultivo de cocaína, opio o mariguana son pequeños productores que están luchando por sacar adelante a sus familias y no les queda otra opción”, por lo que darles sentencias de cárcel como si fueran los líderes de un cártel de la droga no soluciona el problema.

Así, en lugar de dirigir la maquinaria de la “guerra” antinarcotráfico” contra esta amplia población de productores —que previamente estaban en la miseria, de mulas y vendedores menudistas— y de personas con adicción a las drogas, la estrategia debe dirigirse quirúrgicamente contra quienes realmente dirigen los cárteles y quienes desde el poder los cobijan, destacan.

La estrategia, señalan, debe dirigirse a ubicar qué ámbitos del sector público están siendo corrompidos por los cárteles, qué sectores de la sociedad están siendo intimidados o amenazados para colaborar con el narcotráfico, y qué sectores presentan las tasas más altas de adicción.

Una vez teniendo identificados esos sectores, se debe trabajar con ellos para contrarrestar la capacidad de intimidación del narcotráfico: “en la mayoría de los países esto significaría aumentar la inversión en los programas sociales y de salud, y una dedicación de las agencias de seguridad a atacar la capacidad de corrupción y de generación de violencia por parte de los cárteles”, señala el reporte.

Otra acción medular que propone el reporte de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas es reducir las penas de cárcel que se imponen actualmente a los vendedores al menudeo: “muchos jóvenes son explotados para hacer el trabajo más arriesgado de vender droga en las calles, muchos son adictos a las drogas, o personas coercionadas u obligadas a transportarlas”.

Lo grave del asunto, afirman, es que muchos de ellos son juzgados bajo los mismos criterios legales que a los capos que controlan el mercado de las drogas y se les aplican penas severísimas.

“Así, los gobiernos llenan las cárceles con criminales menores cumpliendo sentencias largísimas, con un gran costo social y sin resultados que vulneren el mercado de las drogas.” De esa forma, la justicia de las naciones debe empezar a hacer una distinción real entre los diferentes niveles de criminales.

Trabajo internacional

La Comisión Global de Políticas sobre Drogas (IDPC, por sus siglas en inglés) es una red mundial de ONG y redes profesionales especializadas en el tema de las drogas:

La IDPC se estableció en 2007, tras una reunión organizada en Londres, en la que varias ONG que trabajaban en el ámbito de las políticas de drogas se dieron cita para revisar la situación mundial de éstas.

La Comisión busca fomentar debates sobre las políticas de drogas en el ámbito internacional, y apoya políticas fundamentadas en evidencias científicas para reducir el daño relacionado con las drogas.

Tiene dos tipos de integrantes. Los asociados trabajan conjuntamente para poner en práctica el plan de trabajo anual; y los miembros de red contribuyen a la difusión de las ideas y materiales.

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