lunes, 13 de junio de 2011

Lo que haga Panetta determinará la seguridad nacional

Lo que haga Panetta determinará la seguridad nacional

Mackenzie Eaglen


En su audiencia de confirmación ayer, el nominado al puesto de secretario de Defensa Leon Panetta sostuvo que la Guerra Fría del siglo XX había sido reemplazada por una avalancha de amenazas del siglo XXI. Señalando que “para nuestras tropas, no ha habido escasez de guerra”, Panetta probablemente se concentrará en reducir el compromiso americano en Irak y Afganistán, así como en completar una revisión exhaustiva de los roles y misiones militares para cumplir el objetivo declarado del presidente de recortar 400,000 millones de dólares en gastos de seguridad durante la próxima década.

No obstante, Panetta no respondió de dónde saldrían estos recortes y qué programas y capacidades podrían verse afectados.

Gran parte de su audiencia se centró en el conflicto en curso en Irak y Afganistán. En lo que respecta a Irak, Panetta habló de la posibilidad de una presencia sostenida de Estados Unidos después de 2011, fecha prescrita por el Acuerdo del Estatus de las Fuerzas (SOFA). Panetta sostuvo que el presidente debería “considerar seriamente” la continuación del despliegue de tropas estadounidenses si así lo solicita el gobierno iraquí.

Sobre Afganistán, Panetta sostuvo que se habían conseguido “frágiles y reversibles” avances en materia de seguridad, así como con la capacitación y el equipamiento de la policía local y las fuerzas militares. El verdadero problema radica en la lentitud de crear un gobierno justo y receptivo – un proceso que va a la zaga de la necesidad de mejorar la seguridad.

Teniendo en cuenta la fragilidad de lo ganado en Irak y Afganistán, Panetta haría bien prestando atención a su propio consejo de que pagaríamos muy caro fracasar en estas iniciativas. A lo largo de toda la sesión, Panetta se resistió a aceptar oficialmente estar de acuerdo con el saliente secretario de Defensa Robert Gates de que cualquier reducción de tropas en julio debe ser modesto, dejando abierta la posibilidad de una retirada más acelerada de lo que muchos planificadores militares habían previsto originalmente.

Panetta se comprometió a garantizar de que Estados Unidos tenga las fuerzas militares “mejor entrenadas y equipadas” del mundo; sin embargo, envió mensajes contradictorios sobre sus puntos de vista respecto a la reducción de gastos de defensa. Dijo que Estados Unidos necesita los “mejores” aviones de combate disponibles y rápidamente pasó a expresar su preocupación por los crecientes costos de los cazas F-35. Con la producción del F-22 llegando a su fin, el F-35 sigue siendo el único caza de quinta generación para reemplazar nuestros aviones de combate táctico envejeciendo a pasos agigantados y profusamente usados.

La pregunta central, a largo plazo y sin responder es el plan del presidente Obama para recortar $400,000 millones de los presupuestos de seguridad nacional. Panetta afirmó que estaban a la espera de un estudio oficial sobre el tema antes de determinar el ritmo, las zonas y el alcance de estos recortes, pero él presupone el resultado porque dijo que no creía que la revisión mostrara un riesgo adicional para los militares. Esa afirmación no cuadra completamente con sus comentarios de que vaciar el ejército sería un terrible error, al igual que lo serían los recortes generalizados de defensa – lo cual es cierto.

Por desgracia, no hace falta tener un “ejército hueco”, como el senador John McCain (R-AZ) lo denominó, para que la seguridad nacional salga perjudicada. Incluso recortes relativamente pequeños en defensa, si se aplica en la zona equivocada, pueden perjudicar la capacidad de Estados Unidos para proyectar poder en el extranjero, garantizar la defensa de nuestros aliados, o para cumplir con los compromisos internacionales.

Como el senador McCain dijo: “Los gastos de defensa no son los que están hundiendo al país en una crisis fiscal”. No está claro si las palabras de Panetta sobre la retirada dependiendo de las condiciones en Irak y Afganistán, o un análisis sobrio e imparcial sobre necesidades, capacidades y presupuestos militares, se traducirán en acciones que vayan a la par con lo que afirmó ahora.

Panetta tiene razón al apuntar que se viene una avalancha, pero es demasiado pronto para decir si esta enterrará al ejército.

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