viernes, 22 de abril de 2011

Estamos cercanos al infierno

Estamos cercanos al infierno: “El Cochiloco”
Leonardo Garza Treviño


FOTO: Imagen de la película

Joaquín Cosío en el papel de El Cochiloco.

ZACATECAS, Zac., 22 de abril (apro).- “Si pensamos y vemos los encabezados de los periódicos y vemos que hay unas fosas donde se están encontrando 172 cadáveres, yo no puedo pensar en otra cosa más que en el hecho, de que en México, en este momento estamos en alguno de los círculos cercanos al infierno”, reflexiona el actor Joaquín Cosío, quien dio vida al personaje de El Cochiloco en la película de “El Infierno” de Luis Estrada.

Cosío se encuentra en Zacatecas para apadrinar el tercer festival “contracultural” organizado por un grupo de jóvenes artistas del colectivo “Hasta que los cerdos vuelen”, mismo que se contrapone al festival oficial que ofrece el gobierno local en estas mismas fechas.

Reconocido por sus actuaciones en los filmes El Mascarita, Matando Cabos o el General Medrano, el actor disfruta la fama, cuando la gente se le acerca para felicitarlo, tomarse la foto y pedirle un autógrafo. Muchos ignoran su nombre real, pero todos le llaman El Cochiloco.

Contrario al desalmado sicario que representa en El Infierno, Cosío, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, es en la vida real una persona tranquila.

En entrevista, se da tiempo para denunciar y hablar de los graves problemas sociales que tiene el país.

Hace tres años emprendió junto con Héctor Bonilla, entre otros actores, una activa campaña por la defensa del petróleo y ahora, en lo personal, dice estar “en contra de la impunidad absoluta y la corrupción policiaca”.

Consciente de la tragedia social que se vive en muchas ciudades y estados por la violencia, El Cochiloco lamenta “el discurso oficial que se rehúsa a aceptar su responsabilidad en relación a la seguridad, y se une al clamor de la gente con el lema ¡Ya Basta de Violencia!, cuando el asunto es ¡Ya Basta de Impunidad!”.

Dice:

“La impunidad es justamente lo que aviva la impresionante ola de violencia en la que vivimos: No hay Justicia, no hay policía, no hay seguridad para nadie, y una responsabilidad fundamental del estado y de los estados, que es brindarnos seguridad, nos la escamotean con una facilidad impresionante”.

Sin rodeos, El Cochiloco asegura que quienes están al frente del gobierno y sus instituciones le están fallando a la gente. “Estoy hablando del presidente, del gabinete de seguridad, es decir, nos escamotean ese derecho que tenemos como mexicanos, echándole la culpa a algo abstracto que ellos le llaman ‘la violencia’”.

El propio Joaquín Cosío se muestra asombrado por la capacidad del director Luis Estrada para reproducir “un espejo donde la realidad inmediata que vivimos se refleja de una manera muy clara”, en alusión a la cinta El Infierno.

Y agrega:

“Si recordamos La Ley de Herodes, estamos hablando de las postrimerías, los últimos momentos agónicos de un sistema que retrata con mucha valentía y que finalmente generó un escándalo terrible y que también se convirtió en un éxito de taquilla, y en una de las películas más vistas y más recordadas”.

En cambio, dice, ahora con El Infierno ocurre algo similar, y creo que eso también pudo haber pasado con Un Mundo Maravilloso, que es la otra película que completa la trilogía de Luis Estrada sobre temas sociales y políticos.

Este es un cine que, añade, conjuga los elementos que te planteo: nunca olvida que es cine, y que por lo tanto pretende ser arte, y antes que otra cosa, -antes que ser denuncia política y ser un elemento de reflexión-, es una película que divierte, que fascina, que cumple con los elementos del lenguaje cinematográfico.

Al actor juarense se le recuerda cómo, en un pasaje de El Infierno, el experimentado actor Salvador Sánchez -quien interpreta a El Padrino, dueño de una vulcanizadora venida a menos-, pronuncia una frase demoledora a propósito de la complicada situación económica y social que se vive en México: “…en este país no haces lo que quieres, sino lo que puedes”, y Cosío admite:

“Si, si, pues desde luego esa es una premisa totalmente clara y obvia, y que nos muestra donde estamos como país: no hay posibilidad alguna de tener una perspectiva de vida, personal, porque los elementos para ello no los tenemos al alcance de nuestras manos”.

Abunda: “estamos completamente subordinados a una realidad que está muy acotada por elementos que no hemos pedido: por la violencia, por el desempleo, por la miseria, por la desigualdad social, por la corrupción”.

También se le recuerda a propósito de la corrupción, que en El Infierno incluso se muestra el increíble sincretismo entre lo religioso y lo mafioso, una suerte de “creer en Dios y comulgar con el Diablo”, cuando en una escena aparece un cura, bendiciéndole las pistolas a los narcos en el atrio de una iglesia.

“Bueno que Luis Estrada construye toda una cosmovisión, un universo donde no deja títere con cabeza, es decir, no hay nadie que se escape… y obviamente no podía faltar la iglesia, un elemento crítico que a todos también nos sorprende.

“La iglesia ya no es de ninguna manera lo que era hace 40 años. La iglesia ahora es una institución acusada en los tribunales de pederastia, de fraude, de sacerdotes incriminados en delitos, en fin, me parece coherente que aparezca en el cine de Luis Estrada, como un elemento fundamental en su crítica, la iglesia”.

¿Tú crees que tengamos una salida en México, para este marasmo de corrupción en el que vivimos?, se le pregunta.

Cosío responde:

“Es una pregunta muy complicada, quisiera responder y decirte que sí, que sí lo veo. Pero no, realmente mi panorama personal es muy pesimista, porque estamos ante una estructura del poder empecinada en negar una realidad obvia y evidente. Con un gobierno que se niega a aceptar su responsabilidad y que deja a los ciudadanos totalmente indefensos y expuestos a la violencia absoluta de los cárteles y de sus propios policías.

“Entonces no veo yo por lo pronto a mediano plazo una salida, el próximo año va a ser determinante y crucial, pero también va a ser un año muy peligroso, un año absolutamente peligroso porque las responsabilidades de los funcionarios se van a debilitar y diluir, entonces quien sabe como nos vaya a ir a los ciudadanos. ¡Si ahora, durante todo este tiempo, hemos estado expuestos a la muerte, al riesgo de morir, quien sabe que vaya a pasar el año que entra!”.

No sirve para presidente

No sirve para presidente
Juan M. Negrete


FOTO: Benjamin Flores

Emilio González, gobernad

MÉXICO, D.F., 22 de abril.- Como ya lleva cuatro años habitando la Casa Jalisco, sin que nadie vaya a sacarlo como intruso, Emilio González, el monaguillo que tenemos disfrazado de gobernador, ya se la cree que funciona como gobernante. Se ha ido de la lengua dando a conocer sus intenciones de mudarse a Los Pinos y ocupar la silla presidencial. Es una pretensión fuera de foco. Alguien debe decírselo. Pero más que enterarlo, es responsabilidad de todos evitar que dé curso a tan descabellado propósito, porque no sirve para tal puesto.

Su pretensión debe partir de que posee merecimientos suficientes, dado que es de buena rienda: ha dado muestras de conducta servil con su evidente sumisión a la curia, y es tan notoria hacia el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que aparece como turiferario del prelado, sacristán o monaguillo, nada más. El verdadero gobernador de Jalisco es el mitrado, no Emilio. Éste, en su anhelo por llegar a la silla, ha de suponer que los titulares del Ejecutivo federal sólo sirven para correa de trasmisión de los dictados del imperio. Así que estará que ni mandado a hacer para el puesto. Hasta ahí dan sus alcances, a juzgar por sus declaraciones.

Lo más sensato del sainete sería que el partido por el que se coló le cerrara las puertas para ahorrarnos su desa­guisado. El pretendiente, de roquete y velita, no es militante del PAN, o no lo era: proviene del PAS, la última figura política directa de los cristeros. Después de que el clero los dejó colgados de la brocha en el campo de batalla, en 1929, mediante los arreglos con Portes Gil, se organizaron en 1936 en la Unión Nacional Sinarquista (UNS) para seguir vivos. Su deseo de incursión en la vida política les llevó a conformar el PFP (Partido Fuerza Popular) en tiempos de Alemán, aunque luego perdieron el registro. En 1978, con la reforma política de Reyes Heroles, reaparecieron con las siglas del PDM. Perdieron otra vez el registro por carencia de votación nacional. Empecinados, volvieron con las siglas PAS, pero desaparecieron de nuevo y por las mismas razones. Por eso decidieron mejor transitar a la sombra del PAN, vía El Yunque. Es la identidad de Emilio en el bolillo.

Se dirá tal vez que ser militante de El Yunque no descalifica a Emilio para que el PAN lo postule, ya que a ese partido se le han sumado muchos militantes con características similares durante su historia. Los partidos sirven para dar cuerpo a las inquietudes ciudadanas de análoga vertiente. Los panistas deberían discutir estas cuestiones de principio entre ellos, aunque sea demasiado pedir. Pero no va a ocurrir, porque estos debates no se dan. Su ausencia no es privativa sólo del PAN, sino de todos los partidos políticos. La postemilla de las actuales alianzas es síntoma de esta enfermedad. No hay que abrigar esperanzas entonces de que el partido frene a Emilio González.

El gobernador no es ninguna cajita musical. A la inversa, es un verdadero costal de mañas, propio de los políticos ramplones y desechables. Prueba de su baja estofa la dio cuando, completamente alcoholizado, nos recetó a los tapatíos aquella sonora mentada de madre que aún resuena en nuestros oídos, aunque digan que el tiempo todo lo borra. En un país con relaciones de mínimo respeto entre gobernantes y ciudadanos, este energúmeno debió haber presentado sus excusas y retirarse de los reflectores. Era cosa de dignidad personal. Pero ni él se fue ni los ciudadanos montamos en cólera suficiente para exigir su retiro de la cartelera. Por no pasarle la cuenta a tiempo, ahora hasta se anda postulando para la grande. Habrase visto.

No debe pasar adelante en dicha pretensión. Lo dicen los fríos números de su administración. En 2009 la ASF aplicó a Jalisco 21 auditorías. La diputada federal María Esther Scherman Leaño acaba de dar a conocer su resultado: Emilio reprobó nueve, 10 resultaron con salvedades y sólo aprobó dos de esas revisiones. El saldo del monto reprobatorio asciende a casi 4 mil millones de pesos.

Pero hay más: Francisco Ramírez Acuña, el gobernador anterior, en todo su sexenio recibió 264 observaciones. En apenas la mitad de su periodo, Emilio lleva 684, 107 de ellas señaladas como graves.

Con todo, la razón de más peso para impedirle llegar a Los Pinos tiene que ver con sus convicciones fascistoides y autoritarias, de las que da prueba a cada paso. Es alto su inventario de agravios contra la comuna, a pesar de que los mismos procesos legales le ordenen atenderla, como es el caso de la presa del Zapotillo, en el que mantiene en vilo a los habitantes de Temaca.

Hay que ver también sus ligas internacionales. Al evento de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD 2011) celebrado a mediados de marzo, Emilio trajo como invitado especial al exmandatario colombiano Álvaro Uribe. Como era de esperarse, el expresidente colombiano se deshizo en elogios para la política represora del actual gobierno.

La aplicación ciega de la fuerza bruta contra ciudadanos que delinquen es la negación misma de la política. Nuestra violencia presenta agudos rasgos que pintan su ingreso a la acritud plena. Se nos volvió conflicto sin retorno. Aparte de sus 35 mil víctimas, se habla de 230 mil desplazados o refugiados. Según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en inglés), cerca de 230 mil personas han abandonado sus lugares de origen. La mitad de ellos buscó refugio en los Estados Unidos (La Jornada, 26 de marzo).

Obligar a los militares a regresar a los cuarteles, de los que nunca debieron haber salido, es opción desechada por el actual gobierno federal. No se entiende tal necedad. Tal vez ni le interese abatir los alarmantes índices de criminalidad, cruda y nugatoria purga de toda convivencia civilizada. Es perversa la conducta privada que siega la vida de nuestros semejantes. Pero es aún más reprobable si tiene como fuente el poder estatal. Si en el sexenio que corre los ciudadanos nos hemos topado con una tapia, más vale que demos los pasos necesarios para evitar que en el siguiente la violencia siga alimentada desde el centro del poder. Debemos impedirle el paso a todo personaje con pulsiones sádicas que nos lleve a seguir padeciendo una dictadura, aunque sea temporal. Y Emilio es uno de ellos.

Narcos ignoran ruego de la Iglesia

Narcos ignoran ruego de la Iglesia: 21 ejecutados en Viernes Santo
La redacción

MÉXICO, D.F., 22 de abril (apro).- El llamado del cardenal Norberto Rivera a los criminales para que dejen de matar fue ignorado por el crimen organizado que, en pleno Viernes Santo, cobró la vida de 21 personas en cinco entidades del país.
En Chihuahua, cinco hombres fueron ejecutados esta tarde por un comando en la colonia Cerro de la Cruz, al sur de la ciudad. El ataque se produjo poco después de las 15:00 horas en las calles 64 y Ochoa, frente de una vivienda donde se encontraban reunidos cinco personas de sexo masculino.
Según vecinos del lugar, sujetos fuertemente armados descendieron de dos camionetas de reciente modelo y acribillaron a mansalva a los jóvenes.
Los victimados fueron identificados de manera extraoficial como Pedro Chávez, Reyes González, Jaime González, Gabriel Hernández y un quinto agredido, a quien sólo se le nombró como Rubén.
En Ciudad Juárez, un agente de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSMP) fue ejecutado esta mañana cuando viajaba en su vehículo particular después de cumplir su turno de servicio.
Los hechos se registraron aproximadamente a las 7 de la mañana en el cruce de las calles Francisco Sarabia y Platino en la colonia Aldama, al norte de la ciudad.
El policía municipal fue identificado como Abel Alberto Guadalupe Salas, de 40 años de edad y estaba adscrito al distrito Delicias, que comprende el poniente de la mancha urbana.
En Nayarit, seis personas fueron ejecutadas en distintos puntos de la entidad.
Las primeras tres víctimas fueron encontradas a las afueras del panteón municipal de la localidad de Camichín de Jauja, en el municipio de Tepic y el resto, en tres hechos distintos.
Los cuerpos de las personas localizadas en el cementerio, presentaban huellas de tortura; tenían las manos atadas hacia atrás, y fueron acribillados con arma de grueso calibre; hasta el momento no han sido identificados.
Las autoridades policiales de la entidad, asimismo, reportaron la muerte de otro hombre en las inmediaciones del balneario Los Rosales en la localidad de San Cayetano. Su cuerpo fue abandonado a un lado de la carretera con impactos de bala. La víctima fue identificada como José Francisco Tovar, de 42 años de edad, originario de Guadalajara.
Más tarde, se reportó el ataque a una familia que circulaba en una camioneta Lobo. En el lugar falleció José de Jesús Martínez Ángel, su esposa, quedó lesionada y la hija alcanzó a salir corriendo del auto sin ser alcanzada por los proyectiles. Los hechos sucedieron en la avenida Flores Magón y calle Che Guevara en la colonia Santa Teresita.
Asimismo se dio a conocer que en el municipio de Rosamorada ubicado al norte del estado, se descubrió una fosa clandestina de donde hasta el momento se ha recuperado el cuerpo de una persona al parecer del sexo masculino y que presenta un avanzado grado de descomposición, así como las huellas de los balazos que recibió.
En Torreón, Coahuila, en las primeras horas de hoy se reportó el hallazgo de tres personas sin vida en la colonia Nueva Rosita, ubicada al poniente de la ciudad.
Se trata de dos hombres y una mujer que fueron ultimados a balazos y abandonados en la calle.
El Ministerio Público precisó que una mujer y un hombre fueron localizados en la esquina de la prolongación del Bulevar Independencia y la calle Sexta frente a la miscelánea La Nueva.
En la calle Sexta se localizó otro cuerpo sin vida. Se trata de un hombre de 30 a 35 años con un águila nacional tatuada en la espalda y en el pecho un puma sentado en un árbol. Al momento sigue sin ser identificado.
En Sinaloa, un comando armado sometió y dio muerte a balazos a tres jóvenes, en el canal Cañedo, municipio de Culiacán.
La Policía Ministerial del estado precisó que las víctimas fueron identificadas como Francisco de Jesús Romero Téllez, David Ernesto Cortes Lizárraga y José Alfredo Zazueta Lizárraga, vecinos de la colonia Alto de Bachigualato.
El ataque se produjo la noche del jueves en la calle Miguel Hidalgo, cuando los occisos caminaban por el sector. En el lugar los agentes ministeriales encontraron 11 casquillos calibre 9 milímetros.
En Durango, un agente de la Dirección de Investigación del Delito, adscrita a la Fiscalía General del Estado, fue ejecutado este viernes en el interior de una tienda Oxxo; un cliente del establecimiento fue alcanzado por los disparos y también murió.
El incidente se registró poco después de las dos de la tarde en el Oxxo ubicado la esquina de Orión y Fénix del fraccionamiento Villas del Guadiana III, al oriente de la ciudad; sujetos armados llegaron a ese punto y comenzaron a disparar contra Edgar Osmani Ramos Campos, quien trató de defenderse sin resultados.
Al momento del ataque, Jesús Luna Meléndez, de 21 años, se encontraba realizando algunas compras en el sitio y fue alcanzado por las balas. Murió en el interior del establecimiento comercial. El agente fue trasladado aún con signos vitales a un hospital, pero pereció en el camino.
En otro hecho, un hombre de 60 años de edad fue asesinado en el interior de un domicilio del Fraccionamiento Los Fresnos, en la calle Sierra de Coneto.
La víctima fue identificada como Florencio Páez Corona, quien fue asesinado de varios golpes en la cabeza. Trabajaba como velador de varias viviendas del citado asentamiento.

Crónica de una Libia en guerra.-

Crónica de una Libia en guerra.- Inicia la travesía

“Habibi, sajafi, forty dólar room (querido, periodista, 40 dólares el cuarto), me dijo el gerente de un pequeño hotel para mostrarme una habitación tan sucia que me demostraba rápidamente que había entrado a una zona con precios de guerra.

Sadoum, Egipto.- El avión despegó de México un domingo y el martes llegué al Cairo. Luego fueron diez horas y mil kilómetros de carretera para llegar hasta el paso fronterizo de Sadoum, un pequeño poblado pesquero egipcio que también tiene el tránsito exclusivo a tierras libias por el sector noroeste del país.

“Habibi, sajafi, forty dólar room (querido, periodista, 40 dólares el cuarto), me dijo el gerente de un pequeño hotel para mostrarme una habitación tan sucia que me demostraba rápidamente que había entrado a una zona con precios de guerra. “Entiéndame, mucha gente está viniendo de la frontera”, se disculpó ante mi cara de desagrado. Pero como sea, la tuve que pagar y dormir apenas dos horas para intentar cruzar hacia el otro lado.

Ya en el puesto la adrenalina empezaba a jugar su rol. Abriendo y cerrando los dedos de la mano mientras checaba que todo mi equipo estuviese listo. Foto y video cada uno identificado y sabiendo cómo utilizarlo rápido si la situación lo pedía. El objetivo estaba claro: lograr ingresar a Libia como sea y en cualquier circunstancia.

En mi cabeza recordaba la situación que vivía el país, con sus aeropuertos cerrados para periodistas extranjeros y todas las provincias del este controladas por las tropas leales del presidente Gadafi. “Llegas a sadoum y cruzas rápido sin preguntar a nadie. Allí el desorden es total porque los rebeldes dominan la zona”, me habían aconsejado dos días antes.

Por suerte todo eso se cumplió. Sin preguntar mucho, me sellan el pasaporte en la salida egipcia y con cada metro avanzado el panorama se vuelve más brutal. Gente durmiendo en el suelo con colchones improvisados de cartón se mezcla con desechos de comida y excremento humano.

Los que no están acostados caminan como zombis esperando que alguien les resuelva su situación. ¿Cuál? Salir de Libia y ser recibidos como refugiados en Egipto. A simple vista se ven quinientas personas, pero los números oficiales superan varios millares desde que comenzaron los bombardeos sobre la población civil.

Acomodo el tripié de la cámara y el caos es total. “Somos de Senegal, Mali, Sudan. Por favor, sólo queremos volver a nuestro país porque aquí nos están matando a todos”, grita un joven que me arrebata el micrófono. Su pedido tiene un tono de sinceridad difícil de describir y mastica un inglés casi incomprensible.

De orígenes extranjeros, la mayoría que se encuentra en esta frontera demuestra ser de piel negra y de idiomas tan variados que asombran. Puede ser inglés o francés. Muchos dominan el árabe pero otros prefieren dialectos locales. Eso sí, todos son de piel negra. Cuestión obvia para África pero que en estas tierras magrebies no se cumple a la perfección y demuestra ser una señal muy interesante para un primer análisis de la situación actual.

“Todos los que ve aquí son trabajadores extranjeros. La mayoría es ilegal y se ocupa en la construcción de edificios y condominios en muchas zonas del país”, describe un funcionario fronterizo. “Fueron los primeros en perder sus trabajos cuando comenzaron los bombardeos y además no tienen protección alguna al quedar en el fuego cruzado con los milicianos”.

-Y los libios, no se escapan también - le pregunto

-Mire, aquí no hay dinero para nada. Ni siquiera para salir del país y por eso la mayoría se quedará a defender lo poquito que tiene. Con tanto petróleo que tenemos, es ridículo que seamos apenas 4 millones de habitantes y tengamos tanta hambre.

Las palabras de Mahmod empiezan a describir una realidad Libia que se aleja mucho de la desinformación que reina en los medios; donde todos los refugiados son iguales y la voz del ciudadano suele quedar en el olvido. Sea por propagandistas o mercantilistas el resultado es el mismo, pantallas que cuentan u omiten muertos.

Son las once de la mañana y las enormes distancias me obligan a seguir el viaje. Bengasi, a ochocientos kilómetros y siendo la segunda ciudad en importancia del país es mi destino obligado. Lugar que simboliza el poder rebelde y que las tropas leales a Gadafi planean recuperar con sangre y balas en las próximas horas.

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