lunes, 18 de abril de 2011

Nuestros dragones

Nuestros dragones

JULIAN VILLANUEVA

Meet Dragon

La semana pasada asistí a la conferencia que en el IESE dieron Ignacio Gómez-Sancha e Ignacio Núñez, productores de la película Encontrarás Dragones, que se estrenará el próximo 25 de Marzo. Dirigida por Roland Joffé (La Misión) y protagonizada por Charlie Cox (El Mercader de Venecia), Wes Bentley (American Beauty), Olga Kurylenko (Quantum of Solace) y Dougray Scott (Misión Imposible II), la película narra parte de la vida de dos amigos, uno de ellos San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.

Pero, ¿qué son los dragones? ¿Por qué este enigmático título? Joffé se inspira en los mapas antiguos, pues en los territorios no explorados se escribía “hic sunt dracones”, o “aquí hay dragones”. Para Joffé los distintos desafíos que encontramos en la vida son nuestros propios dragones: el miedo, el rencor, el odio, el deseo de venganza y de justicia… De alguna manera, los dragones tratan de separarnos de la excelencia para la que fuimos creados. Y cuando los encontramos, debemos decidir qué opción tomar. Joffé, agnóstico y trotskista en su juventud, ambienta la película en la guerra civil española y muestra con maestría uno de los temas que más le obsesionan: el perdón.

Pero no destriparé aquí la película. Tampoco hablaré de la estrategia de marketing del lanzamiento. Hoy me quiero centrar en los dragones.

Mientras escuchaba a Gómez-Sancha y a Nuñez, me daba cuenta de los dragones que ellos mismos han encontrado en esta aventura empresarial. Dos amigos sin experiencia alguna en cine, se lanzaron a impulsar este proyecto. Empezando por la gestación de la idea, siguiendo por su financiación (¡más de 30 millones de dólares!), el seguimiento de la producción y, ahora, su promoción. Han realizado más de 500 presentaciones a inversores en 14 países distintos, han tenido que aprender a lidiar con artistas de renombre, han negociado con poderosas distribuidoras de cine y ahora se enfrentan al mayor de sus dragones: la taquilla.

Si nuestros empresarios y directivos tuvieran ese arrojo, otro gallo nos cantaría. Y me preguntaba cuáles son, en esta crisis galopante, sus dragones: mantener fábricas a flote, entrar en otros países, innovar en productos y servicios, o la necesidad de romper con décadas de mediocridad y complacencia.

¿Y qué hay de la sociedad civil? Le echamos la culpa a los políticos de nuestra situación, pero no toda la tienen ellos. Hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, para encontrarnos de pronto con el fantasma del paro. Nos creemos con derechos por los que no hemos luchado, y educamos a nuestros hijos en la gratificación instantánea, mientras las madres de sociedades menos desarrolladas educan a los suyos en la más férrea de las exigencias.

¿Cuáles son, en vuestra opinión, nuestros dragones?

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