lunes, 30 de mayo de 2011

EE.UU.: No estamos todos juntos en esto...

EE.UU.: No estamos todos juntos en esto...

Printer-friendly versionSend to friendpor Edward Crane
Edward H. Crane es el Presidente Ejecutivo del Cato Institute.
Habiendo asistido a la Universidad de California en Berkeley durante la década de los sesenta, tengo algo de nostalgia por esa multitud hippie, izquierdista y algo loca. Estuve de acuerdo con ellos acerca de la Guerra en Vietnam y acerca de prácticamente nada más en ese momento.
Por eso es que me da curiosidad saber en qué anda el equivalente actual a ese movimiento, MoveOn.org. Una carta para levantar fondos que ellos enviaron hace poco a sus miembros (créame, yo no soy uno de ellos) incluía esta aseveración: “Como progresistas, compartimos una creencia esencial de que todos estamos juntos en esto”.
Es una victoria pequeña, supongo, que los izquierdistas se sientan obligados a referirse a sí mismos como progresistas hoy en día. Pero MoveOn seguramente está en lo correcto cuando dice que la noción colectivista de que “todos estamos juntos en esto” es central para la visión izquierdista. A uno se le viene a la mente aquel slogan de los totalitarios que gobernaban la distopia en la película oscura y futuristica Brasil: “todos estamos en esto juntos”. He allí Robert Reich, conocido progresista y profesor de políticas públicas en mi alma mater, aconsejándole al presidente Obama acerca de cómo debería responder a la propuesta de presupuesto del representante Paul Ryan (Republicano por Wisconsin): “Obama debe mostrarle a EE.UU. que la elección es básicamente entre dos visiones fundamentales de esta nación. O estamos todos juntos en esto o somos un grupo de individuos que resulta que viven dentro de estas fronteras y están esencialmente solos”.
Dejemos a un lado esta falsa dicotomía. La elección difícilmente es entre las ovejas que están juntas en esto y un individualismo atomístico. Tocqueville se sorprendió de las muchas formas en que los estadounidenses amaban trabajar juntos. Casas de campo, iglesias, asociaciones de negocios, departamentos de bomberos voluntarios —la lista era casi interminable. Dicho esto, estas asociaciones fueron voluntarias y el Estado nada tuvo que ver con ellas. Si hay algo que caracteriza al excepcionalismo estadounidense es su feroz individualismo. A los estadounidenses no les gusta que les digan qué hacer —especialmente que se lo digan los burócratas.
Pero de eso se trata la izquierda. Hillary Clinton se lamentaba en el canal MSNBC durante su fracasada campaña presidencial de que los estadounidenses no saben cuáles son nuestros “objetivos” como nación. “No sabemos lo que estamos tratando de lograr. Y yo pienso que en la vida o en un país tenemos que tener algunos objetivos”.
Después de todo, “ganar el futuro” es el lema de la administración de Obama hoy en día y sin los “objetivos” nacionales, ¿cómo podemos saber si hemos ganado o no? En efecto, el presidente Obama tomó el consejo del profesor Reich y durante su discurso acerca del déficit, citó “una creencia de que todos estamos conectados; y que hay algunas cosas [muchas, al parecer] que sólo podemos lograr juntos, como una nación”.
Varios académicos han indicado debidamente que las dos grandes filosofías totalitarias del siglo XX, el comunismo y el fascismo, tenían metodologías y objetivos similares, por decirlo de alguna manera. Seguramente, denigrar la importancia del individuo y someter sus intereses personales a los objetivos más grandiosos del movimiento nacional fueron esenciales para ambas filosofías horrorosas. Aun así este lema anti-individualista y colectivista continúa en nuestro ambiente político y no solamente en la izquierda.
La superestrella del neoconservadurismo, David Brooks, escribió en el New York Times en marzo de este año: “La ciudadanía, después de todo, se construye sobre una concientización de que no somos tan especiales sino que estamos, en cambio, enredados en un proyecto en común. Nuestras vidas cobran sentido mediante el servicio que le proveemos a la nación. Me pregunto si los estadounidenses no están dispuestos a apoyar los sacrificios que se necesitarán para evitar la catástrofe fiscal, en parte, porque no se consideran parte de un proyecto nacional”.
Y yo me pregunto si alguna vez se la ha ocurrido al Sr. Brooks que la “catástrofe fiscal” a la que nos enfrentamos los estadounidenses es el resultado directo de proyectos nacionales llamados Seguridad Social, Medicare y Medicaid. ¡Oh sí! También aquel proyecto nacional de convertir a cada estadounidense en propietario de un hogar. No es por dar mucho detalle sobre este punto, pero no habría una obligación no financiada de $20 billones si la Seguridad Social hubiese permitido las cuentas individuales de ahorro. Habría un superávit enorme. Y limitar la compra de casas a los individuos que las podían pagar habría evitado el desastre de varios billones de dólares que el proyecto nacional creó.
Todo esto es suficiente para que uno quiera salir a ver la película Atlas Shrugged. Una vez más.

TLC entre Costa Rica y Perú, otro para los ricos

TLC entre Costa Rica y Perú, otro para los ricos

La ministra de Comercio Exterior, Anabelle González, firmó ayer un nuevo tratado de “libre comercio”, esta vez con Perú, en lo que será el segundo acuerdo de este tipo que tendremos con una nación sudamericana (Chile fue el primero). Pero que el nombre no lo engañe. Al igual que los otros TLCs que se han negociado recientemente con la Unión Europea, Singapur y China, este acuerdo tiene poco de liberalización comercial y mucho de protección a los grupos económicos poderosos del país.
Nuevamente, y a pesar de los deseos del equipo comercial de Perú de lograr la mayor liberalización comercial posible entre ambas naciones, el equipo de Comex llegó con la misión de “defender” a los consumidores costarricenses de productos peruanos más baratos. Pero no de todos los productos incas. Si Ud es un consumidor de clase alta o media alta y frecuenta AutoMercado o Saretto, gracias a este TLC Ud podrá comprar espárragos, aceitunas, uvas, pasta de cacao y cacao en polvo más baratos provenientes de Perú, puesto que se eliminarán los aranceles sobre estos productos. También podrá adquirir joyas y metales preciosos más baratos.

Sin embargo, si Ud es un consumidor de clase baja o media, este TLC no es para Ud ya que Comex se aseguró de excluir del acuerdo productos como el café, la papa, la cebolla, el tomate, la cerveza, el arroz, la pasta y algunas líneas de productos cárnicos y lácteos. Todo para proteger a los horticultores nacionales (cuyo ingreso promedio es 2,5 veces superior al ingreso promedio nacional), a los “pobrecitos” arroceros de Conarroz, y a emporios como Coopemontecillos (a quien el gobierno le regaló además USD$2,6 millones recientemente) y la Dos Pinos (que compite activamente en Centroamérica, México y el Caribe).
De tal forma, este TLC se asemeja mucho al negociado con la UE, donde Comex “nos defendió” de hortalizas y leche barata europeas, pero sí permitió la libre importación de licores finos, manzanas, cerezas, uvas, pasas, aceitunas, aceite de oliva, pastas rellenas y perfumes del Viejo Continente. Al final de cuentas, como dijera el ministro de dicha cartera en ese entonces, “¿y quien dice q los pobres no toman vino de vez en cuando?
Publicado por Juan Carlos Hidalgo

¿Guerra ilegal?

EE.UU.: ¿Guerra ilegal? Al congreso no le importa

Printer-friendly versionSend to friendpor Gene Healy

Gene Healy es Vice Presidente de Cato Institute.
¿Recuerdan cuando el Presidente Obama nos aseguró que su aventura en Libia terminaría en “días, no semanas”? Para emplear un eufemismo de la era de Clinton, “Esa aseveración ya no es sostenible” (Léase: Mentí).
El viernes se cumplieron más de 60 días, lo cual significa que Obama ha violado la Resolución de Poderes de Guerra, aprobada en 1973 para “satisfacer el propósito de los autores de la Constitución … [y] asegurar que el criterio conjunto del Congreso y del Presidente se aplicará a la intervención de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en hostilidades”.
En lugar de retirar las fuerzas armadas estadounidenses, el presidente ha enviado una carta a los líderes del congreso insistiendo, de manera bizarra, que los ataques de aviones no tripulados y “la represión y destrucción de las defensas aéreas” no son “hostilidades” como aquellas contempladas en esta resolución.
“El papel de EE.UU. es proveer respaldo”, dijo un asesor de Obama a ABC News, “y los elementos no tripuladas son algo intermitente dentro de ese papel”.
El Secretario de Defensa Robert Gates ni siquiera pudo mantener un rostro firme en el programa 60 Minutes con Katie Couric, mientras intentaba convencer con el argumento de “acción militar no tripulada” cuando ella le preguntó, “¿Estamos en una guerra con Libia?”
Seis senadores del partido Republicano, liderados por Rand Paul de Kentucky, enviaron una carta al presidente el viernes, desafiándolo a que cumpla con la Resolución de Poderes de Guerra. Pero ellos no recibirán mucha ayuda de sus colegas. El titular del Comité sobre Relaciones Extranjeras John Kerry (Demócrata por Massachussets) dice que no hay una acción del Senado en la agenda acerca de la Resolución de Poderes de Guerra porque “estamos trasladando esto a la OTAN”. ¿Quién los eligió a ellos?
Con el congreso ausente, no queda claro qué recurso le queda a aquellos que nos oponemos a las guerras inconstitucionales. Tal vez lo que queda del movimiento “pacífico” puede actualizar el viejo himno de John Lennon: “Todo lo que estamos diciendo es que le den una oportunidad a la actividad militar no tripulada…”
Mientras tanto, conforme el Senado titubeaba, el congreso se acercaba a darle al presidente amplios y nuevos poderes de guerra.
La ley de gasto en defensa que recientemente fue aprobada en el Comité de Servicios Armados del congreso contiene una nueva —y post-Bin Laden— Autorización para el Uso de la Fuerza Militar. Esta autorización es todavía más amplia que la resultante luego del 11 de septiembre, cuyo lenguaje fue abusado por la administración de Bush para justificar la vigilancia sin orden judicial y la detención de ciudadanos estadounidenses sin cargos formulados. Aun así, el reemplazo propuesto obtuvo solamente unos cuantos minutos de debate después de media noche.
La primera autorización por lo menos contenía una relación con los autores de los ataques del 11 de septiembre. La nueva autorización le da el poder al presidente de ir a la guerra con cualquier nación que él considere está ayudando a Al Qaeda, a los Talibanes o a sus “fuerzas asociadas”. ¿Hasta dónde se puede estirar este lenguaje? Tal vez lo suficientemente lejos para que el congreso remueva esa molestia de los poderes de guerra permanentemente de su camino.
Una cosa queda clara, uno no puede culpar de nuestra floreciente “presidencia imperial” solamente a los presidentes agresivos y sedientos de poder. Como Arthur Schlensinger Jr. explicó en su libro La presidencia imperial, la transformación de la presidencia desde una posición limitada y constitucional al Supremo Líder Militar de la Tierra ha sido “el resultado tanto de la abdicación del congreso como de la usurpación por parte del ejecutivo”.
De hecho, la última vez que recuerdo que el congreso mostró una indignación justificada acerca de las amenazas a la separación de poderes fue en mayo de 2006, cuando el FBI realizó una búsqueda de la oficina en el congreso de William Jefferson, miembro de la Cámara de Representantes en ese entonces (Anteriormente habían encontrado $90.000 en efectivo en el congelador en la casa de Jefferson).
El allanamiento de la oficina de Jefferson fue un evento raro que consiguió que el entonces presidente del Congreso, Denny Hastert (Republicano por Illinois) y la líder del partido Demócrata Nancy Pelosi (Demócrata por California) canten del mismo libro de himnos acerca de “los principios constitucionales…diseñados para proteger al congreso y al pueblo estadounidense de los abusos de poder”.
Sería agradable ver el mismo escándalo bipartidista en el congreso de hoy acerca de “abusos de poder” como, por ejemplo…las guerras ilegales.
Pero parece que ese tipo de cosas no despierta sensibilidades.

España: 15-M, savia vieja en odres nuevos

España: 15-M, savia vieja en odres nuevos

Printer-friendly versionSend to friendpor Lorenzo Bernaldo de Quirós
Lorenzo Bernaldo de Quirós es presidente de Freemarket International Consulting en Madrid, España y académico asociado del Cato Institute.
Mientras veintitrés millones de alienados ciudadanos fueron a votar el pasado 22-M, unos miles de personas, conscientes de que eso era una pantomima manejada por una siniestra coalición de la política y del dinero, mantenían encendida la llama de la protesta contra un sistema al servicio de los poderosos y ajeno a los intereses de los españoles. Esta caricatura refleja en buena medida la actitud del denominado Movimiento del 15-M. Los regímenes pluralistas y constitucionales no son perfectos, ningún régimen lo es, pero la experiencia muestra que a lo largo de la historia son los que han proporcionado las mayores cotas de libertad, igualdad y prosperidad para la inmensa mayoría de la gente, sobre todo, para los más débiles. Por eso, una cosa es intentar perfeccionarlos, denunciar sus deficiencias y corregirlas, y otra muy distinta es impugnarlos en su totalidad. Incluso esto es posible a través de los procedimientos democráticos tradicionales. En opinión de quien escribe estas líneas, olvidar esos elementos constituye el error básico de los “indignados” cuyas propuestas son en buena medida rancias y cuya modernidad sólo estriba en el instrumento que han elegido para movilizarse, Internet.
El concepto de democracia real tiene un significado preciso. Fue la alternativa de los movimientos totalitarios, básicamente del comunismo, a la democracia liberal y representativa, considerada por ellos un instrumento al servicio de las clases explotadoras. Ahora bien, la aplicación práctica de ese ideal creó uno de los sistemas más represivos de la historia de la Humanidad. Esto no supone acusar a los paladines del Movimiento 15-M de tener tics totalitarios pero sí afirmar que o bien el término democracia real es una pura proclama propagandística o bien que ignoran lo que supondría su instauración. Esto no es baladí porque el debate democrático se articula a través de ideas y de palabras y éstas tienen significados y consecuencias. Si se llevase a sus conclusiones lógicas, el planteamiento de los “indignados” llevaría a sustituir el hipotético poder de la oligarquía, de la “siniestra” entente partidos-poderes económicos por el suyo propio, una minoría esclarecida capaz de entender por ciencia infusa las verdaderas necesidades de los españoles. Esto equivale a considerarse en posesión de la verdad y profesar un desprecio olímpico a la voluntad de millones de españoles expresada en las urnas.
La democracia es un procedimiento que permite deshacerse de los gobiernos que no gustan a la mayoría de los ciudadanos sin derramamiento de sangre. Dentro de ese marco y con unas reglas del juego aceptadas por todos, los partidos articulan el pluralismo de ideales y aspiraciones de la sociedad y compiten entre sí por obtener el apoyo suficiente para llevar a cabo sus programas. Por definición, en una sociedad pluralista, no todos los ciudadanos piensan igual y, en consecuencia, las prioridades económicas, sociales y políticas, de por ejemplo el Movimiento 15-M, no tienen porqué ser compartidas por todos o por una mayoría de los españoles. En cualquier caso, la evidencia empírica muestra que los partidos políticos que no representan la voluntad de los ciudadanos terminan por desaparecer y, en caso de gobernar, por ser desplazados del poder. Sin duda, los partidos están lejos de la perfección, es más pueden ser de una imperfección absoluta, pero son instrumentos esenciales e imprescindibles en una democracia.
Les guste o no, el Manifiesto de los “indignados” es un paquete de medidas sociales y económicas de un izquierdismo naftalínico. Esto se refleja en su jurásica terminología, extraída, quizá sin saberlo, de la vulgata marxista, léase la afirmación: “El ansia de acumulación de unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos”. En realidad, su ideario es la expresión de las propuestas planteadas hace décadas por la izquierda y abandonadas por ella tras la contrastación de su fracaso. En España, algo parecido a las exigencias de los manifestantes de la Puerta del Sol y de sus colegas de otras partes del territorio nacional es el enfoque de Izquierda Unida y de otros grupos marginales. Aunque resulte paradójico, el grueso de las iniciativas de los “indignados” no son revolucionarias, sino terriblemente conservadoras. Se traducen en una configuración social y económica asistencial, en la que Papá Estado de la cuna a la tumba ha de asegurar a los individuos todo, de la educación a la felicidad. La ironía del Movimiento 15-M es que quieren pensar como cubanos y vivir como capitalistas, lo que es imposible.
La frustración, el desanimo y la falta de expectativas de numerosas capas de la sociedad española es evidente y comprensible. Ahora bien, el desempleo, el descenso del nivel de vida y demás males socio-económicos no son una consecuencia inexorable del Sistema, sino de la mala política desplegada por el gobierno de la nación. Además, las democracias liberales tienen una enorme capacidad, así lo enseña la experiencia, de regenerarse, de depurar los vicios que llegan a tener. En cualquier caso, la acampada de la Puerta del Sol no se hubiese producido, al menos por las causas alegadas hoy por los “indignados”, hace siete años cuando la economía nacional estaba en plena fase expansiva, la creación de empleo era vigorosa y el bienestar se extendía a todas las capas de la población. Se materializa ahora, cuando finalizada la recesión más dura de la historia contemporánea se abre un escenario de incertidumbre. Pero, precisamente, para evitar que una situación de esta naturaleza se consolide y se convierta en una deslegitimación del sistema hay elecciones y la posibilidad de alternancia en el poder. Esa es la esencia de la democracia, de la única que existe y ha existido, la representativa. En este escenario, si los adalides del Movimiento 15-M creen representar una parte mayoritaria de la sociedad española tienen la posibilidad de demostrarlo en las urnas. Por cierto, la “falsa” democracia española ha tolerado y tolera la ocupación ilegal de espacios públicos antes, durante y después del 22-M.

Lagarde quiere reformar el FMI

Lagarde quiere reformar el FMI y dar espacio a los emergentes

La ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, afirmó hoy que en caso de ser elegida directora gerente del FMI continuará con el proceso de reformas del organismo y promoverá una mayor participación de los países emergentes.
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"El Fondo Monetario Internacional (FMI) no le pertenece a nadie más que a los países miembros y mi candidatura se inscribe en la agenda de reformas, que ya comenzó y ahora debe ser llevada hasta el final", declaró Lagarde en Brasilia, junto al ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega.
En un claro guiño al primer país que visita en el marco de la campaña al cargo que ocupaba su compatriota Dominique Strauss-Kahn, que dimitió en medio de un escándalo sexual, la ministra aseguró que "un gran país emergente como Brasil debe estar mejor representado" en el FMI.
Asimismo, anunció su compromiso con la "diversidad de género y de origen" en la dirección del organismo financiero internacional.
Mantega, que valoró en forma muy positiva la candidatura de Lagarde, apuntó que no sólo Brasil, sino todos los países emergentes y en desarrollo deben tener "mayor participación, más voz y más voto" en ese y otros organismos multilaterales.
También criticó la norma no escrita que dice que el FMI debe ser encabezado por un europeo, mientras que un estadounidense tiene que estar al frente del Banco Mundial.
"Es una regla totalmente obsoleta", sostuvo el ministro, quien apuntó: "lo importante es la competencia, la inteligencia y el compromiso (de los candidatos) con el proceso de reforma".
El ministro también reiteró que el Gobierno brasileño todavía no ha prometido apoyo a ninguno de los candidatos en disputa, entre los que sobresalen Lagarde y el gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, quien visitará Brasilia el próximo miércoles.
"Vamos a esperar la presentación de todos los candidatos", dijo Mantega, quien añadió que "se debe dejar la puerta abierta para que la dirección del FMI sea ocupada por cualquier persona, sea europea, estadounidense o de un país emergente".
El ministro brasileño insistió en que para el Gobierno de Brasil "lo importante es que el FMI continúe la trayectoria de los últimos tres años, cuando pasó por importantes reformas y colocó a los países emergentes en una posición de mayor protagonismo".
Lagarde coincidió con Mantega en que "la elección para el FMI debe ser hecha en función de méritos" y no de "nacionalidades".
Lagarde tiene previsto regresar hoy a París y, según confirmó, la semana próxima continuará con la promoción de su candidatura en China, la India y algunos países de Oriente Medio

Volcker pide una autoridad europea.....

Volcker pide una autoridad europea que ayude a quebrar bancos

El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) Paul Volcker ha señalado que España puede salir de la crisis sin refinanciar su deuda si es capaz de acometer "un buen programa de ajustes", según ha manifestado durante su intervención en el encuentro 'Construyendo un nuevo marco financiero internacional', organizado por Aspen Institute España en la sede del BBVA.
Por su parte, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ha destacado que España ha podido "desacoplarse" de la difícil situación que vive Europa gracias a los cambios estructurales que está realizando, destacando que el país ha actuado "con rapidez" en todos los ámbitos, excepto en lo que respecta al mercado laboral.
Para el mexicano, España ha abordado con éxito la reestructuración del sistema financiero y las reformas fiscales, aunque aún debe enfrentarse al problema del crecimiento, que para él está ligado a la falta de flexibilidad del mercado de trabajo español.
Así, Volcker ha remarcado que España está "en el centro" del debate europeo y ha subrayado que Europa atraviesa un "momento crítico" en el que muchas de las reformas siguen siendo "incompletas". Por todo ello, ha instado a los países ha recuperar la inversión empresarial en bienes de equipo.
Preguntado por la trasformación de las cuestiones económicas y las reformas estructurales en cuestiones políticas, Carstens ha afirmado que es cierto que todo se convierte en asuntos políticos y ha recalcado que éste es "el gran desafío" al que se enfrentan los gobiernos.
Grecia
Respecto a la reestructuración de la deuda griega, tanto Volcker como Carstens han coincidido en que este proceso "no es la solución", al considerar que puede ser un catalizador a corto plazo, pero que con el tiempo se podría volver en contra del país heleno.
Asimismo, tanto ellos como el expresidente del Banco Central de Brasil Henrique Meirelles han resaltado que no basta con salvar a un solo país, sino que la cuestión debe ir más allá y abarcar la unión de Europa, un asunto que han calificado de "fundamental".
En el acto también participaron el presidente de BBVA, Francisco González, y el presidente de Aspen Institute España, Javier Solana, quienes han destacado la importante labor de este foro de debate sobre la responsabilidad social y los principios que definen.

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