Marciano: Franklin Brito murió de “manera calculada”
Marciano opina en su ‘Piedra de Tranca’ de este miércoles, sobre el reciente fallecimiento de Franklin Brito, asegurando que el prodcutor agropecuario “tomó la decisión de dejarse morir y lo hizo de manera calculada”.
Según Marciano, “en la cadena de acciones y de omisiones de este caso, el primer error lo cometieron las autoridades competentes”.
Esta es la ‘Piedra de Tranca’ de hoy:
CADA QUIEN ES LIBRE DE BUSCAR su propia muerte y en cualquier circunstancia ésta será siempre respetable. La manera como pone fin a su existencia un ser humano no admite juicios. Para este escribidor se trata de una fatalidad, bien sea el suicidio, bien sea el desafío en el fragor del combate, el sacrificio consciente, el azar.
El desenlace natural. La bala perdida que le arrebata la vida a una persona, el ataque del delincuente o el ajuste de cuentas. Hay tantas maneras de morir como de vivir.
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ESTAS CONSIDERACIONES TIENEN QUE VER CON LA MUERTE en el hospital militar de Franklin Brito. Muerte lamentable como es siempre toda muerte, más aún si está rodeada de particulares circunstancias.
¿Por qué en este caso concreto? Porque Brito tomó la decisión de dejarse morir. Lo hizo de manera calculada, cerrándose a cualquier posibilidad de que su destino, por ahora, fuera seguir viviendo.
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ESTE ESCRIBIDOR NO VA a echar de nuevo el cuento del caso Brito, un productor rural cuyo fundo en Bolívar fue invadido por campesinos de la región a los que se les otorgó títulos agrarios sobre algunas las parcelas ocupadas.
En la cadena de acciones y de omisiones de este caso, el primer error lo cometieron las autoridades competentes que, al igual de lo que sucede en otros lugares del país, se desentienden de situaciones conflictivas, o bien proceden –sin velar por la ley–, aceptando de hecho el despojo de que son víctimas productores que no son latifundistas ni explotadores, irregularidades que luego revierten contra el propio Estado.
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BRITO OPTÓ POR PROTESTAR Y NO ACEPTAR las propuestas que le hizo el gobierno, y apeló al método que consideró el más adecuado para reivindicar su propiedad: la huelga de hambre. Recurrió a los medios y para ello se plantó ante las oficinas de la OEA, suspendió la huelga, no aceptó las propuestas del INTI para resolver su situación y reasumió la huelga que venía erosionando, peligrosamente, su salud. Con graves secuelas físicas fue trasladado al Hospital Militar Carlos Arvelo donde se le dio asistencia especial.
Sus familiares plantearon el traslado de Brito a la Cruz Roja y hay un acta en la cual consta que este organismo se negó a aceptarlo aduciendo no poseer los equipos apropiados para su atención.
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FINALMENTE BRITO FALLECE. SIN DUDA que el desenlace era previsible. Se trataba de un caso difícil. De alguien que decide sacrificarse en función de sus reclamos y de la idea que tiene de su situación personal. En fin, de una solución que el gobierno no trabajó con el interés que demandaba la complejidad del caso. Pero resulta temerario enrostrarle esa muerte.
Sólo los farsantes, aquellos que están a la caza de cualquier muerto para bailarlo y sacarle un miserable provecho político, asumen poses estridentes y se lanzan por el atajo irresponsable de las acusaciones sin base. A la mayor parte de esos sórdidos traficantes de la muerte jamás le importó, en otras circunstancias, en otros momentos, cuando alguien caía alevosamente, en la tortura, en los campos de concentración, en el ajusticiamiento cobarde. Es respetable el auto-sacrificio de Brito y asqueroso el ritual montado por los fariseos.
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