miércoles, 13 de abril de 2011

Estadísticas y Mentiras del Gobierno

Estadísticas y Mentiras del Gobierno

Por Ron Paul

Español: Recientemente se ha hablado mucho en Washington acerca de los ciudadanos de la tercera edad, mayormente sobre cómo diferentes reformas de salud los beneficiarían o dañarían. Pero hay otro tema crucial que ha devastado en forma silenciosa a las personas mayores en términos financieros en las últimas décadas. Y tiene que ver con cómo es calculado el costo de vida. ¿Cómo justifica la administración el no haberles reconocido el aumento en el costo de vida a los beneficiarios del seguro social?

Según el cálculo oficial del Índice de Precios al Consumidor, la vida se ha abaratado por primera vez en décadas. Si el gobierno puede mostrar estadísticamente que el costo de vida ha bajado, en vez de subido, entonces podrá justificarse al momento de no conceder el aumento para los beneficiarios del seguro social. ¿Pero esto concuerda con la realidad? Usando cálculos anteriores del IPC, el costo de vida en realidad se ha incrementado ¡Por casi un 5%!

El IPC (Índice de Precios al Consumidor) es un cálculo basado en la media de precios de una canasta fija de bienes que inicialmente fue diseñado para ayudar a las empresas a ajustar por inflación. El gobierno eventualmente comenzó a utilizarlo para determinar los ajustes de costo de vida de los programas de prestaciones. Junten eso con el descubrimiento de los políticos al ver que podían rapiñar los fondos del seguro social para pagar nuevos programas de gasto, y tendrán la tormenta perfecta para negarle a las personas mayores lo que se les había prometido, ocultándoles el verdadero tamaño del déficit. Para los políticos es el éxito asegurado.

Para la gente de la tercera edad la historia es diferente. El economista John Williams de Shadow Government Statistics ha estimado que si la metodología original del IPC no hubiese cambiado, los cheques del Seguro Social serían por casi el doble de por lo que son hoy en día. Esto representa mucho dinero que los políticos han sido capaces de literalmente robarle a las personas mayores, para gastar en sus propios programas inútiles. Un ejemplo de cómo lo hacen es sustituyendo hamburguesas por filetes, lo que reduce el precio promedio de esa canasta de bienes. Pero el vivir de hamburguesas, o quizás comida para perros, en lugar de filetes no representa una norma constante de vida. Esto hace de la medición algo virtualmente sin significado, aunque políticamente es muy conveniente.

He introducido legislación para evitar que los políticos de Washington vuelvan a atacar al Seguro Social. La HR 219 la “Ley de Preservación del Seguro Social” (Social Security Preservation Act) se asegurará de que todos los fondos recaudados por el Fondo Fiduciario del Seguro Social sólo sean utilizados para el pago a los beneficiarios, o sean puestos a interés con certificados de depósito. Esto al menos detendría el sangrado del fondo, y quitaría el incentivo por burlar y distorsionar los números para poder darle a las personas mayores el mínimo pago posible. Esto también cortaría una de las fuentes de financiación para la expansión del gobierno, así que no es probable que sea fácilmente respaldada por muchos políticos.

Ya es suficientemente malo que Washington imponga altos impuestos sobre los salarios de los trabajadores estadounidenses. Lo menos que podría hacer el Congreso es usar los dólares de dichos impuestos para su declarado propósito. Pero en cambio, las personas mayores lo tendrán cada vez más difícil intentando sobrevivir con un ingreso fijo en una economía basada en variables y engaños. Para ellos ya es demasiado tarde para volver a empezar. Los jóvenes de hoy en día se verán forzados a solventar el sistema por los años venideros. El primer paso para resolver la inminente crisis del Seguro Social es impedir que los políticos asalten el fondo y reducir en forma significativa el gasto del gobierno federal.

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