jueves, 14 de abril de 2011

Libertarismo en una sola frase

Libertarismo en una sola frase: Otras personas no son tu propiedad

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por Roderick Long

David Bergland ofreció una vez el Libertarismo en una lección. Me gustaría ofrecer el libertarismo en una sola frase. La formulación más concisa del libertarismo que se me ocurre es la siguiente:

Otras personas no son tu propiedad. En otras palabras: no son tuyos para que les mandes. Sus vidas no son tuyas para microgestionarlas. Los frutos de sus trabajos no son tuyos para disponerlos. No importa lo inteligente o maravilloso o útil que sería lo que sea que quieras que otras personas hagan. No es asunto tuyo si usan cinturones de seguridad, rinden culto al dios correcto, tienen relaciones sexuales con las personas equivocadas, o participan en transacciones de mercado que te irritan. Sus opciones no son tuyas para dirigirlas. Son seres humanos como tú, tus iguales bajo la ley natural. No posees autoridad legítima alguna sobre ellos. Mientras ellos no crucen la línea y empiecen a tratar a otras personas como su propiedad, no tienes ningún fundamento moral para iniciar la violencia contra ellos, ni para autorizar a cualquier otra persona que lo haga en tu nombre. El principio básico de las relaciones sociales civilizadas fue enunciado en 1646 por Richard Overton :

Para cada individuo en la naturaleza es dada una propiedad individual, por naturaleza, a no ser invadido o usurpado por nadie. Para cada uno, como él mismo es, tiene una propiedad de sí mismo, de lo contrario no podría ser él mismo, y de esto ninguna persona puede pretender privar a alguien sin violación manifiesta y afrenta a los principios mismos de la naturaleza y de las normas de equidad y justicia entre hombre y hombre … Ningún hombre tiene poder sobre mis derechos y libertades, y yo sobre las de ningún hombre. Puedo ser un individuo, disfrutar de mí mismo y mi auto-propiedad y puedo hablar en nombre de nadie más que de mí mismo, o presumir no más que de eso; si lo hago, soy un usurpador y un invasor al derecho de otro hombre … todo hombre, por naturaleza, siendo rey, sacerdote y profeta en su propio circuito natural y compás, de los cuales no pueden otra persona participar sino por delegación, comisión, y el consentimiento libre suyo, cuyo natural derecho y libertad es.

Tampoco es este requisito dispensado meramente porque casualmente eres un oficial de la policía, o un legislador electo, o un miembro de la mayoría de los ciudadanos que emiten su voto. Como Voltairine de Cleyre señaló en 1890:

[Un] cuerpo de votantes no puede encargarte ningún derecho sino sus propios; por ningún malabarismo posible de la lógica pueden delegar el ejercicio de cualquier función que ellos mismos no controlan. Si cualquier persona en la tierra tiene derecho a delegar sus poderes a quien él elija, entonces cualquier otro individuo tiene igual derecho; y si cada uno tiene el mismo derecho, entonces nadie puede elegir a un agente por otra persona, sin el consentimiento de esa otra persona. Por lo tanto, si el poder del gobierno reside en el pueblo todo, y de ese todo, todos menos uno te eligió como su agente, todavía no tendrías autoridad alguna para actuar en nombre de ese uno. Los individuos que forman la minoría que no te nombró a un cargo tienen exactamente los mismos derechos y poderes que aquellos que componen la mayoría que sí lo hizo; y si ellos prefieren no delegarlos en absoluto, entonces ni usted, ni nadie, tiene autoridad alguna para obligar a ellos que te acepten a vos, o cualquiera, como su agente…

Sugiero que la frase “Otras personas no son tu propiedad” y sus variantes, pueda ser una herramienta más útil de debate intelectual que algunos de los slogans que usamos con mayor frecuencia. ¿Por qué no responder a cada nueva propuesta de obligar a la gente a hacer esto o aquello con la protesta “pero no te pertenecen “, “Pero no son tu propiedad”? Al menos esto reduciría la cuestión a su esencia.

Egoísmo racional

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Escrito por James Meyol

Los tres valores cardinales de la ética objetivista, que, en su conjunto, son el medio para realizar el valor supremo de una persona, es decir, su propia vida, y al mismo tiempo su realización, son: Razón, Propósito, Autoestima, con sus tres virtudes correspondientes: Racionalidad, Productividad, Orgullo.

El trabajo productivo es el propósito fundamental de la vida de un hombre racional, el valor central que integra y determina la jerarquía de todos sus valores. La razón es la fuente, la precondición de su trabajo productivo. El orgullo es el resultado. La virtud del egoísmo (pg. 44) – Ayn Rand

La búsqueda de la realización personal se hace a través de la satisfacción de los pequeños propósitos PERSONALES y propios de cada individuo, el egoísmo racional. No pensamos en el beneficio para los demás, sino en el propio y así nos acercamos a la realización de nuestro fin último: nuestra supervivencia y nuestra felicidad.

•Es un egoísmo basado en valores objetivos y que, por tanto, nunca tuviese siquiera la pretensión de violentar en modo alguno los derechos de los demás.

•Ayn Rand condenaba inequívocamente el egoísmo irracional de entregarse a los propios caprichos irracionales.

El altruísmo

La ética objetivista considera que el altruismo es un vicio, ya que condena a todos los hombres a satisfacer las necesidades de los demás, nunca las propias. Para el objetivismo, además, el altruismo coherente siempre termina en colectivismo, ya que para el altruista el egoísta racional es un delincuente moral, que ha de ser castigado por la sociedad.

El orgullo es una virtud

Si uno se esfuerza en llevar una vida racional y productiva, uno se gana el derecho a estar orgulloso de los valores morales y materiales que uno obtenga. No obstante, el objetivismo condena inequívocamente los orgullos irracionales. El orgullo de ser de determinado país, de pertenecer a una u otra raza o tribu, de tener grandes riquezas heredadas, de pertenecer a una familia con títulos nobiliarios… en ninguno de estos casos el individuo ha hecho nada para ganarse el derecho a estar orgulloso.

No existen los derechos positivos

  • No existe el derecho de la mujer
  • No existe el derecho de los ricos
  • No existe el derecho de los gays
  • No existe el derecho de los negros
  • Y un infinito etcétera.

El objetivismo sostiene que los derechos positivos (derecho al trabajo, a la vivienda, a la atención sanitaria…) son lógicamente contradictorios en su sola enunciación, una contradictio in terminis, ya que generarían obligaciones que destruirían los derechos negativos (los únicos que hay) de terceros.

Los derechos son de la persona, no de un colectivo exclusivo. Y son estos tres: VIDA (a ganarse el propio sustento), LIBERTAD (a actuar libremente mientras no se dañe a otros ni se dañe uno mismo por causa de otros) Y JUSTICIA (proteger la propiedad privada, el esfuerzo de uno, la integridad física y psicológica).

Los del Orgullo Gay no se han ganado nada para estar orgullosos, las excusas son las mismas “miles de años de violencia y blablabla”. Pero a ver, los derechos no son exclusivos de un colectivo, si a una persona se le ha agredido por ser gay, claro que tiene el derecho de reclamar justicia, puesto que se le ha dañado su integridad física y psicológica pero NO ES EXCLUSIVA de un grupo minoritario.

Otro tanto para “los derechos de la mujer”. La igualdad no existe. Los individuos son todos diferentes pero tenemos los mismos derechos COMO PERSONAS.

La humildad es un vicio

Lo es ya que el humilde se considera a sí mismo como poco valor y no mejor que los demás. Para el objetivismo, el estar en este estado y considerarlo como bueno mata cualquier tipo de ambición moral en el individuo.

Ejemplo: “Yo crecí en una familia humilde, no he podido estudiar y me he conformado con lo que me ofrecían y ahora estoy en el paro y no sé cuando voy a salir de esta…” Dando por hecho que pudiera ser que no tuviera oportunidades para estudiar, ahora sí lo podría hacer. Dado que cobra el paro y dispone de tiempo, únicamente lo dedica para lamentarse y crearse así “una profecía autocumplida”.

También podría abrir una empresa en una sociedad verdaderamente libre (no en el país con más carga fiscal del Primer Mundo).

El extremismo es bueno

El objetivismo sostiene que si partiendo de premisas correctas y siguiendo una epistemología correcta uno identifica algo como bueno, lo moral es llevarlo hasta sus últimas consecuencias.

Se asocia “extremismo” con “nazismo” u otras clases de violencia o perversiones, cuando no es así, en el caso del nazismo sería precisamente el “altruismo”: ofrecer grandes ventajas y grandes promesas a una Nación mediante la creación de una raza aria, eliminar a los que “os quitan el pan”: los judíos.

Extremismo bueno: -Ejemplo: “Voy a esforzarme, creo en mí y en mi talento y voy a perseguir mis sueños aunque acabe en una cuneta muerto de hambre. Quiero ser guionista de cine y estoy escribiendo cada día un guión diferente y los voy a ir presentando en certámenes, concursos, a Hollywood… porque creo en mí y “quien la sigue la consigue”.

Extremismo malo, indeseable: -Ejemplo: “HAY QUE GANAR DINERO A TODA COSTA Y PISAR A QUIEN SEA”. Una frase propia de algún ejecutivo en plan Patrick Bateman en “American Psycho”. Ayn Rand lo dijo clara y llanamente: EL PSICÓPATA ANTISOCIAL no es el representante del capitalismo, pues desprecia las vidas de los demás (incluso la suya propia) y partiendo de premisas erróneas que identifica como buenas (pisar a quien sea, estafar, especular…). Es un ejemplo de extremismo que al no seguir una epistemología correcta, deriva en una psicopatía o trastorno mental.

El intercambio. Base fundamental del capitalismo

Sucede desde los fenicios. No es cosa nueva. Es natural, surge de la relación libre entre individuos, aunque suele tener lugar también en regímenes dictatoriales (de manera escondida o no oficial). Su principio se basa en las relaciones entre iguales independientes. No se debe esperar ser remunerado sino sólo por aquello que hemos logrado por esfuerzo propio. Va más allá de los bienes materiales y trasciende a los espirituales. La valoración de las virtudes ajenas es “pagada” con sentimientos como la amistad y el amor.

La sociedad ideal

Ayn Rand habla de una sociedad ideal conformada por individuos que actúan de manera:

  • Libre
  • Pacífica
  • Próspera
  • Benevolente
  • Racional

Laissez-faire

El principio político de la ética objetivista: no se puede iniciar el uso de la fuerza física contra otros y ésta sólo puede ser usada en respuesta y sólo contra aquellos que iniciaron su uso. Sistema del capitalismo puro laissez-faire es el método concreto de aplicación de los principios éticos ya delimitados.

Dos ejes

Ayn Rand hace una clasificación de la sociedad en dos ejes más complejos que los que presento aquí (para abreviar). Veamos: MISTICISMO, ALTRUISMO Y COLECTIVISMO (asociados a todos los regímenes dictatoriales, socialistas, comunistas, estatistas) RAZÓN, INDIVIDUALISMO Y CAPITALISMO (donde la figura del Estado o se reduce al de la Justicia –seguridad, cumplimiento del deber, de la integridad física y psicológica y de la libertad).

Para objetivistas posteriores que abrazaron el anarquismo, la razón, individualismo y capitalismo por coherencia eliminan por completo el Estado y dan lugar a la anarquía de libre mercado.

Estos principios sólo serían totalmente aplicables en una economía libre y capitalista.

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