lunes, 18 de abril de 2011

¡Párate firme! Venezuela

Por Jesús Fernando González Cazorla

Exordio: Venezuela es el mejor país del mundo. Dios le dio, la mejor ubicación geográfica del mundo, todos los recursos naturales, petróleo, hierro, aluminio, oro, diamantes, etc., le dio el mejor clima bañado de abundante agua dulce y las mejores tierras cultivables del universo. Todo esto en un territorio poblado por aproximadamente 25 millones de venezolanos. Pero Dios no podía ser tan bondadoso, no nos podía hacer perfectos, así nos envió a los políticos venezolanos para que destruyeran todo lo que nos dio.

Primero una cadena de militarsuchos nos gobernaron por casi un siglo, en una cadena de golpes de estado. Luego le dimos inicio a una seudo democracia caracterizada por una dictadura de partidos, protagonizada por una cadena de dirigentes civiles de los cuales uno era más malo que el que le seguía y que llevó a que se creyera en que la dictadura militar era preferible.

De esta manera el principal problema de los venezolanos no es la inseguridad, el desempleo, la corrupción, etc., nuestra gran crisis es de “Gerencia”. Pero ¿Qué es Gerenciar? Es un proceso “social y técnico” que utiliza recursos, “influye” sobre actos humanos y “facilita” cambios con el fin de materializar objetivos de la organización. Venezuela ha tenido la triste experiencia de no tener gerentes políticos en sus gobiernos sino que hemos sigo gobernados por una parranda de mediocres.

De esta manera el reto de la nueva Venezuela tiene que ser la formación de Gerentes Políticos y creo que esa visión solo se la he notado a Eduardo Fernández y su IFEDEC. ¿Y qué es la Gerencia Pública? pues es la aplicación de los principios generales de la gerencia a las organizaciones de la administración pública, o sea al campo gubernamental, dentro de un pensamiento estratégico circular. Podemos inferir de que estos principios se encuadran dentro de un proceso cíclico de ejecución el cual hemos llamado “El Ciclo Gerencial”, proceso que ha sido probado por las más exitosas empresas del mundo comercial.

De esta manera el desarrollo de cualquiera organización estará marcado por la eficiencia en el cumplimiento de los pasos de este ciclo. El proceso comienza con entender qué es el Estado y sus componentes como es el pueblo, sus recursos y su gobierno, dentro del Estado se encuentran numerosas organizaciones sociales, económicas y políticas que van desde empresas, partidos hasta la familia de cada uno de nosotros.

Estas organizaciones tienen una doctrina, tienen recursos y tienen una gerencia que las administra. Los gerentes buscan la eficiencia de sus organizaciones y al efecto hacen un permanente diagnóstico de los problemas que se les presenta, analizan sus variables y se plantean soluciones. Estas soluciones son convertidas en objetivos en el tiempo y a su efecto las convierte en estrategias, planes, programas, cronogramas y agendas. Para cumplir los objetivos el gerente organiza, establece lazos de coordinación y dirige la ejecución de las decisiones que toma. Durante la ejecución el gerente supervisa que su organización cumpla las decisiones y controla que estas se ejecuten en la cantidad (Control de Producción) y la calidad deseada (Control de calidad).

Posteriormente compara lo ejecutado con lo planificado y evalúa las consecuencias de los resultados sobre el estado y sobre la organización para reformular el proceso, cambiar la doctrina y así resolver los problemas y girar de esta manera una vez más sobre el ciclo bajo la convicción de que cada vez que giremos alrededor de él tendremos organizaciones públicas y privadas más efectivas y por ende un estado más eficiente. Como lo definimos la Gerencia es un proceso Social y Técnico por lo que el que nos pretenda gobernar tiene que ser “Político” o sea especialista en manejar problemas de la gente. Además el que nos dirige tiene que ser un Gerente, rodeado de la preparación técnica y la experiencia necesaria para manejar recursos.

Chávez es el antagonismo de toda esta teoría, un pésimo gerente político pero un excelente manipulador de la voluntad popular, de esta manera todos los recursos de nuestro país están técnicamente concentrados en solventar su deficiencia de cómo “influir” sobre los procesos sociales y así su popularidad solo se mantiene “comprando conciencias”. Ahora como los recursos no abundan y se ve obligado a invertir en resolver los problemas de infraestructura de los venezolanos como lo es la electricidad, la vialidad, y otros servicios públicos, tiene que buscar la única forma que aprendió a Gerenciar en su vida, la autocrática, la militar, en donde no se influye sobre la gente sino se ordena, en donde no se debate ni se discute si no se exige la obediencia debida.

Es el sueño de Chávez gobernar un país, que se pare firme, que reciba órdenes y que obedezca sin protesta alguna sus órdenes. Está convencido que esta revolución llegó para quedarse, así que se olviden los escuálidos si sueñan que lo van a sacar en el 2012, ahí es cuando comenzará el proceso de militarización de la sociedad, ya tiene los instrumentos jurídicos en la nueva ley de educación y de las Fuerzas Armadas. Nuestras escuelas serán invadidas por militares de las milicias quienes disciplinarán todo el estudiantado y la juventud bajo un lavado de cerebro revolucionario. Incrementarán el terror judicial y las persecuciones a los enemigos del régimen, a los protestatarios, a los inconformes, para sembrar el miedo a la disidencia y asegurar la obediencia debida.

De esta manera Venezuela será un cuartel, la única forma en que Chávez podría gobernarnos. ¿No las calaremos? Con la excepción de JAVU, no hay mecanismos públicos de resistencia no violenta en el país y peligrosamente pareciera generarse focos de resistencia violenta, se le atribuyen los accidentes ocurridos en la industria petrolera y de la energía eléctrica a actos de sabotajes de algún grupo opositor violento el cual no ha podido ser identificado por el régimen y que por lo tanto no le ha dado el protagonismo ni la importancia para asegurar el efecto de la sorpresa.

A nuestro parecer no creo que sea suficiente para parar las intensiones del dictador constitucional así que ¡A pararse firme!

Sin cultura: La democracia tiene sus defectos, así en un pueblo de baja cultura, los gobernantes serán líderes de baja cultura, por eso aquello de que los pueblos tienen el gobernante que se merecen.

En Barinas pues somos el mejor ejemplo, la cultura no es preocupación del gobierno y es que aquí se está hasta derrumbando la casa de la cultura, a pedazos se está cayendo el techo, en la oficina de la mismísima presidencia del instituto regional de cultura se desprendió una sección del mismo. Las filtraciones pululan en todos los ambiente, las barandas de la instalación están desechas, el maderamen del piso va al mismo ritmo, las paredes están abombadas de la humedad y la cúpula de la campana le cayó hiedra. Bueno mientras tanto al parecer lo único que hacen es la actividad de todos los jueves donde presentan costosas diversiones en el programa del tal café con letras que al parecer es el puntero de la actividad cultural de la actual administración. Andrés Bello ¿Qué hicieron con tu cultura?

Los negocitos de Albarrán: Me informan que recientemente el ingeniero Martínez por órdenes de su patrón Albarrán fue a la capital a acelerar unos proyectos del fondo bicentenario y una plática que queda del proyecto de la cochinera de sabaneta denominada COMPORSA, el cual según los denunciantes es un nuevo guiso. De todas estas diligencias a la capital Martínez cobra su diezmo humildemente, ya que el sueldo no le alcanza para darse la vida de linda. Por otro lado el licenciado presidente de ESOBADES y compadre de Martínez ya escogió la empresita a dedo que se va a encargar de la construcción de una planta de reciclaje por el orden de los 5 millones con la comisión para terminar de pagar una camioneta que presuntamente adquirió recientemente y una casita por los lados de Ciudad Varyná. Adán no se pierde mi columna y está cortando cabezas a aquellos que dejen el rabo afuera como pasó con el procurador Aulio Rivas quien fue recientemente destituido luego de las denuncias presentadas en esta columna. Así que tiene jabón para que lave.

Epílogo: Hoy se cumplen 747 días desde que este gobierno me allanó mi casa, me robó mis computadoras y mis armas de trabajo con la intensión de arruinarme manteniéndome privado de mi libertad, no obstante, mientras lo decidan, esta columna se seguirá publicando.

México: la tierra de los municipios sometidos

México: la tierra de los municipios sometidos

Por Luis Rubio

América Economía

Cuenta una anécdota que el estratega político Lee Atwater alguna vez le dijo a Dan Quayle, a la sazón vicepresidente de George H.W. Bush, “eres el mejor conejo que jamás tuvimos. Dejamos que te persiguieran todos para que se alejaran de la discusión de las cosas importantes”. Desde que leí esa anécdota me quedé pensando si no será lo mismo con la criminalidad que estamos viviendo en México. ¿Será posible que la violencia nos esté distrayendo de lo esencial, de los factores que hacen posible una convivencia pacífica en cada comunidad?

Varios han sido los estudios y argumentos que en los últimos meses han comenzado a avanzar nuestra comprensión del fenómeno. Más allá de los planteamientos específicos, lo que me parece importante es que el debate sobre la violencia, sobre todo el que ha tenido lugar en Nexos y otros foros similares, realmente ha ido avanzando el conocimiento. Lo que sigue son mis propios aprendizajes.

Ante todo, me parece que sigue habiendo una enorme incomprensión de las causas profundas del relativamente súbito crecimiento de la criminalidad, sin lo cual es imposible revertir la situación actual. No tengo duda que fue la confluencia de dos factores, más o menos simultáneos pero independientes, lo que produjo el fenómeno. Uno fue la descentralización del poder que comenzó a darse a partir de mediados de los 90: quizá el año clave sea 1994 cuando, en el ápice del poder priista, se soltó la primera racha de secuestros y asesinatos. No hubo suficiente poder en la presidencia que pudiera pararlo o evitarlo. De ese momento a la derrota del PRI en 2000, el poder migró hacia estados y municipios sin que éstos tuvieran la más mínima comprensión de sus implicaciones. De un sistema controlado desde arriba -pero no institucionalizado- pasamos a un descontrol generalizado. Los estados y municipios se regocijaron en la borrachera de dinero y libertad de que comenzaron a gozar, pero no lo invirtieron en seguridad pública, capacidad de investigación o un sistema efectivo de procuración de justicia.

Mientras esa fiesta tenía lugar, el narco, y otros grupos criminales, comenzaban a crecer de manera acelerada. Ese crecimiento se debió a circunstancias que parecen claras: una demanda ascendiente por bienes pirata y robados; el desarrollo del mercado de consumo de drogas en el país (pequeño pero creciendo a tasas exponenciales); la baja en la rentabilidad del narcotráfico en EE.UU., y el impacto de septiembre 11 sobre la forma de introducir drogas al territorio estadounidense. Cada uno de estos elementos generó un rápido ascenso en la actividad criminal en el país. Es posible, pero dudoso, que de haber ocurrido esto en el viejo sistema, fuertemente centralizado y controlado, éste hubiera logrado imponer reglas y proseguir con su historia de administración del crimen, como siempre había hecho. La verdad, todo sugiere que el nuevo fenómeno resultó ser infinitamente más complejo y poderoso, además de que tuvo lugar precisamente cuando el sistema político se fragmentaba. La combinación de estos dos factores no pudo ocurrir en un peor momento.

En términos analíticos es importante determinar si el Ejército provocó más violencia o si hubo otros factores. Lo que no deja duda es que el factor crucial en el ascenso de la criminalidad y la violencia no fue el Ejército, sino la desaparición del gobierno local. Como convincentemente argumentan Ana Laura Magaloni y Antonio Azuela, fuerte o débil, el gobierno local lograba mantener un equilibrio que controlaba la criminalidad. No se trataba de un esquema de legalidad perfecto, pero cumplía al menos lo elemental. El embate del crimen organizado y los brutales trastornos en la estructura del poder político destruyeron esos equilibrios. La presencia del gobierno federal no hizo sino lidiar con las exequias. El problema ya estaba ahí.

Desde esta perspectiva, el actuar del gobierno federal puede estar “ganando” o “perdiendo” frente a las mafias criminales y su diagnóstico puede ser acertado o errado, pero mientras no se fortalezcan las instituciones de los gobiernos locales no habrá salida posible. Es decir, dada la debilidad policiaca y judicial en todo el país, sin una acción decidida por parte del gobierno federal hubiera sido inconcebible confrontar al crimen organizado; sin embargo, para crear una nueva plataforma de convivencia, paz social y control de la criminalidad no hay alternativa a un gobierno local fuerte, dotado de los instrumentos idóneos para confrontar al crimen en cada esquina. Ninguno de los dos esfuerzos es suficiente, pero sin el segundo el éxito es imposible.

El problema es que en el país nunca, al menos desde la Revolución, ha habido un gobierno local fuerte. El viejo sistema no fue creado para que hubiera instancias efectivas de organización estatal y municipal, sino para el control de los grupos políticos y de la población en general. Ese sistema nunca desarrollo capacidad institucional que tuviera la menor posibilidad de actuar de manera independiente; de hecho, su especialidad era cortar cualquier cabeza que lo intentara. Visto en retrospectiva, ese es el corazón de la tragedia que hoy vivimos.

El país requiere respuestas y propuestas que atiendan el corazón del problema y no sus síntomas. Por eso tanto la solución preferida de muchos priistas (retornar a la centralización y el control) o la de los aliancistas (excluir al PRI y pretender que se puede gobernar sin estructura de gobierno y habilidad política) es simplemente absurda. Los políticos de ambos bandos se beneficiaron de la descentralización del poder, pero ninguno asumió la responsabilidad de sus consecuencias.

Lo que ha funcionado en otros países, comenzando por Colombia, es la combinación de: gobierno local fuerte y debidamente pertrechado en términos institucionales; una estructura policiaca en que la población pueda confiar; un proyecto integral de desarrollo económico a nivel local, que convierta al gobierno local en el corazón del florecimiento de la economía y del empleo no vinculado al crimen organizado, y un esfuerzo concertado entre los tres niveles de gobierno de renovación y lucha contra la corrupción. La evidencia derivada de ese país sugiere que sin un ataque frontal a la corrupción, la población simplemente no creerá que se dio avance alguno.

Con todos los asegunes que uno quiera ponerle, el actuar del gobierno federal y del Ejército fue una respuesta necesaria ante el riesgo de colapso integral del gobierno. Pero ese esfuerzo no puede ser la razón de ser de un gobierno ni es suficiente. Lo que falta es lo que tiene que seguir y, no sobra decir, sería mejor comenzar desde ya.

Luis Rubio es Presidente del Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac), una institución independiente dedicada a la investigación en temas de economía y política, en México

Argentina: ¿Es sostenible la bonanza?

Argentina: ¿Es sostenible la bonanza?

Por Andrea y Miguel Angel Broda
La Nación

La Argentina es el país de América latina que más creció desde 2003 (70%). En 2010, creció 9,2% (y algo más si se toma en cuenta el PBI verdadero). Y en 2011, podría mostrar un crecimiento (piso) del 7%, con una verdadera "fiesta" del consumo (en el cuarto trimestre de 2010 el consumo privado creció a una tasa anualizada récord de 20%, según las cifras oficiales). El "maratonista ha hecho una buena carrera". Pero luce fatigado (¿será sostenible esta indiscutida bonanza?). Veamos los "problemas de salud y los métodos de entrenamiento" que están dando lugar a semejante cansancio. Los análisis reflejan que el maratonista tiene seis problemas de salud:

1. Inflación: es elevada, 22% anual y estable desde hace 12 meses (aunque marzo dio más alta). Es una de las tasas de inflación más altas del mundo y encima se da en un contexto de inflación reprimida por tres razones: i) la tasa de devaluación es sustancialmente menor a la tasa inflación (4,5% vs. 22%) y ello tira para abajo la inflación de los bienes transables; ii) es casi nulo el aumento de las tarifas, con lo cual para alcanzar el precio promedio de nuestros vecinos el gas tendría que aumentar 400%; la electricidad, 213%, y las naftas, 61%, y iii) la intervención estatal en algunos precios internos para que sean menores a los internacionales (el precio interno del trigo es sólo el 55% del internacional, pese a que las retenciones son "sólo" del 23 por ciento).

2. Inversión: la acumulación de capital y la productividad de la inversión condicionan la tasa de crecimiento futura. En 2010, la inversión total fue de 22,7% del PBI, con una inversión privada de 18%. Pero para el crecimiento inédito de los últimos ocho años estarían faltando cuatro o cinco puntos de inversión privada. Además, la inversión pública en general cuesta el doble que en los países vecinos. Por lo tanto, su eficacia para aumentar el PBI es baja. Por último, la Argentina ha dejado de atraer inversión extranjera directa (IED): por ejemplo, entre 1996 y 2000 recibíamos casi cuatro veces más IED que Colombia; hoy, sólo el 90 por ciento.

3. Integración al mundo: la participación de las exportaciones argentinas en el comercio mundial es hoy de sólo 0,45%. De haberse mantenido la participación histórica, deberíamos estar exportando US$ 113.000 millones vs. los 68.500 millones exportados en 2010.

4. Competitividad: excepto en agricultura, vinos y algunas pocas actividades industriales, hemos venido deteriorando nuestra productividad relativa. El mejor ejemplo es nuestra balanza comercial con Brasil, que, pese al súper real (apreciado más de 40% respecto del promedio histórico), es deficitaria en US$ 3400 millones, con un sector industrial que exhibe un notable déficit comercial de 6100 millones.

5. Tamaño e ineficacia del Estado: se gasta mucho y mal. Con un crecimiento récord del gasto público en los últimos años, sólo comparable al del Congo, Lesotho y Letonia, hoy el gasto consolidado asciende a 44% del PBI vs. un promedio de 30% en los 30 años previos a 2001. Y la presión tributaria es récord. Pero, a pesar del "súper-Estado", la sociedad sigue insatisfecha y reclama más seguridad, más y mejor educación pública, salud, justicia.

6. Pobreza: hoy, por lo menos, uno de cada cuatro argentinos es pobre y este drama afecta sobre todo a la niñez: el 40% de los pobres tiene menos de 15 años. Con el agravante que habiendo crecido el doble que el resto de América latina redujimos la tasa de pobreza sólo la mitad.

El maratonista no sólo tiene problemas de salud. Además fallan los métodos de entrenamiento. No se puede mantener al maratonista tomando siempre esteroides. El modelo procíclico de permanente estímulo a la demanda doméstica en una economía sin output gap es inadecuado. Con un Banco Central que convalida tasas de expansión monetaria del 35

40%, tasas reales negativas, crédito creciendo al 44% interanual y el gasto público al 35%, la estrategia oficial es claramente expansiva y eleva las tensiones inflacionarias. Además, el intervencionismo estatal castiga a la inversión y desalienta la producción. También hay que revisar la estrategia de cerrar la economía con cupos a las exportaciones y trabas a las importaciones. Otra falla pasa por el modelo de financiamiento del sector público dependiente del BCRA. En 2010, de un total de $ 55.000 millones de necesidades de financiamiento (netas de pagos intraestatales), el 81% se cubrió con emisión ($ 19.500 millones) y reservas (US$ 6500 millones). O sea, "volvimos a las andadas", desempolvando la "maquinita" y retrocediendo 20 años en materia de financiamiento.

En la última década, no aprovechamos a pleno la mejor oportunidad en 110 años que nos ha dado el mundo. Pero todavía hay 20 años por delante de bonanza. El mundo emergente explica hoy el 75% del crecimiento mundial y (tras la crisis internacional) también el 75% del aumento de la demanda global. En este contexto, se estima que 1200

1500 millones de personas en el mundo emergente se incorporarán a la clase media demandando carnes, cereales y todo lo que producimos. ¡A no desaprovechar la oportunidad! El maratonista no está tan enfermo, pero requiere, sin falta, que le ajusten el entrenamiento.

Los autores son economistas

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