lunes, 25 de abril de 2011

SEGUNDA VUELTA DE TUERCA

SEGUNDA VUELTA DE TUERCA

Soy latinoamericano, y peruano de corazón pero no por nacimiento o DNI, no estoy en condición legal de votar en estas elecciones. Sé que por eso muchos me niegan mi derecho a opinar. No obstante, con humildad, respeto, y mucho agradecimiento y cariño por el Perú, deseo expresar mi punto de vista.

---- Desde los ’60 hasta la fecha, en el Perú se han soportado todas las variedades posibles e imaginables de estatismo. Bajo el primer gobierno del Sr. Belaúnde fue un estatismo populista. Después, bajo los jefes militares, un nazional-socialismo autoritario y totalitario. El estatismo prosiguió en los años del Sr. Belaúnde en su segundo mandato. Y el colectivismo alcanzó su clímax en el primer turno del Sr. Alan García, con la estatización de la banca. En ambos casos, en la vía o modalidad socialista democrática o socialdemocracia. Eso fue hasta 1990.

---- En 1990 hubo un golpe de timón y un viraje, y se pasó del estatismo de izquierda al estatismo de derecha. Con el Sr. Fujimori se aplicó el “Consenso de Washington”, recomendado por el FMI y el Banco Mundial. Una década del mal llamado “Neo” liberalismo, que muy poco o nada tiene del verdadero liberalismo clásico de los gobiernos limitados, mercados libres y propiedad privada, en el marco de un Estado de Derecho respetuoso de los derechos humanos y las libertades y garantías democráticas. Se combatió al terrorismo, aunque con excesos, y se creó riqueza, aunque no suficiente para todos, y en un proceso manchado por la corrupción. Pero con todos sus defectos, el régimen del Sr. Fujimori salvó a los peruanos de otra variante o modalidad de estatismo muchísimo peor: el terrorista. Sendero Luminoso y el MRTA estuvieron a punto de ensayar el estatismo comunista estilo Camboya de Pol Pot. Si hubieran triunfado, Perú sería como Cuba, Corea del Norte, Irán o Zimbabwe.

---- Pero ese “modelo Neo liberal” es en realidad un Neo mercantilismo retrógrado, incapaz de crear riqueza suficiente para todos a través de mercados plenamente abiertos y competitivos. Por esa razón dice ser combinado con la llamada “re-distribución de la riqueza”, un vulgar asistencialismo clientelista por parte del Estado. Si el “modelo” fuera tan bueno como dicen, no necesitaría de esas llamadas “medidas sociales de compensación”: servicios de educación, salud y jubilaciones estatales que son inefectivos, burocratizados e insuficientes, combinados con degradantes y adictivos repartos de comida y otras dádivas.

---- Ya en este siglo XXI, terminó la versión autoritaria de este “modelo”. Bajo los gobiernos de los Sres. Alejandro Toledo y Alan García otra vez, se probó la versión democrática del mal llamado “Neo liberalismo”, en esencia un social-mercantilismo: se crea riqueza, pero no en cantidad y calidad suficiente, no alcanza para todos; y las adictivas limosnas estatales no bastan. Varios millones de peruanos subsisten en condiciones de pobreza incluso extrema, inseguros, sin servicios públicos, sin justicia, y pensando sólo en emigrar, lo cual muchos ya han hecho. Por eso se impone un cambio. Y una consistente mayoría ha votado por un cambio el 11 de abril en la primera vuelta, y por eso el Sr. Humala llegó primero. Pero el socialismo castro-chavista no es lo indicado, no es la salida, no es un cambio para mejor. Es un “remedio” peor que la enfermedad, un sistema totalitario, corrupto y corruptor, adoctrinador y militarista, acompañado de una dictadura eterna, que no ofrece posibilidad alguna de ser sustituida por medios pacíficos y democráticos.

---- El estatismo es una indebida usurpación de funciones, competencias y recursos de la sociedad civil por el Estado. Inhibe el ahorro, la inversión, la empresarialidad y el empleo; y fomentando los privilegios y la pobreza, la miseria, y la dependencia política de los gobernantes. El estatismo de derecha es malo porque empobrece, y el de izquierda es peor porque además de empobrecer esclaviza, trascendiendo el marco de la economía, y aspirando a la sumisión total del individuo al Estado.

---- Para los cristianos el estatismo es particularmente repugnante porque contradice el modelo de Gobierno limitado que Dios establece como norma, y que desde el Antiguo Testamento se conoce como sistema de la “Judicatura” o Gobierno de los Jueces. En I Samuel 8 de cuenta que el pueblo rebelde entroniza el estatismo o “Monarquía”, el Gobierno de los Reyes, en contra de la Voluntad Perfecta de Dios. En I Reyes 12 se lee que los impuestos excesivos y abusos estatistas causaron la división de Israel, y consecuentes sufrimientos bajo reyes despóticos, que arrastraron a la nación a su ruina, y la pérdida de su libertad. En los pasados siglos estas consideraciones inspiraron a los cristianos en Europa occidental y EEUU para poner vigilancia y contención permanente a sus Gobiernos, a fin de impedirles que se “enseñoreen” sobre sus pueblos, y les subyuguen, mediante el dominio y control sobre todos los aspectos de la vida: la moneda y la economía, la educación y la cultura, la salud, la familia e incluso las iglesias.

---- Ahora el candidato Humala ya tiene poder suficiente en el Congreso, y en el apoyo de una mayoría de opinión desinformada y desorientada, que exige un cambio, pero no sabe bien en cuál rumbo, ni parece importarle mucho. Para el 5 de junio entonces parece preferible votar por la opción de la candidata Keiko Fujimori. No es una alternativa perfecta, pero al menos serviría de equilibrio y contención al castro-humalismo, y dejaría la posibilidad de volver a revisar las decisiones en las siguientes elecciones de 2014 y 2016. La otra opción no es un “salto en el vacío”: es un salto en el comunismo del siglo XXI, el sistema imperante en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros países, con pésimos resultados para todos a la vista.

---- ¿Pero qué necesita en realidad el Perú, más allá de esta coyuntura? Necesita justicia, orden, seguridad, libertad, paz, prosperidad, y oportunidades para todos, en un clima de amplias libertades democráticas, para bien de todos los peruanos. Y eso es mediante un sistema genuinamente liberal, no colectivista, socialista, estatista o “Neo” liberal. Se requiere un nuevo modelo de Gobierno fuerte y democrático, pero limitado a sus funciones propias naturales, que son las siguientes: 1) la defensa nacional y la seguridad ciudadana; 2) la administración de justicia pública; y 3) las obras de infraestructura; y limitado asimismo en sus poderes y recursos; y que además sea realmente descentralizado, desde los gobiernos municipales y regionales. Y en lo económico y social, mercados libres y sin privilegios, para producir riqueza en abundancia; y también de irrestricto respeto a la propiedad privada, garantía y sostén de libertades; todo ello en el marco de un verdadero Estado de Derecho y Justicia.

---- Y como medio para ese cambio de sistema, Cinco (5) Reformas de fondo, pendientes desde hace décadas: 1) reforma política y gubernativa de los poderes públicos; 2) económica, bancaria y financiera; 3) de la educación en todos sus niveles; 4) de la atención médica; y 5) de las administradoras de jubilaciones y pensiones. La meta es ganar más y vivir bien, con más y mejores oportunidades para todos, y en democracia. Esa tan loable aspiración de la ciudadanía, no se puede lograr con el actual sistema social-mercantilista, que sirve para enriquecer sólo a unas pocas elites económicas y políticas privilegiadas.

Pero mucho menos se puede lograr con el comunismo nazional-chavista, que empobrece y esclaviza a todos, excepto a los todopoderosos grupos gobernantes.

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