lunes, 27 de junio de 2011

El balance

Devaluación interna en Europa del Este

Manuel Llamas

&quote&quoteEl sector privado, dada la acusada caída de la mano de obra, recortó de forma sustancial salarios y número de horas trabajadas, y acometió la reestructuración de numerosos procesos de producción.

Los países de Europa del Este pertenecientes a la UE afrontaron dificultades similares a las padecidas por las economías más débiles de la zona euro tras el estallido de la crisis financiera internacional. Así, los Estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) crecieron a un ritmo extremadamente rápido durante la etapa de burbuja crediticia gracias a la gran afluencia de capitales y un sustancial incremento del gasto público y privado favorecido por un marco de bajos tipos de interés.

El auge crediticio provocó durante esos años (2002-2007) elevadas tasas de inflación, un crecimiento de los salarios muy superior a los aumentos de la productividad del trabajo, incrementos muy acusados de los precios inmobiliarios y abultados déficits por cuenta corriente (más importaciones que exportaciones).

Sin embargo, esta situación de riqueza artificial se volvió insostenible tras el estallido de la burbuja. El PIB real de las economías bálticas en 2009 retrocedió a niveles de 2005. La fuerte recesión causó graves problemas financieros en Letonia, hasta el punto de tener que solicitar asistencia internacional a la UE y el FMI para evitar la caída de algún gran banco.

Pero lo más interesante de esta experiencia es que, pese a que tales desequilibrios fueron más o menos graves en cada país, estas tres economías aplicaron programas de ajuste similares, basados en mecanismos de mercado y no en políticas expansivas como las desarrolladas por la mayoría de los gobiernos de la eurozona, con España a la cabeza.

Y es que, aunque contaban con autonomía monetaria (moneda propia), mantuvieron un tipo de cambio fijo frente al euro. Es decir, sus gobiernos no devaluaron de forma artificial sus respectivas monedas. De este modo, al no poder contar con un tipo de cambio nominal flexible, la mayor parte del ajuste se llevó a cabo mediante un sustancial recorte de salarios y precios, combinado con la aprobación de nuevas reformas orientadas a flexibilizar aún más sus economías.

El sector privado, dada la acusada caída de la mano de obra, recortó de forma sustancial salarios y número de horas trabajadas, y acometió la reestructuración de numerosos procesos de producción. El sector público, por su parte, redujo el sueldo a los funcionarios y el volumen de las plantillas. Como resultado, los costes laborales unitarios disminuyeron significativamente, compensando en parte los excesivos aumentos registrados anteriormente.

Asimismo, sus gobiernos aplicaron estrictas medidas de consolidación fiscal, reduciendo las necesidades de financiación y recuperando así la confianza de los mercados. Además, la mayor parte del ajuste fiscal recayó por el lado del gasto (recortes). Letonia y Lituania siguen presentando déficits elevados a día de hoy, pero su situación presupuestaria ha mejorado de manera significativa, y esperan cumplir los límites de déficit marcados por la UE. De hecho, dos años y medio después de que la crisis golpeara la región, parece que Letonia está cerca de concluir su programa de ayuda con las autoridades internacionales.

Por otro lado, aunque antes de la crisis ya se consideraba que las economías bálticas eran más bien flexibles, estos gobiernos no dudaron en afrontar nuevas reformas estructurales encaminadas a aumentar aún más la flexibilidad de los mercados y el crecimiento a medio plazo. Dichas medidas se centraron tanto en los mercados de trabajo como en los de productos; entre ellas, cabe señalar la modificación de la legislación del mercado laboral para reforzar su flexibilidad y la mejora del clima empresarial, simplificando los procedimientos de creación de empresas.

Como resultado, estos tres países, impulsados por el sólido crecimiento de las exportaciones, se están recuperando ya de la profunda –pero rápida– recesión económica. Nada que ver con lo que sucede en España, Portugal, Grecia o Italia. Según el propio Banco Central Europeo (BCE), "el proceso de ajuste en los Estados bálticos muestra hasta ahora que los grandes desequilibrios macroeconómicos pueden reducirse sin necesidad de ajustar el tipo de cambio nominal, un mensaje que también es importante para otros países que forman parte de la zona del euro".

Un ajuste de estas características se ve favorecido por "un alto grado de flexibilidad de la economía y ha de apoyarse en unas medidas de política sólidas y aplicadas con determinación para reequilibrar la economía, recuperar la competitividad y sentar las bases de un crecimiento sostenible". ¿Las claves? Considerable ajuste fiscal, recortes salariales y fuerte ajuste de precios relativos (devaluación interna) para impulsar el crecimiento vía exportaciones. En resumen, la devaluación interna es posible...

La pesadilla fiscal de Estados Unidos

Mike Brownfield

La pesadilla fiscal de Estados Unidos en gráficos

Fundación Heritage

&quote&quoteHan traicionado la más sagrada responsabilidad que tienen con las generaciones sucesivas de americanos: en vez de pasar la antorcha a nuestros hijos les pasamos la factura.

Hay urgencia en Washington por arreglar un problema que desde hace mucho se veía venir: estamos en la vía rápida a la implosión fiscal de Estados Unidos. Hoy publicamos en Libertad.org nuestra edición de: El Libro de Tablas Presupuestarias 2011: El Presupuesto Federal en Gráficos de la Fundación Heritage, donde usted podrá ver de forma simple la gravedad del problema de gasto que aqueja al país y la cantidad de deuda que Estados Unidos acumula.

El Congreso va camino de comprender la necesidad de promulgar reformas, en parte porque hay una nueva hornada de conservadores del movimiento Tea Party haciendo oír sus voces en el Capitolio y también porque el Gobierno ya alcanzó el límite legal de cuánto puede pedir prestado. Esta mañana el periódico Washington Post informaba que es la hora de la verdad en Washington, donde legisladores y la Casa Blanca están trabajando para encontrar una forma de recortar 2 billones de dólares del presupuesto federal para el año 2021.

Ahora es ciertamente el momento de actuar. En unos 20 años, la proporción de la deuda nacional sobre el americano típico se habrá más que triplicado a no ser que Washington ponga en orden las finanzas de la nación. Ahora mismo, la deuda nacional supone un promedio de $31.871 para cada americano –casi dos tercios de la mediana de los ingresos de cada hogar, unos $50.255–. El Libro de Tablas Presupuestarias 2011 de Heritage ilustra claramente que sin reducción de gasto alguna o sin verdaderas reformas, la deuda aumentará hasta los $103.827 por ciudadano para el año 2032... y seguirá creciendo.

"Para las jóvenes generaciones, la cosa se pone peor", dice Alison Acosta Fraser, directora del Instituto Thomas A. Roe para Estudios de Política Económica de la Fundación Heritage. "Para el año 2044, la cuota de la deuda nacional de cada americano se doblará hasta los $206.771. Y continúa creciendo después de eso".

La versión de El Libro de Tablas Presupuestarias 2011 de Heritage contiene cuarenta y dos gráficos que reflejan los niveles de gasto, déficit y deuda sin precedentes de Washington.

Uno de los gráficos compara el presupuesto de 2012 del presidente Obama con el Plan de Heritage para arreglar la deuda y cortar el gasto titulado "Para Salvar el Sueño Americano". Bajo el presupuesto del presidente, el gasto en interés neto de la deuda nacional más que se triplicará en la próxima década. Pero el Plan de Heritage equilibra el presupuesto en 10 años y reduce drásticamente la deuda al 30% del PIB en 2035.

"Lo que se revela de forma sorprendente en estos gráficos y tablas es que Washington tiene un problema de gasto que debe ser corregido", dice Fraser, quien señala que los programas ‘sociales’ continúan siendo el principal motor del incremento en el gasto federal. Por ejemplo, uno de los gráficos muestra cómo la falta de reformas en los mismos los llevará a absorber la mitad de la economía en el año 2056.

Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas, advierte del daño que el continuado gasto sin control tendrá en el futuro de Estados Unidos:

Tanto bajo liderazgo republicano como demócrata, los pasados Congresos crearon un pozo negro fiscal tan profundo y ancho que amenaza con tragarse nuestra prosperidad y convertir nuestra economía en un matadero. Han traicionado la más sagrada responsabilidad que tienen con las generaciones sucesivas de americanos: en vez de pasar la antorcha a nuestros hijos les pasamos la factura.

Pero no necesita uno mirar al mañana para ver los efectos que el gasto gubernamental rampante puede tener en la economía de una nación. Grecia está en medio de una crisis fiscal que no acaba, abocada a ella por años de gasto irresponsable, y su desgracia está impactando los mercados mundiales ante los temores de una posible quiebra del país.

Estados Unidos, también, está al borde del precipicio. Como muy convincentemente muestra El Libro de Tablas Presupuestarias 2011: El Presupuesto Federal en Gráficos de la Fundación Heritage, las soluciones de corto plazo no resolverán los problemas de Estados Unidos. A no ser que el Congreso y la Casa Blanca vayan a la raíz de los problemas de gasto de la nación la nación seguirá camino a la ruina.

SOBREDOSIS

Lección de Japón

Lección de Japón

| Luis Rubio

En La Quinta Montaña, Paulo Coelho afirma que "todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos". Si hay un país del que todo el mundo podría aprender es Japón. Luego de décadas de crecer de manera sistemática, desarrollar tecnologías extraordinarias y enseñarle al mundo nuevas maneras de producir, hace veinte años Japón enfrentó una crisis similar a la que recientemente golpeó al resto del orbe y no parece haber poder podido salir del bache. Durante ese tiempo, el gobierno japonés ha intentado toda clase de estratagemas sin éxito: los japoneses viven muy bien pero su economía sigue deprimida. ¿Habrá ahí lecciones útiles para nosotros?

Según Robert Samuelson, el pobre desempeño de la economía japonesa tiene dos causas. Una es el envejecimiento de su población, situación que tiene causas tanto sociales como económicas, ninguna de las cuales es aplicable a nuestras circunstancias. La segunda causa a la que apunta el estudioso es la existencia de una "economía dual": un sector exportador altamente eficiente (como Toyota y Toshiba) y un mercado interno poco competitivo. Hasta los ochenta, la economía japonesa crecía gracias al impulso de las exportaciones de productos industriales, sobre todo automóviles y aparatos eléctricos y electrónicos: "el 20% de la economía jalaba al restante 80%".

La revaluación del yen en los ochenta encareció las exportaciones y propició que muchas de sus fábricas se trasladaran a otros lugares, entre ellos EUA y México. En ausencia del jalón que ejercía la exportación, la economía interna se paralizó. "El sector doméstico permanece artrítico… Japón tiene una de las tasas más bajas de creación de empresas de todos los países industriales. En realidad, los únicos buenos años que ha tenido el sector ocurrieron cuando un yen más débil estimuló a las exportaciones". El gobierno japonés ha elevado el gasto público, invertido en infraestructura, mantenido tasas de interés muy bajas y desarrollado los proyectos de estímulo económico más impresionantes sin resultado alguno. La conclusión a la que llega Samuelson es que para que una economía crezca y genere empleos se requiere de un vigoroso sector privado y eso no se ha dado en Japón.

La semejanza con nuestra propia realidad es impactante. En nuestra economía perviven dos mundos contrastantes: el de un sector hiper competitivo y exitoso que exporta, compite con importaciones y se desarrolla como los mejores del mundo, y una economía vieja y anquilosada que a duras penas sobrevive. Los primeros generan riqueza, los segundos viven de las migajas que sobran. La existencia de estos dos mundos en buena medida explica nuestra realidad económica: cuando las exportaciones crecen, como este año, el resto de la economía comienza a funcionar; cuándo las exportaciones declinan, como ocurrió en el 2009, la demanda interna se colapsa. Como en Japón, el 20% jala al 80% restante. Pero ese 20% produce mucho más, a menor precio y de mejor calidad que todo el resto.

Las semejanzas con Japón no paran ahí. La razón por la que existen estos dos mundos contratantes tiene que ver con la protección, explícita o implícita, de facto o de jure, que caracteriza al mercado interno. Algunos de los mecanismos de protección son obvios: aranceles, normas o subsidios que permiten que determinados productos no puedan ser importados o que su costo de importación resulte prohibitivo. Los beneficiarios de estos mecanismos están de plácemes, pero lo interesante es que no hay un reconocimiento, ni siquiera entre los propios empresarios, de que la protección a unos implica la desprotección a otros: si un empresario en el mundo del zapato goza de una protección en la fabricación de suelas, sus productos serán más caros que la alternativa, sacando del mercado a todos los demás zapateros. La protección que tanto desean muchos empresarios tiene el efecto de reducir la competitividad de toda la economía. Las empresas y sectores que son exitosos no gozan de protección alguna: por eso son exitosos.

Hay otros mecanismos de protección que son quizá más culturales. Cuando yo era niño tenía una responsabilidad en mi casa: con el calor de su uso, algunos focos se pegaban al recipiente de aluminio empotrado en el techo porque el spot estaba mal diseñado. Cada cierto número de meses tenía yo la tarea de romper el foco fundido, remover la rosca con una pinza e instalar uno nuevo. Cuarenta años después me mudé a una casa en la que había los mismos spots y sigo haciendo la misma tarea: la ausencia de competencia hizo que el producto siguiera siendo deficiente. Cuando le pregunté al electricista porqué había instalado esos spots su respuesta fue que eran los que siempre había instalado. El fabricante de esos spots ha visto disminuir sus ventas poco a poco pero, gracias a electricistas como el mío, no enfrenta una competencia mortal. El problema es que las ventas del fabricante disminuyen día a día: en unos cuantos años ya no va a vender nada. En lugar de invertir en nuevos procesos productivos, se quedó atrás. Así está buena parte de la planta productiva nacional.

Por supuesto, la gran diferencia entre Japón y México es que los japoneses tienen un extraordinario nivel de vida, su población no crece y tienen todos los satisfactores que pudieran querer. En contraste, nosotros tenemos una población joven, una elevada tasa de desempleo y una economía que produce bienes con frecuencia inferiores a los que se pueden adquirir de importación. Lo impactante de la economía mexicana es que no faltan personas con un extraordinario espíritu emprendedor: la economía informal es prueba contundente de que el mexicano es sumamente "entrón", dispuesto, creativo y "movido". Lo triste es que la economía informal no puede resolver los problemas de desarrollo del país a pesar de emplear a cerca de dos terceras partes de la población económicamente activa.

En un estudio reciente* Gordon Hanson concluye que a pesar de que el país ha avanzado en muchos frentes de reforma, algunos factores siguen impidiendo que la economía crezca. Para Hanson, la clave del estancamiento reside en: la persistencia de la informalidad y de los incentivos que la fortalecen; la disfuncionalidad del mercado de crédito; la distorsión en la oferta de bienes no comerciables (como electricidad o comunicaciones); la falta de efectividad de la educación y la vulnerabilidad del sector externo (es decir, las crisis cambiarias). El hecho relevante es que tenemos dos economías y la que es exitosa produce el 80% pero solo emplea al 20%. Imposible progresar si no se resuelve la economía interna.

El expediente Hank

El expediente Hank

Raymundo Riva Palacio |

Jorge Hank Rhon se libró de una larga permanencia en la cárcel gracias a los errores jurídicos de un comando militar que irrumpió ilegalmente en su casa antes de acusarlo de violación a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos. Su salida no fue discreta ni humilde. Celebró en el palco durante el juego del seleccionado juvenil de México y el Independiente de Medellín, y fanfarronamente declaró que si su partido el PRI lo reclamaba, contendería por la gubernatura de Baja California.

Era Hank en uno de sus momentos de gloria. Se sentía un triunfador. Soberbio. Sobrado. Prepotente. ¿Pero no así ha sido siempre el más joven de la dinastía política-empresarial Hank? El priista con la peor fama pública de todos los priistas de la actualidad y con el menor recato para esconder la larga cola hedienta que arrastra hace años.

El presidente Felipe Calderón admitió hace unos días que el episodio de su arresto no terminó como lo hubiera deseado, pero el fondo de todo, subrayó, es que sí estaba en posesión ilegal de armas. No hay necesidad de escudriñar en el pensamiento presidencial. Si Hank no fue a la cárcel, se debió a un error en el procedimiento judicial, no porque el gobierno crea que es inocente. El caso, no debe confundirse nadie, está abierto.

Las autoridades mexicanas y las de Baja California investigan presuntos delitos que se cometieron con armas que estaban en su propiedad. Asimismo, la PGR pidió información al gobierno de Estados Unidos sobre el empresario del juego y de transportes sobre el cual, junto con su familia, han hurgado desde hace más de dos décadas por sospechas de estar relacionados con el crimen organizado.

Sobre Hank y su familia se han abierto dos decenas de investigaciones federales en Estados Unidos que no han concluido por insuficiencia de evidencias. La más famosa es "Operación Tigre Blanco", iniciada en 1997 por el Departamento de Justicia, con apoyo del Departamento del Tesoro –su unidad de crímenes financieros y Aduanas, que hoy se encuentra bajo otra dirección–, cuyo nombre está inspirado en un cachorro de tigre blanco siberiano, especie en extensión, que le fue decomisado a Hank y varios asociados en una acción contra el tráfico de animales exóticos.

"Operación Tigre Blanco" llevó a Carlos Hank Rhon, presidente del Grupo Hermes, y a su socio Gary Jacobs, presidente del Laredo National Bank, a demandar al entonces profesor de la Escuela de Guerra, Donald Shulz, por 88 millones de dólares por "invasión de propiedad", al haber filtrado a The Washington Post, el Dallas Morning News y El Financiero, el sumario de la operación que buscaba vincular a la familia Hank –Jorge, Carlos y al patriarca, Carlos Hank González- con el crimen organizado.

La demanda se extendió a los medios, y una corte en Estados Unidos protegió la libertad de prensa y falló en contra de los demandantes. En el caso de Shulz, el profesor llegó a un acuerdo fuera de tribunales y la demanda se redujo a ocho millones de dólares. El académico no tenía opción. La entonces procuradora Janet Reno, declaró que el informe que apareció en la versión de su sumario en la prensa, no había sido autorizado. Es decir, que la información no había sido corroborada, por lo que no se tenían pruebas en contra de la familia Hank.

Sin embargo, "Operación Tigre Blanco" no se cerró. En el momento de la demanda el expediente sumaba alrededor de 800 páginas, y se desconoce cuántas sean ahora. Pero no era el banco, en ese entonces propiedad del mexicano y litis de la demanda contra Shulz, lo único sobre la familia Hank, sobre la cual han buscado desde hace años las pruebas de corrupción política, soborno, evasión fiscal, lavado de dinero y actividades ilegales relacionadas con el crimen organizado.

Las investigaciones, aunque sobre los Hank, se han enfocado en Jorge. La falta de pruebas, no impidió al gobierno de Estados Unidos considerarlo persona non grata, y retirarle la visa para entrar a ese país. Nada le ha impedido al más joven de la dinastía seguir sus negocios en México y el mundo, y perseguir una carrera política. Hoy, como pocas veces se la había visto en público, luce feliz, aunque no se sabe si esa alegría sea real, al estar nuevamente en el centro del protagonismo por las peores de las razones: señalado como criminal e investigado, una vez más, como tal en México y Estados Unidos.

En los alegatos de la vieja demanda contra Shulz, quienes lo acusaron dijeron que el expediente de "Operación Tigre Blanco" estaba lleno de mentiras e imprecisiones. En efecto, recogía información de fuentes –algunas indirectas- que confundían la propiedad de algunas empresas, como una de transportes con casi un siglo de existencia que cotiza en las bolsas de México y Nueva York. En otro caso tomaban como cierto, al hablar de la relación de los Hank con Raúl Salinas de Gortari, que en una casa que les había adquirido el hermano del ex presidente, se había encontrado un cadáver, cuando la realidad es que un fiscal lo plantó para inculparlo.

La información que se ha vertido en lo que se conoce de esas investigaciones, omite conclusiones que sobre casos que involucran a la familia Hank, han emitido en su descargo, como en la investigación de la procuraduría suiza sobre lavado de dinero en contra de Salinas de Gortari, donde se involucraba a Carlos Hank Rhon, que nunca prosperó. Pero todo esto no significa nada, salvo que hay una tenaz, sistemática y permanente vigilancia sobre los negocios de la familia, en particular sobre Jorge, y una vieja cruzada para encarcelarlo.

Las autoridades federales en Estados Unidos lo han investigado desde 1989 a través de la llamada "Operación Línea Verde", que involucraba a narcotraficantes colombianos. Esa investigación no derivó en acusaciones con el empresario y político de Tijuana, pero comenzó una larga lista de acciones en su contra. Son 30 las investigaciones pendientes sobre él en Estados Unidos, de las cuales 18 están enfocadas con personas relacionadas a él –no familiares–, y 12 a empresas que se vinculan con él. Son muchos casos abiertos, y es muy voluminoso el expediente.

El ríe y se comporta como bufón. ¿Pensará que su última aventura donde fue liberado de tres cárceles en menos de ocho horas es el blindaje perfecto? Jorge Hank ha campeado todo tipo de temporal en 20 años y navegado a puerto seguro. Pero en su caso, no hay futuro cierto. Los reflectores sobre él, con brazos judiciales por debajo, es algo no puede soslayar, aunque por fuera carcajee.

La palabra diálogo

La palabra diálogo

Enrique Krauze
Frente a la mesa donde se llevó a cabo uno de los actos más dramáticos y significativos que he atestiguado, recordé otro movimiento que exigía un diálogo público, y otro presidente que, a diferencia de Calderón, se rehusó aceptarlo. No otra cosa queríamos los estudiantes del 68 y nuestros líderes: diálogo. Que nos escuchara y escucharlo. Pero Gustavo Díaz Ordaz estaba psicológica, política y moralmente imposibilitado para concederlo. El sistema, por lo demás, estaba construido en torno a la verdad oficial y al monólogo presidencial. De haberse dado en el 68, el diálogo hubiese sido difícil, tenso, prolongado; pero el diálogo, estoy cierto, nos hubiera ahorrado la matanza de Tlatelolco.

El diálogo del Alcázar de Chapultepec no nos devolverá a los 40,000 muertos, pero gracias a la iniciativa del Movimiento por la Paz tal vez les dará un nombre y un sitio en la memoria pública. La voz de los deudos -que exigió ese homenaje mínimo- se escuchó con toda su gravedad. Todos contuvimos la respiración durante el mensaje inicial de Javier Sicilia -poeta que la tragedia ha vuelto profeta- exigiendo al presidente pedir perdón por las víctimas. Junto a Sicilia estaba el valeroso Julián Le Barón. Con su típico sombrero de palma, su pantalón de mezclilla y camisa a rayas, este hombre de pocas pero contundentes palabras exigió que no se ofenda con mentiras y vaguedades la memoria de su hermano muerto. Y sin embargo, como prenda de su evidente bondad y buena fe, invitó al Presidente a unirse a la Caravana de la Paz que el Movimiento emprenderá hacia el Sureste.

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