lunes, 18 de abril de 2011

El búho no ha muerto

El búho no ha muerto

revoluciondelintelecto.com

Pedro Ferriz

(Este es el discurso que en nombre de todos pronunciamos ante la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el 14 de abril de 2011)

Me siento honrado de poder hablar ante ustedes en el nombre de millones de mexicanos. Lo expreso así, porque es difícil el acceso a un medio que permita que los ciudadanos expresen a sus diputados lo que esperan y desean para México. La regla de nuestra democracia dicta que son ustedes los que detectan y pulsan cuáles son las necesidades y prioridades. Esto hace imposible abundar en otra agenda que no sea la suya. No dudamos que estén en condiciones de ver el gran espectro de problemas presentes y posibles formas de solucionarlos, pero tampoco creemos que estén en el ángulo perfecto para ver completa la película de la vida nacional. Hay puntos que los ciudadanos ya estamos obligados a marcar por la simple razón de que los sentimos en carne propia. A veces su óptica no es la nuestra y viceversa, no obstante todos seguimos siendo mexicanos amantes de nuestra patria y bienestar.

Desde el fin del presidencialismo hasta hoy, vemos con recelo el método de acuerdos con el que han venido operando. No encuentran soluciones de fondo y las propuestas modernizadoras no son eficaces. Son graduales. “Los pasos posibles y no los deseables”. Así se justifican cuando se llega a algo. Esto nos ha hecho perder el paso de la evolución. Crecemos a tasas menores a las demandas de una población más numerosa, lo que nos hace quedar cortos. Siempre cortos. Jóvenes mexicanos demandan espacios que no se están creando, lo que genera un caldo de cultivo para la inestabilidad. Armar un marco formal de acuerdos políticos, resulta indispensable en esta etapa de la historia. Si se corrige el curso día con día, armaremos empresas, sociedad, gobierno y un Estado de vanguardia. Constante acción transformadora a un entorno, tecnología y condiciones que van cambiando vertiginosamente.

La complaciente mirada al pasado no alcanza a corregir. No parece acusar la necesidad de asumir el reto de la evolución.

Si en otro tiempo se incrementó el tamaño del Congreso para darle espacio a corrientes políticas que no tenían acceso por la vía del voto, hoy ese tiempo está rebasado y la sociedad dispuesta a reconocerlas, adoptarlas o rechazarlas. No son ya necesarias más cuotas partidarias de poder que den balance al Congreso, ahora es vital someterse por completo al escrutinio público en aras de encontrar: un mayor compromiso social, una autorregulación del poder que ciega y de permanecer conscientes de las auténticas inquietudes ciudadanas. Someterse a la crítica, la rendición de cuentas, a la labor para convencer con hechos y no con palabras, panfletos o campañas nos permitirá avanzar. No queremos ya más diputados y senadores escogidos por sus propios partidos y no por la sociedad. En cambio urge la posibilidad de su reelección. Aquellos que por su compromiso y resultados puedan y deban seguir en la labor legislativa. Aprovechar su experiencia nos resulta clave. Su sapiencia nos hará mejores. No debemos privarnos de los que saben y quieren cumplir con los mexicanos y honrar el compromiso que contrajeron con sus representados.

Aquí deposito, en las manos del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, cuatro millones de voluntades ciudadanas que exigen la desaparición de las formas plurinominales. La libre iniciativa de cuatro millones de infatigables e inquietos radioescuchas —y sin incluir al resto de los auditorios— que desean tener que ver con el arribo de ustedes al poder y al fuero. Cuatro millones que se dieron un espacio para opinar como ciudadanos responsables, sabedores de que la democracia se ejerce todos los días. Conscientes de que no hay poder en México que pueda ignorar a la sociedad. La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que sólo se sientan a ver lo que pasa y se conforman. Los ciudadanos bien intencionados ya no queremos ser espectadores en la escena nacional. Tomaremos un papel protagónico en el bienestar de México y los mexicanos... Y lo asumimos desde hoy. Este Movimiento en Primavera, puede ser el primer paso del camino en la Revolución del Intelecto. Hagamos juntos florecer a México, antes que el espectro de la incomunicación entre el Congreso y la sociedad nos haga perder el camino. La mejor campaña que pueden hacer para ser reconocidos y respetados, será escucharnos. Les aseguramos que si ustedes lo hacen, los ciudadanos no dejaremos de atender lo que nos tengan que decir.

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