viernes, 24 de junio de 2011

BBVA invertirá en México 2.000 millones de dólares en tres años

Su presidente, Francisco González, informa que los recursos se destinarán principalmente a tecnología y nuevas plataformas

EL PAÍS - Madrid -

El BBVA anunció ayer un plan de inversión para México de 2.000 millones de dólares (unos 1.388 millones de euros) en los próximos tres años, destinado a ampliar sucursales, cajeros automáticos y terminales de pago, así como para impulsar la banca móvil. Su presidente, Francisco González, hizo el anuncio durante la reunión de Consejeros Regionales del BBVA Bancomer celebrada en México con la participación del presidente Felipe Calderón.

González informó de que este plan "implica una fuerte inversión en tecnología y en nuevas plataformas, y es también una manifestación del compromiso de BBVA Bancomer con la bancarización y la promoción de créditos".

El ejecutivo resaltó que el banco atraviesa el mejor momento de su historia, con un crecimiento en sus resultados del 9,4% hasta los 6.500 millones de dólares, en un contexto de crecimiento y diversificación, a pesar de la crisis financiera mundial que afecta a muchas entidades desde 2008. "Somos la primera gran entidad española que ha comenzado a estabilizar la mora, por quinto trimestre consecutivo hemos mejorado los principales indicadores de riesgo y tenemos un core capital del 8,9%".

En cuanto a la diversificación, además de sus avances en Asia, González resaltó que, con la adquisición del Credit Uruguay, el banco que lidera se ha convertido en el segundo mayor de ese país.

Tecnología bancaria

Tras hablar sobre la situación económica mundial, y en especial la mexicana, de la que destacó las proyecciones de crecimiento de entre el 4% y el 4,5% en 2011 y 2012, el presidente del BBVA informó también de la estrategia de la institución para incluir la tecnología en los servicios bancarios para facilitar las gestiones de los clientes.

González dijo que entre los proyectos en desarrollo están las migraciones a la cloud (nube) pública o la banca móvil, y en infraestructuras, el nuevo Centro de Procesos de Datos (CPD), que ha obtenido la máxima certificación de seguridad, la única empresa en España y una de las 13 compañías que la tienen en el mundo. "Este CPD se completará con la construcción de otro CDP en México que podría estar terminado en 2015", anunció González. "Todo el grupo BBVA está enfocado en una transformación del banco muy ambiciosa", concluyó.

La inseguridad, la corrupción y la inflación

La inseguridad, la corrupción y la inflación pesarán sobre el futuro Gobierno argentino

ALEJANDRO REBOSSIO - Buenos Aires -

Gane Fernández, el peronista disidente Eduardo Duhalde, el radical Ricardo Alfonsín o, en un caso más remoto, el socialista Hermes Binner, los desafíos para la próxima legislatura serán casi los mismos. El próximo presidente argentino deberá enfrentar una inflación del 23,6% anual, según las direcciones provinciales de estadística. Un elevado IPC durante todo el Gobierno de Fernández ha dejado otro problema por resolver: la pobreza afecta al 22,9% de los argentinos, casi el mismo nivel que cuando comenzó su legislatura, según reconoce el ala kirchnerista de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).

Argentina deberá también mantener dos de las que fueron sus fortalezas en los últimos años: el superávit fiscal y el comercial. El resultado fiscal se ha tornado deficitario en lo que va de 2011 y por eso algunos economistas prevén que el año próximo el Gobierno tendrá que volver a endeudarse en los mercados, donde aún se le exige una prima de riesgo alta por la desconfianza en sus estadísticas, o deberá intensificar el uso de reservas del Banco Central o de la Seguridad Social para pagar deuda. El resultado comercial, por su parte, depende en buena parte de que China continúe creciendo a ritmo acelerado y siga demandando materias primas.

Una de las principales preocupaciones de la ciudadanía es la inseguridad. Pese a que Argentina presenta una tasa anual de homicidios de 5,5 por cada 100.000 habitantes, muy inferior al 25 de Brasil o al 18 de México, muchos ciudadanos, sobre todo en las grandes concentraciones urbanas, se perciben a sí mismos como fuertemente expuestos a robos y agresiones. El paro ha caído desde un 24,1% en 2002 hasta el 7,3% actual, parejo con la media latinoamericana, pero la desigualdad social no ha bajado mucho en estos años de Gobierno de Kirchner y Chile ha desplazado a Argentina como el país con más desarrollo humano de Latinoamérica.

Otro de los desafíos evidentes para el próximo presidente será el combate contra la corrupción. El último informe de Transparencia Internacional muestra que Argentina no ha mejorado en la materia en la última legislatura y que se sitúa en el puesto 105 de un total de 178 países por detrás de Brasil y México.

Si gana el candidato radical o, por primera vez en la historia, vence un socialista, el próximo presidente tendría que demostrar que alguien que no es peronista puede gobernar Argentina y acabar una legislatura completa, a diferencia de lo que les ocurrió a los radicales Raúl Alfonsín (1983-1989) y Fernando de la Rúa (1999-2001). Cualquier opositor tendría el reto de domar la tensión social y controlar a los sindicatos, como lo hicieron los Kirchner en los últimos ocho años.

México, el país donde no se protesta

México, el país donde no se protesta

MARÍA DE LAS HERAS

En México lo estamos pasando mal, muy mal. Como en el resto del mundo, la economía de nuestro país no termina de arrancar, los empleos escasean y millones de familias han tenido que recurrir al subempleo para poder sobrevivir. Además, aquí estamos viviendo uno de los momentos de mayor violencia e inseguridad de que tengamos memoria: bajo el pretexto de lo que el presidente Felipe Calderón llamó la guerra contra el narcotráfico, vivimos en una especie de estado de sitio con retenes militares en prácticamente todas las carreteras, o de policías federales que lo mismo nos detienen para inspección en un camino que en los pasillos de los aeropuertos.

En México lo estamos pasando mal pero no parece que estemos dispuestos a protestar por ello. Cuando desde lejos observo movimientos como el del 15-M, con miles de personas haciéndose oír y exigiendo que se rectifique el rumbo que los ha llevado hasta donde están, no puedo dejar de preguntarme: y los mexicanos ¿cuándo? Y eso precisamente fue lo que les preguntamos en la encuesta de esta semana, y nos orientamos a un tema en concreto: la situación económica. Verdad o no, el 88% de los mexicanos piensa que la situación económica del país está mal, y el 81% teme que en los próximos meses esté igual o quizá incluso empeore. Independientemente de la percepción sobre la situación general, un 46% de las personas a quienes entrevistamos nos dijo que su situación económica, la de ellos y la de sus familias, era mala o muy mala, y apenas el 20% tiene esperanza de que pronto mejore. No es de extrañar, dadas las circunstancias, que en opinión del 76% debería darse un cambio en la política económica que se ha instrumentado hasta ahora y, por eso, el 71% piensa que los mexicanos como los españoles o los griegos, también deberíamos manifestarnos para protestar por la línea económica que han mantenido quienes nos gobiernan.

Pero el hecho es que no nos manifestamos, que no protestamos, que seguimos estoicamente soportando día tras días nuestra situación como si se tratara de nuestro destino manifiesto. ¿Por qué? Preguntamos en la encuesta, y los resultados que obtuvimos son contundentes: ocho de cada 10 nos dijo que los mexicanos somos apáticos o tenemos miedo de las consecuencias que pueda tener el protestar públicamente; en porcentajes similares los mexicanos piensan que el problema es que no sabemos organizarnos y que faltan líderes que nos motiven a protestar; el 57% nos dijo que no protestamos porque no creemos que se puedan lograr cambios en las decisiones de quienes nos gobiernan, y 53% opinó que tenemos cosas más preocupantes por las cuales protestar que por la política económica de Calderón.

Finalmente preguntamos si estarían dispuestos a manifestarse públicamente en contra de una política económica que consideraban equivocada, y uno de cada dos entrevistados nos dijo que definitivamente sí se manifestaría, claro que ya se sabe que del dicho al hecho hay mucho trecho, sobre todo en una sociedad con la capacidad de aguante que tiene la nuestra.

María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia

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