miércoles, 1 de junio de 2011

El suicidio de una hija horrorizada

Internacional

El suicidio de una hija horrorizada

Mladic logró su deseo y antes de ser extraditado fue a la tumba de su hija, que se quitó la vida en plena guerra


El suicidio de una hija horrorizada

A las 6 horas de la madrugada de ayer, un convoy formado por varios vehículos de la policía serbia, fuertemente armado y escoltado por una ambulancia, partió del edificio del Tribunal especial de Serbia para Crímenes de Guerra hacia el cementerio de Topcider en Belgrado. En uno de los vehículos viajaba el ex general Ratko Mladic, quien cumplía así con su deseo de visitar la tumba de su hija Ana antes de su extradición a La Haya. Ana se suicidó el 24 de marzo de 1994, en plena guerra, utilizando la pistola de su padre.

En cuanto fue capturado Mladic pidió con obsesión que se le permitiera visitar la tumba de Ana o, en caso contrario, que le trajeran a la sede del tribunal, su ataúd. Petición macabra, que no sorprende si se tiene en cuenta que esta fue hecha por quien fue capaz de ordenar a sangre fría la matanza de todos los varones de Srebrenica después de sonreír amablemente a sus víctimas.

El suicidio de Ana Mladic a sus 23 años nunca ha sido del todo aclarado. La prensa serbia afirmó entonces que Ana fue una de las mejores estudiantes de Medicina de su generación. Fue descrita como una «persona inteligente y ambiciosa» que nunca mostró tendencia al suicidio. Pero diversos medios informativos aseguraron también que su suicidio fue consecuencia de la depresión causada por la responsabilidad de su padre en los crímenes cometidos en la guerra en Bosnia y Herzegovina (1992-1995). La prensa local asimismo se hizo eco de rumores que sostenían que Ana estaba enamorada de un muchacho musulmán.

Abrazado al ataúd

Según la investigación policial, Ana fue encontrada muerta en la casa de su familia situada en el monte Banovo de Belgrado, con un tiro en la cabeza. Junto al cadáver, encontraron el revólver que su padre recibió como premio al cadete más destacado de la escuela de oficiales en la antigua Yugoslavia.

El ex general serbobosnio no cree en el suicidio de su hija. Basa su presunción en que su hija no dejó ningún mensaje de despedida. Siempre ha sostenido que a Ana la asesinaron sus enemigos, pero de ello no hay pruebas. Tras la noticia de su muerte, los medios informativos serbios dijeron que Mladic no había asistido a su funeral, lo que desmienten los vídeos colgados en Youtube donde se puede ver al ex general abrazado al ataúd de su hija.

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