miércoles, 1 de junio de 2011

Perú: robar lo justo

Perú: robar lo justo

La victoria de Keiko llevaría de nuevo al poder al núcleo duro del fujimorismo, una cohorte de periodistas, empresarios y políticos rufianescos. Sería una bomba de relojería. Votar a Humala es legítima defensa

JORGE EDUARDO BENAVIDES

Hace pocos días se publicó en diferentes medios una carta en la que un grupo de escritores e intelectuales peruanos, entre los que destacan Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique, nos pronunciábamos a favor del voto a Ollanta Humala, candidato a la presidencia de la república que se enfrentará a Keiko Fujimori en la segunda vuelta electoral de este 5 de junio próximo. Ahora bien, ninguno de los firmantes piensa que Humala sea una opción ideal ni despierta nuestro entusiasmo; antes bien, muchos nos planteamos serias dudas sobre la fiabilidad de su candidatura.

Esta vez, votamos para que no se destruya ese activo nacional que es el sentido de la decencia

Se trata de no elegir a la candidatura que ya dio sobradas muestras de felonía y delincuencia

¿Y entonces, por qué pedir el voto por él? Porque, como le ocurre a muchos peruanos en estos momentos, consideramos que no tenemos ninguna otra alternativa, habida cuenta de que votar por Keiko Fujimori es otorgarle carta de legitimidad a un Gobierno no solo corrupto sino de decidida connotación autocrática como fue el de su padre, y que con toda probabilidad será, de ganar la hija de Fujimori, mera continuación de aquel.

Se podría argüir aquí, como muchos ya lo han hecho durante toda la campaña electoral, que ella no tiene la culpa de los crímenes y felonías de su padre y que resultaría injusto condenarla por los excesos y atropellos que cometió el fujimontesinismo durante los oscuros años en que gobernó. Pero esa es una observación frágil y en el mejor de los casos de una benevolencia peligrosa, pues no podemos olvidar que Keiko Fujimori fue primera dama del país durante aquel Gobierno y una colaboradora activa de este, además de ser la principal propulsora de la idea de conceder el indulto a Alberto Fujimori, que actualmente cumple condena por crímenes contra los derechos humanos, al igual que Vladimiro Montesinos, el tenebroso asesor que intoxicó nuestra vida política con sus sobornos y asesinatos.

Pues bien, alrededor de esa dupla siniestra que gobernó el país haciendo ondear la bandera de la corrupción y cometiendo toda clase de crímenes con absoluta impunidad, se alineó, como un enjambre de moscas revoloteando entusiasmadas en una sentina, toda una cohorte de periodistas, empresarios y políticos rufianescos que hasta hoy sigue constituyendo el núcleo fuerte del fujimorismo que la hija del encarcelado expresidente piensa llevar nuevamente al poder.

Lo peor de todo, en aquel periodo oscuro de nuestra historia reciente, es que se afianzó en la sociedad la peligrosa idea de que los Gobiernos son básicamente corruptos, que el hurto, la trampa y la picaresca son las herramientas necesarias para sobrevivir y prosperar y que, en definitiva, la definición de pragmatismo es simple: eficacia sin escrúpulos.

No encuentro mejor ilustración de ello que lo que me ocurrió hace un año atrás durante una corta visita que hice a Lima, cuando discutía con un taxista sobre la situación del país a propósito de la campaña electoral que por aquel entonces calentaba motores. Ante mis argumentos acerca de la corrupción que supuso el Gobierno de Fujimori, el taxista, entregado defensor de aquel nefasto presidente, admitió a regañadientes en un momento de nuestra charla que sí, que Fujimori "había robado". Pero luego agregó un apunte de categoría moral al parecer irrefutable: "Fujimori robó. Pero robó lo justo".

La laxitud moral que hay en la frase es, por desgracia, el sustrato de fondo de quienes hablan de los logros de Fujimori olvidando los atropellos, el desfalco, los sobornos y los asesinatos que dieron combustión a ese motor y olvidando de paso que la falta de honradez no es una mera cuestión romántica frente a la que la inmediatez del día a día se impone, sino un elemento indispensable para la prosperidad y el progreso, y que su ausencia en aras de beneficios inmediatos es una bomba de tiempo que tarde o temprano nos estallará en la cara a todos.

No dudo, por supuesto, que haya peruanos de buena fe para quienes Keiko Fujimori es una opción legítima, pero mucho me temo que la gran mayoría simplemente ha optado por cerrar los ojos ante la corrupción, el asesinato y la injusticia con el argumento de que más vale malo conocido que bueno por conocer.

Por desgracia además, Ollanta Humala ni siquiera es lo bueno por conocer, puesto que su agresiva campaña populista -hoy en apariencia suavizada por los vientos electorales que amenazan con llevárselo al olvido- su izquierdismo gritón y su ideología cuartelaria parecen gestados en el vientre de alquiler del chavismo más profundo y por lo tanto un verdadero peligro para todo lo conseguido en esta última década de crecimiento económico y afianzamiento institucional en el Perú.

Los medios de comunicación nostálgicos del fujimorismo han aprovechado esta circunstancia olvidándose de mencionar que Hugo Chávez consideraba un ejemplo al Fujimori que cerró el Congreso y despachó la democracia en un abrir y cerrar de ojos, y que el trato entre ambos autócratas era cordial y pleno de entendimiento. Basta recordar que fue el Gobierno de Fujimori el que ofreció asilo político en 1992 a los golpistas que pretendieron derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. Y que Hugo Chávez concedió asimismo asilo a Vladimiro Montesinos cuando este huyó del país, perseguido por la justicia peruana, aunque tuviera que entregarlo después dada la magnitud del escándalo que terminó por derrumbar al Gobierno de Fujimori, quien finalmente prefirió huir al Japón.

Sin embargo, el temor a que sea precisamente Humala el que siga los pasos de Hugo Chávez y dé un giro de 180 grados al derrotero trazado por los dos anteriores Gobiernos arrojándonos así a un peligroso neopopulismo de izquierdas, es la principal baza en contra de su candidatura. Y sería un equívoco no tenerlo en cuenta.

Sin embargo, hay al menos tres aspectos que a algunos nos hacen confiar en que Humala no será el próximo Chávez: en primer lugar, el Perú de cuentas saneadas y de crecimiento económico -al que le toca urgentemente hacer llegar la prosperidad a todos los rincones del país si quiere seguir siéndolo- no es la Venezuela estrangulada por la ineficacia y estulticia de una clase política tan nefasta que arrojó a su electorado a los brazos del dictador.

Segundo, que el propio modelo del autócrata venezolano vive sus horas más bajas, desgastado tanto por su corrupción e inoperancia como por sus excesos y bravuconadas, más propias de un tiranuelo de opereta que de un mandatario serio o incluso de un revolucionario honesto. Ya muy pocos dan un duro por él, pues estos años solo ha ganado descrédito hasta en quienes al principio lo defendían con vigor.

Y, finalmente pero no menos importante, que la sociedad actual, infinitamente más participativa, conectada por redes sociales y sacudida de la atonía que la tuvo aletargada durante tanto tiempo, es capaz de movilizarse y organizarse contra las dictaduras y los malos Gobiernos, como ya hemos visto, adoptando una actitud vigilante frente a los excesos del poder. Ese es el ánimo que, como a muchos colegas, me ha hecho firmar una carta a favor de Humala, candidato del que recelo, pero que reconozco como única opción para detener la impunidad de volver al fujimorismo: no se trata de elegir entre dos posibles Gobiernos malos; se trata de no elegir a quien ya dio sobradas muestras de felonía y delincuencia.

¿Podemos no votar por ninguno de ellos para no participar en este sórdido asunto, como algunos amigos a quienes respeto y aprecio plantean muy legítimamente incluso pagando una multa por no votar? (en el Perú el voto es obligatorio) Podría ser. Pero creo que si pocas veces se dan las circunstancias ideales para participar en la construcción de un país, en este caso apenas si estamos votando para que no se destruya lo que debería ser el principal activo de una nación: su sentido de la decencia. Votar por Humala quizá sea un suicidio. Pero en todo caso será un suicidio en legítima defensa.

Jorge Eduardo Benavides, escritor peruano, es autor de la novela Un millón de soles (Alfaguara, 2008).

Los jóvenes se organizan para frenar........

Los jóvenes se organizan para frenar el avance de Keiko Fujimori

Las redes sociales canalizan el rechazo a la candidata peruana.- Miles de personas se unen a la protesta contra la hija del expresidente en Facebook y Twitter

JAIME CORDERO | Lima

La segunda vuelta de las presidenciales peruanas se ha convertido, para muchos, en la obligación de decidir cuál de los dos candidatos es el mal menor. Los dos aspirantes que quedan en carrera para suceder a Alan García a partir del 28 de julio son justamente los que más rechazo generan en amplios sectores de la ciudadanía.

La perspectiva de que la hija del expresidente ahora en prisión llegue a la presidencia ha motivado que parte del voto antifujimorista salga a expresar su posición en las calles. El 26 de mayo, miles de personas sorprendieron con una marcha de inesperada dimensión por el centro de Lima. Los cálculos más conservadores señalan que fueron alrededor de 5.000 los manifestantes, muchos de ellos con pancartas y lemas abiertamente contrarios a la candidatura de Keiko Fujimori. Aunque la marcha fue organizada por ONG de derechos humanos, que han emprendido una campaña llamada Fujimori nunca más, en la que recuerdan los atropellos cometidos durante el régimen de Alberto Fujimori, gran parte de los asistentes fueron estudiantes universitarios y jóvenes que difundieron la convocatoria por Facebook y Twitter, con el hashtag #26M. Manifestaciones similares se produjeron el mismo día en varias ciudades del interior. También participaron en ellas sindicatos y organizaciones de izquierda.

"Keiko Fujimori representa la peor etapa de nuestra historia. Representa la corrupción, el abuso, el crimen y la dictadura que lideró su padre. No queremos que esa época negra de la historia vuelva, y por eso estamos en las calles", señala la poeta Rocío Silva Santisteban, secretaria de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.

Internet se ha vuelto un importante foco de opositores al fujimorismo. Un grupo llamado No a Keiko suma más de 182.000 adhesiones en Facebook (70.000 en los últimos dos meses) y ha organizado varias manifestaciones contra la candidata."Los medios están haciendo una cobertura muy complaciente del fujimorismo", comenta Giancarlo Navarro, un líder del colectivo. Señala que alrededor de la mitad de fans de la página son menores de 24 años, es decir, eran niños o adolescentes cuando Alberto Fujimori abandonó el poder, en 2000.

Los responsables de No a Keiko aseguran que su protesta es pacífica e independiente de cualquier opción política. En la coyuntura de la segunda vuelta, resulta cada vez más evidente que No a Keiko ha mutado en Sí a Humala. La teoría del mal menor, nuevamente.

La ONU acusa a los dos bandos libios

La ONU acusa a los dos bandos libios de cometer crímenes de guerra

Restos del atentado que ha tenido lugar en Bengasi, la capital de los rebeldes libios. | Afp

Restos del atentado que ha tenido lugar en Bengasi, la capital de los rebeldes libios. | Afp

  • Explota un coche bomba en uno de los principales hoteles de Bengasi

Reuters | Afp | Ginebra | Bengasi

El foro de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha afirmado este miércoles que la misión de reconocimiento en Libia ha concluido que las fuerzas de Muamar Gadafi cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad.

Añadió también que han encontrado algunas evidencias de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de la oposición.

"La Comisión ha llegado a la conclusión de que se han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad por las fuerzas del Gobierno de Libia", ha declarado en un comunicado el Consejo de Derechos Humanos.

"La Comisión ha recibido algunos informes de hechos que apuntan a la comisión de crímenes internacionales por parte de las fuerzas opositoras. Sin embargo, algunos actos constituirían crímenes de guerra", afirmó el consejo

Explosión en la capital rebelde

Este miércoles también se produjo un atentado con coche bomba en el aparcamiento exterior de uno de los hoteles más grandes de Bengasi, el principal feudo rebelde.

Aparentemente, no ha habido víctimas mortales. Algunas fuentes apuntan a que la carga explosiva se encontraba dentro de un choche de la emisora Al Yazira.

La ofensiva militar siria mata a 50 personas

La ofensiva militar siria mata a 50 personas, entre ellas dos niños

Protestas contra el gobierno sirio en la provincia de Homs. | Ap

Protestas contra el gobierno sirio en la provincia de Homs. | Ap

Reuters | Antalya (Turquía)

Más de 50 civiles murieron el pasado martes en los ataques de las fuerzas sirias destinados a reprimir las protestas contral el gobierno. Según el activista de los derechos humanos Ammar Qurabi, el ejército mató a nueve civiles en la ciudad de Hirak el martes, entre ellos tres médicos, un dentista y una niña de 11 años de edad.

Todos ellos fueron asesinados por francotiradores durante el asalto a varias casas en Hirak, donde los tanques se habían desplegado a lo largo de eta seman, explicó Qurabi, director de la Organización Siria de Derechos Humanos.

Estos fallecidos se suman a otros 41 víctimas civiles que murieron durante los bombardeos con los que las fuerzas del gobierno atacaron la ciudad de Rastan el pasado martes. Según el abogado Razan Zaitouna, afincado en Dasmaco, entre los fallecidos se encuentra una niña de cuatro años. Cinco de ellos fueron enterrados en Rastan este miércoles.

Según varios grupos de derechos humanos, 1.000 civiles han muerto durante las revueltas que buscan la caída del presidente sirio, Bashar Asad. Aplastar la revuelta se ha convertido en el desafío más grave del Asad en sus 11 años de gobierno. La severa represión que ha dirigo ya ha provocado las condenas y las saciones de la comunidad internacional.

"La revolución dentro de Siria ha hablado claro: la gente quiere el derrocamiento del régimen. Lo haremos. El precio de la sangre que se derrama sólo se puede pagar con la libertad", ha asegurado Abdelrazzaq Eid, un alto funcionario opuesto al régimen, en una conferencia en Antalya, Turquía.

"La dictadura nunca ha mostrado ni un ápice de buenas intenciones. Ha perdido toda su legitimidad al disparar y matar a su propio pueblo", concluyó Eid, entre aplausos.

Acusa la ONU a las fuerzas de Gadafi

Acusa la ONU a las fuerzas de Gadafi de crímenes de guerra

Los expertos identificaron "una serie de violaciones graves a los derechos humanos y al derecho humanitario internacional"

EFE

GINEBRA, 1 de junio.- Una comisión investigadora de la ONU establece en un informe que las fuerzas gubernamentales de Libia cometieron crímenes contra la humanidad y de guerra en el conflicto que los enfrenta a los rebeldes al régimen de Muamar Gadafi.

Esta conclusión -parte del informe presentado hoy a la Secretaría del Consejo de Derechos Humanos, que se reúne actualmente en Ginebra- se basa en la información recogida sobre el terreno por los expertos en derechos humanos que integran la comisión.

Los especialistas, que visitaron Libia -incluidos Trípoli y Bengasi, bastión de los rebeldes- para efectuar esta investigación, identificaron "una serie de violaciones graves a los derechos humanos y al derecho humanitario internacional", que consideran que constituyen crímenes contra la humanidad y de guerra.

Los expertos investigaron denuncias sobre asesinatos extrajudiciales, desapariciones, detenciones arbitrarias, casos de tortura y violencia sexual y ataques contra civiles, entre ellos personal de atención sanitaria y periodistas.

También corroboraron situaciones de ataque a objetivos humanitarios y grupos de inmigrantes, además del uso de mercenarios, niños soldados y armas prohibidas.

La misión de la ONU reconoció que, aunque recibió "menos informes sobre hechos que representarían crímenes internacionales" por parte de las fuerzas opositoras, también en este caso encontró "algunos actos que constituyen crímenes de guerra".

"La comisión expresa su preocupación con respecto a estas violaciones por parte de ambas partes en conflicto", indicó.

Asimismo, les instó a respetar las reglas internacionales aplicables en situaciones de conflicto armado.

En su documento, que será presentado públicamente en el Consejo de Derechos Humanos el próximo lunes, los expertos precisaron que durante su visita se reunieron con 350 personas, incluidos más de un centenar de médicos, personal sanitario auxiliar, pacientes y miembros de sus familias en diez hospitales.

También pudieron entrevistarse con 30 detenidos en Trípoli y Bengasi y con 148 desplazados dentro de Libia, en lugares de tránsito o en campos de refugiados fuera del país.

La comisión revisó también gran cantidad de documentación que recibió y que buscó por su cuenta, en total más de cinco mil páginas, 580 videos y más de dos mil fotografías.

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