domingo, 26 de junio de 2011

¡Qué busca el golpista-presidente con la desinformación?

Por Agustín Blanco Muñoz

Analítica

Los rumores sobre la enfermedad corren a considerable velocidad. Así me llegó. A mí no me lo crean. Y por todas partes se habla de cáncer. A un lado quedó el absceso pélvico o el furúnculo libre de infección.

Todo parece diseñado para que la especulación tenga todo el espacio posible. Desde un inicio cunde el misterio y la desinformación. Bien puede pensarse en una planificación del silencio para que el colectivo no se entere de lo que ocurre hoy aquí.

Independientemente de la existencia o no de la enfermedad, de que haya o no un cáncer, lo que importa a esta hora es descifrar las razones del silencio. Del escondite de la verdad. ¿Por qué se le dio tanto espacio a la especulación sobre la existencia de un posible cáncer en la humanidad del Golpista-Presidente?

Y en definitiva, si ya existe una situación que se planificó es porque se le sacará el mejor provecho.

¿En que se puede beneficiar el régimen sembrando la imagen del cáncer en el golpista-presidente, golpeando la estructura del mito del invencible mandatario?

¿Se apela acaso al reclamo de la solidaridad para convertir al GP, además, en una especie de José Gregorio Chávez?

¿Cuál es el plan que se está fraguando? ¿Por qué se levantó a lo interno del PSUV el monstruo de la sucesión? ¿Se anda tras la búsqueda de la consolidación de la figura eterna del GP?

¿Se quiere corroborar que el GP es el epicentro de la política venezolana, con él todo y sin él nada para oficialismo y oposiciones?

¿Indispensable ratificar que él es el dueño de este ex país y nuestro representante en el gobierno de VENECUBA? ¿Necesario reafirmar que él puede hacer lo que quiere y burlarse de los venezolanos como le dé la gana?

En las últimas horas algunos voceros de las oposiciones piden se les informe sobre la enfermedad-estado del salud del GP. Insistimos en que este no es problema.

Lo impostergable es que se le informe a este ex país sobre los objetivos que se persiguen con el ocultamiento de la verdad sobre la enfermedad.

¿Tiene algún asidero el señalamiento de que está en cierne un proceso para establecer un chavismo sin Chávez dirigido por el alto mando venecubano?

¿Es todo esto un montaje en búsqueda de la Aclamación tipo Guzmán Blanco a quien se le consideraba el único capaz de mantener en paz los cueros secos de la república?

¿Cómo negar que este ‘socialismo del siglo XXI’ tiene contenido, sentido y expresión del liberal-positivismo del siglo XIX?

Que hablen los mercados

Que hablen los mercados

Por Guillermo Larraín

América Economía

Vamos a los números. América Latina tiene un 3% de los activos bancarios del mundo y sus bolsas representan un 5% de la capitalización bursátil mundial.

La región se lleva un 4% de la industria mundial de gestión de activos de terceros y un 3% del primaje global de la industria aseguradora. Son cifras reducidas para una región que representa el 9% de la población global. Pero implican un potencial enorme. Un solo ejemplo: los activos bajo gestión de administradoras de fondos en América Latina representan un 21% del PIB de la región, mientras las cifras equivalentes son de 40% en Europa y 73% en Estados Unidos.

En un contexto en que las perspectivas de crecimiento son las mejores que ha habido en décadas, podemos decir que el futuro es casi nuestro. El problema es el casi. América Latina todavía sigue siendo más una noción geográfica que una sólida red de negocios. Si bien esto está cambiando por la expansión de empresas multilatinas, la integración es prometedora pero todavía incipiente.

Una razón es que, durante muchos años, han existido entre nuestros países recelos y desconfianzas. Gran parte de nuestros líderes son incapaces de entender que los éxitos del país vecino, en lugar de ser una amenaza, son una oportunidad, lo cual ha restado fuerza a un diálogo que podría ser más constructivo. Un ejemplo han sido los intentos de varios países de desarrollar un centro financiero latinoamericano en su país.

Si se examina la realidad de los grandes centros financieros globales, salvo aquellos que son paraísos fiscales, alcanzan esa posición por estar integrados a una red de negocios regional. Singapur, por ejemplo, partió siendo un nicho para los hedge funds, pero hoy está integrado con Sidney, Tokio, Kuala Lumpur y Hong Kong. Un centro financiero aislado no sirve. Todos necesitan diálogo y vínculos con otros centros financieros en su zona geográfica. La incapacidad para entender esto ha restado fuerza a la integración financiera latinoamericana.

En Chile, Santiago como centro financiero es un anhelo que tiene al menos 10 años, pero sólo puede serlo si Lima, Bogotá y São Paulo son a su vez centros financieros con los cuales pueda dialogar, especializarse y competir. Si no se avanza en esta dirección no existirán centros financieros regionales; todo se intermediará, como ocurre hoy, en Nueva York y Londres.

En el plano de la integración financiera los reguladores debieran tener acuerdos de reconocimiento mutuo que permitan a las instituciones de un país tener un tratamiento favorable cuando operan en otro, todo esto en el entendido que todos trabajan para alcanzar altos estándares de operación.

Hay vientos frescos de integración en América Latina. Dos eventos recientes hay que destacar. El primero es el anuncio de la integración operacional de las Bolsas de Valores de Colombia, de Valores de Lima y de Comercio de Santiago, el proyecto MILA. Si bien se trata de un acuerdo de enrutamiento de órdenes, su formulación es un éxito. MILA debe ser entendido como el primero de varios pasos de integración financiera entre Chile, Colombia y Perú. Entra en operaciones dentro de poco y será sin duda un modelo para la región en conjunto.

El segundo evento es la creación de Brasil Inversiones y Negocios, BRAIN, un think tank concebido por el gremio bancario brasileño FEBRABAN, el mercado bursátil de São Paulo BMF&Bovespa y ANDIMA, con el objetivo de alinear a los grandes jugadores brasileños hacia la integración financiera en la región. El modelo que propone BRAIN a la región es desarrollar una red de negocios e inversiones donde cada país pueda buscar su nicho. Son sólo propuestas de políticas que deben ser tomadas por los líderes. Pero las iniciativas y conversaciones actuales lo confirman: la integración de los mercados financieros será la tendencia más relevante en esta industria en los años que vienen.

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